viernes, 12 de octubre de 2018

JOSEFINA VILLEGAS


       Josefina Villegas nació en Barrancas del Orinoco donde hace más de 470 años Diego de Ordaz combatió a los uriaparias o uyapary  que se oponían violarla con el bauprés de sus barcas  colonizadoras la virginidad de Guayana.  Allí en los escombros barracoides de los uyapary nació ella en el tercer mes del año 1921 y se sembró con su familia en Ciudad Bolívar cuando apenas cumplía dos años de edad. Dee madre carupanera y padre de descendencia francesa.
Tuvo la fortuna de ser cortejada en su juventud por uno de los ganaderos más famosos de la ciudad y vivir casada con él por más de cincuenta  años. Mujer ideal, fabulosa en  todo y de relevante sensibilidad social. Josefina cantaba, tocaba el piano, el cuatro, la guitarra. Era la vedette de suntuosas veladas citadinas, compuso varias canciones, Yurimia que trascendió en la voz de Carlos Almenar Otero: Canaima, Cantarrana y el Himno Nacional de los ganaderos. Su hijo único, Noel,  muerto primero que ella, era diseñador y publicista, pero vino un día en que  renunció al taller de impresión y se fue a buscar oro en el lecho del río Caroní.  Le quedaba su nieta Mariel que obstinada en Caracas de tantos atracos y amenazas tuvo que irse al Norte donde se caso con un joven de nacionalidad portuguesa que la cuida y le da la seguridad que no pudo hallar en la Venezuela actual.
Mientras vivió en Ciudad Bolívar, josefina compartía el hogar y faenas llaneras de su esposo con una labor social durante cuarenta años al lado  de la China Monserrate, esposa del Ingeniero Graterol que construyó la Carretera Ciudad Bolivar-Caruachi, otrora camino de tierra para luego de cruzar el Caroní en barcaza, hacer más corta y directa la distancia hacia la Villa del Yocoima.  En esa labor social se incluye la Vivienda para huérfanos y desamparados en la Escuela Bolívar de San Isidro.
Josefina se hizo llanera al lado de su esposo Raúl Villegas, montando caballos y arriando ganadlo en los hatos, el Rubí, Las Queseras, el León y Cantarrana.  Esos fundos eran bien conocidos por el tribuno Manuel Alfredo Rodríguez, a quien Raúl protegía como un hijo.  El padre de MAR, Manuel Carrillo, distribuidor de los otrora famosos cigarrillos Bigott y Bandera Roja, era gran amigo y compadre de Raúl Villegas y a través de ese lazo se quedó aferrado a su afecto desde que era un chamo el grandote de Manuel Alfredo Rodríguez que no llegaba  a Ciudad Bolívar sin visitar su casa de la avenida Táchira. 
Raúl Villegas era de Tumeremo donde nació cuando su padre el General Héctor Villegas, nieto de don Antonio Liccioni, que se tenía entonces como el corso más rico de Guayana, se dedicaba al comercio del balatá y el oro.
La madre de Raúl era Pepita Ruiz, descendiente del médico José Angel Ruiz, presidente del Estado Bolívar en 1880-1892 y fundador del Hospital Ruiz en el edificio que hoy sirve de asiento a la municipalidad. Ella era casada con el general Héctor Villegas Liccioni, quien estuvo dos años preso en el Castillo de Puerto Cabello, por hacerle oposición a Cipriano Castro  desde las trincheras de la Guerra Libertadora que tuvo a Ciudad Bolívar como último baluarte.  Como vemos, el esposo de Josefina  era de  prosapia tanto en lo político como en lo social y siguiendo ese camino se  destacó como servidor público, dirigente gremial y productor agropecuario. (AF)






lunes, 1 de octubre de 2018

Caicara y el Tirano Aguirre


Caicara del Orinoco tiene y utiliza un atracadero fluvial llamado Puerto Aguirre, que recuerda, según se ha especulado,  al Tirano Lope de Aguirre, quien navegando el Orinoco se habría detenido allí para descansar, reparar y calafetear sus bergantines. Pero conocedores del tema historiográfico disienten de tal especulación toda vez que el Tirano Lope de Aguirre jamás navegó el Orinoco sino el Rio Amazonas o Marañón, desde el Perú hasta su desembocadura en el Atlántico para proseguir  la navegación hasta la Isla de Margarita y desde allí, según su proyecto político-belicista, llegar hasta Tierra Firme, fortalecer su ejército en Panamá y finalmente completar su ciclo de vuelta al Perú donde pensaba con sus marañones armados de arcabuces, destronar al virrey, alto representante en América del Rey Felipe II, a quien odiaba y contra el cual se rebelaba.
Aguirre empezó su aventura afiliándose como soldado en la Expedición de Pedro de Ursúa, a quién el Rey había comisionado para continuar la búsqueda de El Dorado que según los conquistadores era una ciudad fabulosa por sus grandes riquezas auríferas y que hasta entonces había sido muy difícil localizar en medio de la selva umbrosa.
Pues bien,  Lope de Aguirre que aparentemente parecía un ser físicamente insignificante pues era corto de estatura, cojo y cenceño aunque de aire atravesado, resultó ser todo un respetable Maestre de Campo que supo aprovechar ciertas debilidades de Ursúa para apoderarse del mando.
Este hombre, siempre blindado, con loriga y espada por el día y por la  noche, era sumamente desconfiado y con olfato intuitivo bien desarrollado para detectar a sus adversarios y eliminarlos a garrotazos, cuando no degollados o ahorcados con un cordel para lo cual utilizaba a “Carolino” y “Juan Primero”, dos negros congoleses que después de su obra macabra cantaban y bailaban sobre las tumbas de sus víctimas.
En Margarita, a donde arribó el lunes 20 de julio de 1561,  fue la hecatombe.  Mató bajo engaño al Gobernador Villaldrando,  Alcalde y demás autoridades.  Ni los sacerdotes escaparon.  Si acaso su alter ego intelectual el joven Pedrarias, a quien utilizaba como escribano y entretenedor  de hija Elvira, linda  mestiza de piel dorada que asesinó para que no la llamaran la “hija de un traidor”, ya cuando en Barquisimeto se vio perdido y abandonado por su ejército de marañones que desertó y se pasó al campo del Rey. (AF)



sábado, 22 de septiembre de 2018

Ligia Figarella, primera mujer al volante


Ligia Figarella se tiene,  si no la primera, una de las primeras, que condujo un automóvil por las empinadas calles de Ciudad Bolívar.   Resultó sensacional para los citadinos apegados a la costumbre de ver sólo ejerciendo tal oficio o habilidad reservado sólo a  varones..  Eso cree, Silda Cordoliani, quien me mandó la fotografía.  de la entonces juvenil Ligia Figarella,  casada después con Miguel  Vicente Trotta, quien fue Presidente del Concejo Municipal (1962).  Como  vemos, era un carro lujoso y moderno para los años cuarenta. El Primer automóvil llegado a la capital orinoquense  era un Dion Bouton francés importado por Santos Palazzi,  pero el de Ligia parecer un Oldsmobile norteamericano. Estacionado en el Aeropuerto en medio del gentío que fue a recibir al entonces nuevo Obispo de Ciudad Bolívar Juan José Bernal Ortiz (1949-1966). 
Monseñor, a quien vemos dentro del auto, venía del  Estado Lara  a ocupar la silla episcopal de Guayana dejada por Monseñor Miguel Antonio Mejía.
La Junta Militar de gobierno presidida por el Coronel Carlos Delgado Chalbaud lo postuló ante la Santa Sede para llenar la vacante de Monseñor Mejía y su Santidad el Papa Pío XII lo preconizó Obispo de Guayana y como tal fue consagrado en la Catedral de Caracas el 13 de noviembre de 1949.
        El 18 de diciembre de ese año llegó en avión a Ciudad Bolívar para tomar posesión de la Diócesis. Entonces fue objeto de un caluroso recibimiento contagiado con las festividades de Navidad y año Nuevo. Ese mismo año, dos meses antes, había sido electo también Obispo de Cumaná, Monseñor Crisanto Mata Cova.
        La gestión episcopal de Monseñor Bernal se extendió hasta julio de 1966 –16 años-. Tiempo durante el cual creó 19 parroquias, construyó el Seminario Cristo Rey de Ciudad Bolívar y las Iglesias de Pariaguan, El Tigrito, San Tomé, Santa Ana, San Joaquín, Anaco, Guasipati, Puerto Ordaz, Ciudad Piar, El Pao, Upata, El Dorado, Tumeremo, San Francisco de la Paragua, Caripito, Maturín, Quiriquire y Caicara de Maturín. Así mismo fue construido un nuevo Palacio Arzobispal en las afuera de la ciudad y la capilla y Colegio de la Divina Pastora. Parte del Vicariato Apostólico del Caroni fue incorporado a la Diócesis.
         Por Bula Pontificia el 21 de julio de 1958, Ciudad Bolívar es erigida canónicamente en Arquidiócesis y Monseñor Bernal se convierte en el Primer Arzobispo de la Capital Bolivarense.  (AF)


lunes, 6 de agosto de 2018

Guayanesa brilla con su voz en los escenarios de España


María Eugenia Briceño, nacida en Ciudad Bolívar, brilla en escenarios de España con su voz de soprano coloratura,
Ella se inició en la Cátedra de Canto a cargo de Eduardo Melgar y Rosita del Castillo en el Conservatorio Antonio Lauro creado en 1987 por el entonces Gobernador René Silva Idrogo, luego en Famicanto con los mismos profesores.
En una de las salas de la Casa del Congreso de Angostura, noviembre de 1997, los bolivarenses tuvimos la ocasión de verla, sentirla y aplaudirla por primera vez al lado de sus compañeros de estudio Omar Gutiérrez, Rudelmis Montero, Alfredo Bonilla, Edgardo, Zoraime y Katiuska  Rodríguez, Carlos Pérez, Eduardo Espinoza Ramón Gallardo, Adriana Yépez y Della Grudelle Iotta, quienes interpretaron obras o parte de las obras de los grandes de la música culta como Mozart, Handel, Puccini, Estévez, Moleiro y Giordani, acompañados al piano por Sergeis  Pylenkoff.
Maria Eugenia, luego de salir de las manos de Eduardo Melgar Viamonte y Rosita del Castillo, quienes la modelaron y enseñaron técnica vocal, estudió en el Conservatorio Superior de Música José Ángel Lamas y Escuela Superior de Música José Reyna de Caracas.
Ha actuado en importantes escenarios de Venezuela entre ellos, el Teatro Teresa Carreño, Teatro Nacional de Caracas, Teatro Municipal de Caracas, Teatro Municipal de Chacao, Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela y Teatro de la Opera de Maracay.
Ha interpretado los roles de Gilda, Lauretta y Zerlina en las Óperas Rigoletto, Gianni Scchichi y Don Giovanni respectivamente. También ha actuado como solista en Galas de Óperas, Sinfónicos Corales y Oratorios, entre los que se pueden mencionar: Réquiem de Mozart, Requiem de Fauré, Requiem de Lloyd Webber, Gloria de Vivaldi, Carmina Burana y Novena Sinfonía de Beethoven, Misserere de José Angel Lamas; cantando con Orquestas Sinfónicas su país, como la Orquesta Sinfónica de Venezuela, Orquesta, Municipal de Caracas, Orquesta del estado Miranda, y bajo la batuta de los reconocidos directores venezolanos Alfredo Rugeles, Ángelo Pagliuca, Felipe Izcaray, Gregory Carreño, Nazil Baez-Finol y Javier Abi-Hard. De igual manera fuera de sus país ha ofrecido recitales en la Basílica de La Sagrada Familia y el Real Monasterio Santa María de Pedralbes de Barcelona y la Catedral de Valencia y Universidad Politécnica de Valencia (España), Saint Petersburgo y Miami (EEUU).
Ha participado en los Concursos Internacionales de Canto Lírico “Montserrat Caballé” (España), y en el “Barry Alexander International Vocal Competition” (New York, EEUU), siendo galardonada con el segundo premio en este último.
Ha recibido clases magistrales con la soprano Española Montserrat Caballé, quien la calificó emocionada como una voz privilegiada, elogiando su musicalidad y técnica; augurándole una exitosa carrera.
Su repertorio academico es especialmente belcantista Rossini, Bellini y Donizetti e interpreta con frecuencia el repertorio latinoamericano y venezolano.

Paralelo a su formación Musical, se ha formado como MSc. en Ciencias Gerenciales, mención Gestión Cultural, Licenciada en Administración y Locutora, desempeñándose  entre otras funciones, como Coordinadora Musical del Teatro Teresa Carreño. Actualmente se encuentra residenciada en la ciudad de Valencia (España) donde perfecciona su técnica vocal, es Doctoranda del programa de Gestión de las Industrias de la Comunicación y Culturales en la Universidad Politécnica de Valencia y conduce su programa radial: Por Amor al Arte, un espacio dedicado a difundir las novedas y agenda cutural de la comunidad de Valenciana, la promoción de la obra de los grandes maestros universales de las artes y de los emergentes.(AF) 

jueves, 2 de agosto de 2018

En 1892 el Orinoco tapó la Piedra del Medio


Desde la existencia de la Angostura del Orinoco, no se tiene memoria de una crecida tan gigantesca como la del 10 de agosto de 1892 cuando el nivel del Río, aún sin la muralla, alcanzo los 19,14 metros sobre el nivel del mar. Las aguas desbordadas taparon la Piedra del Medio y modificaron temporalmente la geografía de la capital bolivarense, transformada en una isla más de las muchas que tiene el Río Padre.

El Orinoco reanuda su ciclo en mayo y crece, crece sin cesar hasta agosto que es cómo decir el mes tope de sus aguas y de las angustias ribereñas.
            Aquel año de la década final del siglo dicienueve fue así. Creció incesante como nunca, se desbordó en cada curva y recuperó predios milenarios casi perdidos; arrasó cementeras y bohíos, inundó núcleos urbanos hasta los techos y se dislocó como un animal incontenible el río. Vulneró sus controles, resquebrajó La Muralla. La Alameda era un chorro vuelto corriente impetuosa hasta internarse en la Laguna El Porvenir y restregarse contra Cerro Azul. La Colina del Vigía con sus altas, pequeñas y grandes edificaciones quedó sitiada por las aguas turbulentas y las calles de la parte plana paralelas al río prácticamente sepultadas. Toda la ciudad parecía como flotando después de un naufragio sorpresivo.
            Ciudad Bolívar entonces tenía concentrados en el cerro urbanizado unos 20 mil habitantes, impotentes, rendidos ante el espectáculo desbordante y telúrico de las aguas. Dios en ese momento parecía no estar de su lado y Monseñor José María Durand, obispo recién posesionado de la Diócesis, no hallaba qué hacer sino elevar plegarias a San Isidro Labrador para que apaciguara las lluvias diluvianas en cabeceras y afluentes mientras el gobernador José Ángel Ruiz acopiaba todos los recursos para hacerle frente a una situación de desastre.
            El resto de Venezuela ignoraba lo que ocurría en Ciudad Bolívar y en los poblados ribereños que iban desde el Amazonas hasta el Delta, porque las comunicaciones eran lejanas, difíciles, tardías y el país se hallaba absorbido por la Revolución Legalista del General Joaquín Crespo, frente al continuismo del doctor Raimundo Andueza Palacios. Una revolución que parecía ignorar los conflictos fronterizos del momento con Colombia y también con Inglaterra asegurando que sus dominios llegaban hasta Guasipati y por ello se oponía a la construcción de un ferrocarril hasta el Yuruary.
            Venezuela contaba con 2 millones de habitantes y la provincia de Guayana era la más despoblada con relación a su extensión territorial. Guayana era grande y pequeña a la vez frente a dos grandes calamidades que amenazaban su existencia y soberanía: los ingleses por el sur y por el Norte el Orinoco que inusitadamente llegó a sepultar la famosa piedra del Medio.(AF)


domingo, 22 de julio de 2018

MIGUEL LIMA OSTOS


Falleció varios día luego de cerrar su consultorio, siempre colmado de pacientes de todas parte, este  Médico cirujano, especializado en fisiología y dermatología, político desde las filas de Acción Democrática llegando a ser en representación de ese partidos diputado durante tres períodos seguidos y Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado  en 1980 y 1984.
       Miguel Oswaldo Lima Ostos nació en Caracas el 15 de enero de 1938 y en esa misma ciudad cursó estudios primarios y secundarios en el Instituto San Pablo  e Instituto Escuela  Luego ingresó a la Universidad Central de Venezuela para estudiar medicina, carrera que culminó el 4 de agosto de 1960, a los 22 años de edad, con la distinción Magna Cum-Laude, por haber obtenido un promedio de dieciocho puntos durante sus estudios  en la Facultad de Medicina además de 14 diplomas de sobresaliente de un total de 26 materias de que constaba el Pensum de estudio de la carrera de medicina para esa época.
       Realizó cursos de Postgrado en Fisiología en la Universidad Central de Venezuela, entre 1960 y 1962; estudios de postgrado de Fisiología y Fisiopatología y entrenamiento medico en Respiratorio y Endocrinología en el Medical Center de San Francisco, California, Estados Unidos, del 1 de septiembre de 1964 al 15 de junio de 1967, obteniendo el Master en arte en fisiología con promedio de A.
Posteriormente un postgrado en Dermato-venereología en la Escuela de Graduados en Dermatovenereología de la Universidad de España, entre el 1 de mayo de 1973 y el 15 de octubre de 1974 que le valió el certificado de Especialista.
Ha hecho cursos también de Relaciones Humanas, de Inmunología y enfermedades cutáneas, cursos de actualizaciones Dermatológicas y Médico Quirúrgico, Cursos de Talleres de Educación Medica, etc.
Se inicia en la actividad docente como profesor de Fisiología del tercer y cuarto año de bachillerato en el Instituto “San Pablo” de Caracas (957 y 1960). Posteriormente es seleccionado por la Universidad de Oriente e ingresa a la citada Institución como Becario-Docente en Postgrado becado a nivel de la Universidad Central de Venezuela, a partir del 1 de junio de 1960.
Aquí en la Escuela de Medicina de la UDO ejerce la cátedra de Fisiología y seguidamente pasa a ejercer la Jefatura del Departamento de Ciencias Fisiológicas desde 1963 a 1973.
Asciende a profesor asistente entre 1962 y 1967. De igual manera a Profesor Agregado y por riguroso trabajo de ascenso alcanza la categoría de profesores Asociados y finalmente Profesor Titular hasta su jubilación
Ha sido Subdirector de la Escuela de Medicina, Miembro de la Comisión Coordinadora del Iv Seminario de Educación Médica, Miembro del Tribunal disciplinario de la ASEUDO y del Colegio de Médicos del estado Bolívar, representante profesoral ante la Subcomisión de Clasificación del Núcleo Bolívar y por varias veces encargado de a Dirección de la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente, Coordinador del Anteproyecto de Creación de la Facultad de Ciencias de la Salud en el núcleo Bolívar de la UDO..
Jefe Médico Venereólogo de la Unidad Sanitaria de ciudad Bolívar, Médico Dermatólogo del IPASME; Dermatólogo Consultante de las FAV, INOS, CADAFE, INAVI, Director de INCRESUR y posteriormente Presidente del mismo Organismo, desde enero de 1976, hasta el 30 de agosto del 1978.
Ha asistido a varios Congresos nacionales e internacionales en su campo profesional y recibido botón y placa de reconocimiento por parte de la Universidad de Oriente tomando en cuenta sus años de servicios y la publicación de unos veinte trabajos científicos en revistas nacionales y de difusión internacional.
En la actividad política se destaca como miembro del Buró de Educación Superior durante los años 1962 al 1964, Secretario de Profesionales y Técnicos de Acción Democrática en los periodos 1970 a 1973, y desde mayo de 1975 hasta la presente fechas.
En las elecciones del 3 de diciembre de 1978 fue electo diputado a la Asamblea Legislativa en representación de su partido Acción Democrática y dos años después, 1980, elegido Presidente de la Cámara.  Asimismo en las elecciones del domingo 4 de diciembre de 1983 fue reelecto por cinco años más  y ejercido de nuevo la Presidencia en 1984 al tiempo que ejercía la jefatura de la Fracción Parlamentaria.  Volvió a ser elegido diputado en las elecciones generales de diciembre de 1988.(AF)




miércoles, 27 de junio de 2018

AVENTURA DE LA PRENSA DONDE SE IMPRIMIÒ EL CORREO DEL ORINOCO-


Cuando el General Carlos Soublette ascendió a la Presidencia  de la República fue sugerido para trasladar la prensa a Caracas. Siendo Cumaná capital de Departamento Orinoco igualmente hubo esa intención, pero siempre los angostureños se opusieron y para que no corriese el riesgo de oxidarse por falta de actividad, el gobierno se la cedió al tipógrafo de origen veneziano, José Cristiano Vicentini, quien residía en Angostura desde 1839. Vicentini, la sumó al Taller donde se imprimió El Filántropo, periódico de los liberales que hacía oposición al gobierno del general Tomás de Heres, así como otro semanario de vida efímera. 
Para 1870 los talleres de impresión de Vicentini pasaron a propiedad de Juan Manuel Sucre, sobrino del Gran Mariscal de Ayacucho y, finalmente, la Prensa del Correo, ya superado por los adelantos tecnológicos que se operaban  en los sistema de impresión, quedó abandonada.


A principios del siglo XX denunciaron en un periódico local que la histórica prensa se hallaba semienterrada en la casa Nº 17 de la calle Dalla Costa y el propio director de “El Luchador”, Agustín Suegart, la rescató y la acomodó en su Editorial La Empresa de la calle Venezuela. Finalmente sus descendientes, la donaron al historiador Bartolomé Tavera Acosta, quien la puso a la orden del Gobernador Arístides Tellería en 1911para que la ofreciera al Museo Nacional de la Historia en Caracas. Allá fue a tener y allá permaneció hasta el 15 de noviembre de 1973 cuando por iniciativo de la Sociedad Amigos de Guayana, fundadora del Museo de Ciudad Bolívar en la Casa del Correo del Orinoco, retornó a ese recinto donde se venera como prominente símbolo del periodismo de la patria libre.(Tomado del libro "Periodismo en Guayana" de Américo Fernández)