lunes, 30 de septiembre de 2013

Estiaje del Orinoco



Finalizando febrero de 1975  y de manera inusual, el Orinoco comenzó a presentar una baja considerable en el nivel de su caudal que recordaba a los ribereños el reflujo de marzo de 1923 cuando se podía ir saltando entre piedras, islotes de arena y troncos atravesados, de una orilla a otra, por lo menos por su parte más angosta, vale decir, entre Ciudad Bolívar y Soledad.
El 27 de febrero, el Capitán de Puerto, Abraham Pérez Camejo, informaba que frente a Ciudad Bolívar sólo era posible navegar el Orinoco a bordo de curiaras y lanchas con menos de cinco pies de calado, porque el Río Padre estaba hecho un esqueleto de piedras, islotes y playones.        
Para esa fecha el nivel del Orinoco era de 2,50 metros sobre el nivel del mar, mucho menos de lo que tenía el año anterior para el mismo día.  Evidentemente, estábamos en verano y para asombro había que suponer que el Orinoco continuaría decreciendo, como en efecto, hasta el mes de abril.
La  navegación para barcos de 31 pies sólo era posible de Punta Barima hasta Puerto Ordaz gracias al dragado constante de que es objeto el Orinoco en ese trecho. Pero de allí hacia arriba era prácticamente imposible, de todas maneras ese reflujo acentuado presagiaba para los entendidos que el año siguiente la crecida sería descomunal como, en efecto ocurrió al superar el Río la cota de 18 metros sobre el nivel del mar.
El Bachiller Ernesto Sifonts, observador tradicional del río durante cincuenta años, dice en una de sus clásicas monografías del 58 que el nivel más bajo lo presentó el Orinoco “el 23 de marzo de 1923 y fue entonces cuando se cortó, se pobló de playones arenosos con arrecifes entre ellos y de troncos secos que impedían la navegación, incluso de la curiara o cayuco, pudiéndose ir de una ribera a la otra vadeando los canales o saltando por sobre las pequeñas islas”.
         El tramo de 83 kilómetros entre Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar es navegable parte del año por buques de hasta 9 metros (30 pies) de calado, reduciéndose a unos 2 metros (7 pies) durante el período de alturas mínimas del río.
El Instituto Nacional de Canalizaciones elaboró un anteproyecto de cana­lización de este tramo con varias alternativas: utilizar el canal natural exis­tente con un balizamiento adecuado y dragado del río a distintas profundidades hasta 9,8 metros (32 pies).
El tramo Cabruta-Ciudad Bolívar, con 405 kilómetros de longitud, durante el período de aguas bajas la navegación por este tramo está limitada a unos 2 metros (7 pies) de calado. El cauce es generalmente estable y de carácter aluvial con ocasionales afloramientos de rocas y escollos en su lecho y en sus márgenes.
En el tramo Cabruta a Puerto Ayacucho, de 323 kilómetros. existen diversos obstáculos naturales que dificultan la navegación para embarcaciones de más de 2 metros (7 pies ) de calado durante el período de aguas bajas.
El raudal de Caribén representa uno de los mayores obstáculos a la navegación por este tramo. Se presenta una idea de proyecto para ser estudiada, la cual consiste en un dique sumergido cuyo propósito sería producir un aumento en el nivel del agua que facilite la navegación aguas arriba a través de la barra del río Meta y del raudal San Borja. Para salvar el desnivel del raudal Cari­bén se requeriría una esclusa, paso obligado para las embarcaciones que serviría como estación de control del tráfico nacional e internacional de mercancías y pasajeros provenientes del río Meta y del Alto Orinoco. (AF)



domingo, 29 de septiembre de 2013

Eliminación de los “Pare”

En diciembre del año 1972, la Inspectoría del Tránsito Terrestre, recién posesionado el Teniente José Rafael Matos en sustitución de su homólogo J. J. Fernández,  comenzó a eliminar los “Pare”, señal de tránsito en las intercepciones de vías dentro del perímetro urbano de Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana.
Entonces se inauguró la era de los Semáforos automático que ya existían en otras ciudades del mundo desarrollado gracias al ingenio de Garrett Morgan, inventor norteamericano a quien igualmente se debe la máscara antigás que salvó a muchos soldados durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero el argumento dado entonces para justificar la eliminación de los “Pare” no era por el advenimiento o adopción del Semáforo toda vez que éstos siempre han sido ubicados en las avenidas de tránsito intenso como la Táchira, la República, la 17 de diciembre y avenida Jesús Soto, sino que los accidentes automovilísticos ocurrían con mayor frecuencia en las intercepciones señalizadas con la bendita palabra de cuatro letras.  Sin embargo, a nadie se le ocurrió pensar que los accidentes no se registraban por culpa de los “Pare” sino porque los conductores “se lo comen” imprudentemente lo mismo que hoy “se tragan la luz roja del Semáforo”.
Lo cierto es que 32 años después, la Inspectoría del Tránsito Terrestre ha reconsiderado el asunto y de nuevo está  volviendo con la señal de costumbre, por lo menos en la redoma de la avenida Upata y en la redoma del Psiquiátrico, lugares donde el congestionamiento de vehículos en tránsito pone  los pelos de punta.
Ahora Ciudad Bolívar y no sabemos si Ciudad Guayana, tienen doble señalización en este sentido, los Semáforos y los “Pare” y según nos han informado, pronto vendrán los Semáforos informatizados  que detectan y responden al tráfico a través de un cable enterrado bajo el asfalto. Una corriente eléctrica pasa por el cable y crea un campo magnético. Cuando un automóvil interfiere con ese campo un ordenador o computadora de tráfico que está junto a la carretera detecta su presencia  y hace cambiar la luz cuando no existe peligro.
Mucho antes que los “Pare” y todavía en forma complementaria se mantiene,  la señalización era acústica y se denominaba, al menos aquí en Venezuela, bocina, corneta o claxon, pegadas en la parte lateral del automóvil  que no era más que un instrumento compuesto de una pera de goma y una trompeta. Al presionar la pera, el aire salía por la trompeta produciendo un sonido de alerta. Posteriormente la bocina o señal acústica, fue sustituida por un dispositivo eléctrico que funciona  desde el propio volante del auto al ser accionado.
En la cultura contemporánea, el claxon o bocina es uno de los más frecuentes elementos de la contaminación sonora,  Muchas personas al volante  accionan el claxon o bocina sin la debida consideración de las personas ni circunstancias circundantes.
Su uso indiscriminado es impertinente, por ello la ley sólo autoriza su uso con toques repetidos y cortos en los siguientes casos: Para evitar un posible accidente. Para avisar de nuestra posición a quien intenta incorporarse a la vía  y para avisar al conductor que nos precede de nuestra intención de adelantar.
La bocina primitiva se mantiene, pero en forma evolucionada.  No pudieron sepultarla los “Pare” marcados en las intersecciones, ni tampoco la llegada de los Semáforos, aunque pudiéramos decir que los Semáforos acabaron o hicieron disminuir notablemente a los “Pare”.  Su eliminación aguzó la chispa de los parroquianos al decir “Pare de sufrir” en  alusión a una comunidad religiosa brasilera extendida hasta Venezuela,  que obliga a pagar multas como alguien que se traga el Pare.



sábado, 28 de septiembre de 2013

El zapatero Antonio Pulido


El 22 de octubre de 1975, por la noche, don Antonio Sigisberto  Pulido (en la foto), fue objeto de un homenaje organizado por la Cámara de Pequeños, Medianos Industriales y Artesanos  de Ciudad Bolívar dada su suerte y constancia de ser el único sobreviviente de toda una legión de artesanos que  se iniciaran como zapateros a comienzo de los años 30.
         Don Antonio Pulido, de piel oscura como sus ascendientes, ya septuagenario, pero siempre bien vestido con chaleco, bastón y sombrero chambergo, había cumplido 46 años confeccionando zapatos a punta de aguja y a un precio que generalmente y no obstante la calidad óptima del producto,  estaba muy por debajo del valor del zapato de manufactura  nacional y extranjera.
         Todo tipo de calzado confeccionaban las manos expertas del viejo artesano, incluyendo el ortopédico, pero debido a la competencia del mercado surtido industrialmente por las modernas tecnologías del calzado y a la escasez de artesanos del oficio, debía limitarse a una producción por encargo, limitada, apenas unos diez pares semanalmente.
         Decano de los zapateros artesanos de la ciudad, Pulido ostentaba el mérito de ser pionero del movimiento  obrero y artesanal  organizado desde los tiempos de la dictadura gomecista y desde allí alentó  a los caleteros para que emprendieran una protesta contra el Administrador de la Aduana que había comprado un camión para competir ventajosamente contra ellos.  Pero como eran tiempos de la dictadura la protesta no surtió el efecto deseado sino que se volvió bumerang contra unos cuantos.
         Pulido fue uno de los primeros en introducir la motocicleta en Ciudad Bolívar.  Por las tardes y con mayor justificación domingo y días feriados, hacía tronar su máquina calle arriba y calle abajo, pero a velocidad moderada.  La costumbre de pasear en moto le duró hasta 1968 cuando las máquinas se multiplicaron y llenaron las calles de la ciudad con su secuela de accidentes, pérdidas de vidas, lisiados y ruidos ensordecedores.
Nació este artesano bolivarense  el 16 de septiembre de 1905 en una ciudad alumbrada con faroles desde las seis de la tarde que el farolero amado de una escalera y una lata de kerosene recorría todas las calles.
Antes de ejercer el tradicional oficio de zapatero,  Pulido trabajó a muy temprana edad en la Cervecería de Ciudad Bolívar que debido a la escasez de materia prima provocada por la Segunda Guerra Mundial, sólo  permaneció activa hasta 1938.
 El oficio de zapatero comenzó a ejercerlo  a los 17 años bajo la guía del  margariteño  Jesús María Quijada, el zapatero muy de moda en ese tiempo. Él le enseñó el oficio que lo llevó a Caracas a encargarse de la Zapatería de César Alcalá, después en 1934  se hizo zapatero independiente.  Entonces un par de zapatos costaba cuarenta bolívares  el más caro y 20 el barato. Y esto era posible debido a que dos bolívares costaba el kilogramo de suela.
Su mejor época fue la comprendida entre los años 34 y 45. No era el único en la ciudad, lo reconoce. Santos Rodulfo y Arístides Castro eran tan buenos como él.  Dominaban el arte, el oficio y el secreto de buen calzado cual era saberlo montar en la horma con buena suela y excelente cocido, aunque la larga vida del zapato no sólo dependía de ello sino que el usuario no fuese lo que llamamos “pata caliente”..

Los zapatos los confeccionaba Antonio Sigisberto Pulido por encargo y a la medida como bien el traje hecho por un sastre y recuerda curiosamente haberlo confeccionado 48 para un caballero que parecía venido de la Patagonia.

viernes, 27 de septiembre de 2013

El Tigre de Guayana

El Tigre (Felix onca) el Cunaguaro (Felix tigrina), el Puma (Puma oncolor) y hasta el gato de monte (herpailurus yaguarondi), habitantes de la extensa selva de Guayana, corren el peligro de extinguirse dentro de pocos años  de continuar la persecución de cazadores profesionales y propietarios de fincas, alertaba el doctor Eduardo Jahn en agosto de 1975 cuando presentó su proyecto para un Museo de Ciencias en Ciudad Bolívar.
         Y era que frecuentemente llegaban quejas de los conservacionistas expresando  temor de que el tigre de la selva guayanesa y su parentela desaparecieran si no se acudía en su ayuda y si la División de Fauna no tomaba medidas más cuidadosas y severas contra los cazadores de felinos.
         Para evitar una declinación mayor del número de tigres, el Gobierno Nacional decretó veda total, pero ésta nunca se ha cumplido, pues los dueños de fincas no sólo se limitan a matar los tigres cebados  que amenazan el ganado sino que lo buscan y eliminan como medida preventiva.
         En la primera mitad del siglo veinte, los felinos de Guayana campeaban por todas partes, pero ahora difícilmente se ve tigre alguno en la selva.  La población ha sido diezmada por los cazadores deportivos y de oficio que los exhiben después de muertos como grandes trofeos de audacia y valentía y también por lo que significan desde el punto de vista económico pues su piel demanda un alto precio en el mercado de la curtiembre. . Un abrigo de piel de tigre se compra en el extranjero hasta por 3 mil dólares.
         Pero son los dueños de fincas los más responsables pues cuidan más su ganado del tigre que de las culebras y las epizootias.  El comentario general es que el tigre de Guayana se acaba porque su reproducción es lenta e intensa su persecución
            En la actualidad, el mayor enemigo del tigre es el ser humano.  La caza ilegal para la obtención de la piel y la destrucción de su habitat han reducido de forma considerable la población salvaje del tigre.
El riesgo de extinción de este felino no sólo se siente en Venezuela y particularmente en Guayana, si no en todo el mundo.  Se estima que en el año 1900 existían alrededor de 100.000 tigres en estado salvaje. Recientemente se calcula que la población salvaje del tigre consta de unos 3.000 ejemplare, mientras que en cautividad se estima que existen aproximadamente 20.000.
Debido a que la evolución del tigre sigue siendo confusa, no se sabe mucho sobre su expediente fósil. Los restos más antiguos del tigre hasta ahora conocidos fueron encontrados en China y Java, y datan de aproximadamente dos millones de años atrás. Los restos más antiguos de tigres verdaderos provienen de Java, y tienen entre 1,6 y 1,8 millones de años de antigüedad.
Los casos de tigres que han incluido al hombre en su dieta no son infrecuentes, aunque posiblemente éstos hayan sido muy exagerados.  Las razones que llevan a un tigre a adoptar esta conducta son las mismas que la de los leones, y pueden ser la senectud del depredador, la defensa de cachorros durante la época de cría o simplemente la comodidad por presas fáciles y abundantes, como son los niños y jóvenes de las aldeas. El tigre de Bengala es el que tiene la peor reputación, siendo algunos ejemplares tristemente célebres, como el tigre de Champawat, causante de la muerte de 430 personas y que fue finalmente abatido por el cazador y naturalista Jim Cobert. Al observar su deteriorada dentadura, pudo inferir que el tigre había perdido sus facultades para la caza normal.


jueves, 26 de septiembre de 2013

El Rotor de Alejandro Otero

Una réplica del Rotor de Alejandro Otero que desde  1973 se exhibe permanentemente en el Museo de Bellas Artes de Caracas, Soto quería tenerla en el Museo de Arte Moderno de su natal Ciudad Bolívar.
Otero donó los planos de su Rotor a la Casa de la Cultura de Ciudad Bolívar que entonces se propuso una colecta pública para construir la pieza artística y donarla al Museo Soto.
Minina Rodríguez Lezama, quien viajó a Caracas para estar junto a su esposo Armando Gil Linares, director del Museo, en una reunión de la Fundación Soto, prometió la colecta pública intensiva y extensiva para hacer posible, además, un espejo de agua en la grama exterior del Museo en el que estarían colocados petroglifos de Guri como punto de referencia precolombina.
El espejo de agua y los petroglifos fue idea de Carlos Raúl Villanueva, autor del diseño y proyecto del museo, pero esto se quedó en deseo y promesa,  Jamás, fuera de las palabras, existió la voluntad de hacerlo realidad como tampoco aquel proyecto de un Faro en la Carioca.
Alejandro Otero, cuyo nacimiento e infancia transcurrieron entre El Manteco y Upata, realizó sus estudios en Ciudad Bolívar antes de residenciarse en Caracas para estudiar artes plásticas en la Cristóbal Rojas.  Por ese hecho que lo marcó tanto quiso dejar para la ciudad no sólo las obras pictóricas que se exhiben en el Museo Soto sino la ya citada escultura del Rotor y  otra consistente en un faro antorcha al final del Paseo Orinoco. La maqueta está en el Museo Soto aguardando que algún gobernante la haga realidad.
Ciudad Guayana ha sido mejor favorecida con las obras escultóricas de Otero: El Parque La Navidad, Integral vibrante, 1098, frente a la plante de Sidor y la Torre Solar de Guri.
La escultura del Parque La Navidad fue inaugurado el 2 de diciembre de 1988, con el auspicio de la empresa C.V.G. Venalum, está constituido por un parque infantil, un árbol de aluminio, un molino de viento, soldaditos de plomo, diferentes juegos para niños, caminerías y áreas verdes. Aquí podemos observar la escultura de un "Trolll", donado por los niños de Noruega, concebido como una muestra permanente del espíritu de la Navidad en la ciudad y es frecuentado por visitantes y residentes.
La Torre Solar de Alejandro Otero, de 50 metros de altura por 53 de diámetro en la parte superior,  instalada en la Plaza La Democracia, es como dice Alfredo Boulton “una estructura de encajes, que sobre el cielo negro va formando diferentes tramas de hilos de acero que parecen cien telas de araña superpuestas que giran alrededor de la gran columna de metal, sobre la cual se reflejan, en lento ritmo, las luces de la noche. Es, en ese instante, un instante de la mayor importancia. Nace un nuevo  idioma plástico en medio de un gran centro industrial. En lentos movimientos rotan los dos grandes cuerpos circulares: "dos turbinas eólicas superpuestas, girando cada una en un sentido inverso sobre un eje al final de un cilindro de concreto revestido de placas  metálicas en el que se utilizaron 57 toneladas de acero inoxidable", según refiere Otero. Las aspas  cóncavas hacen girar todo el  cuerpo superior de la escultura, el cual como un satélite espacial va  moviéndose en absoluto silencio,  por el aire, donde estallan miles de soles desde los módulos de acero, en su recorrido por las luces del día. Silenciosamente, como en un sueño, la Torre Solar va dando al cielo un nuevo sentido de habitabilidad aérea…”.



miércoles, 25 de septiembre de 2013

El Pintor Domingo Álvarez

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Si vamos a Guri seguro nos encontramos con una obra de Domingo Álvarez, lo mismo ocurre si vistamos el Museo de Ciudad Bolívar.  Pero nada tiene que ver este Domingo Álvarez con el que gobernó al Estado Bolívar entre 1974 y 1975.
El primero de los nombrados es un arquitecto, un artista del mundo plástico, y el otro un abogado y político ya extinto en condiciones precarias de salud, pero buen tribuno y de admirable calidad humana  Coincidencia, el nombre de ambos resonaron en 1974, uno por Gobernador y el otro por donante de una obra al Museo de Ciudad Bolívar.
Efectivamente, el artista Domingo Álvarez, en el mes de mayo, dono al Museo de Ciudad Bolívar una obra de relevante dimensión titulada “Paisaje Verde”.  Acababa de recibir el Primer Premio en el Concurso al cual concurrieron artistas como Harry Abend, Alejandro Otero y Víctor Valera.
En esta obra que podemos apreciar en el Museo de Ciudad Bolívar, Álvarez  evidencia tres de las principales ideas que, una vez superada la referencia surrealista,  se concreta en tres problemas básicos: multiplicación del espacio, creación de espacios internos y repetición interminable en el espacio  de los colores primarios  en la luz (rojo, azul y vede) magnificados por el uso de espejos en cámaras y ambientes  donde la luz-color se multiplica en el infinito.
Domingo Álvarez, ha realizado exposiciones individuales en Caracas, Nueva York, donde expuso “Sala de Espejos Mutantes” (1971), Basilea, Paris, entre otras ciudades y en calidad de arquitecto, su profesión universitaria, diseñó la Plaza La Democracia donde se levanta la Torre Solar de Alejandro Otero en Guri.
En 1972 expuso La Gramática del espacio”(en la foto)  que a decir de Alfredo Boulton es la utilización de materiales imprevistos en la expresión contemporánea de las artes plásticas con los cuales logra a veces resultados de una gran belleza.  Con un sabio juego de espejos la imagen se repite interminablemente y logra dar la infinidad del tiempo.
Este artista es dominicano, pero reside en Venezuela desde 1937. Estudió arquitectura en la UCV y en Italia hizo un posgrado en urbanismo (Instituto Universitario de Arquitectura, Venecia. Profesor de urbanismo en la Facultad de Arquitectura desde 1961, obtuvo por concurso la cátedra de composición en el taller Carlos Raúl Villanueva de esa Facultad, la cual ejerció hasta 1979. En 1964 realizó el primer cubo de su serie de Cubos de espejos: una caja cerrada en la que podía contemplarse su interior a través de un visor de 160°. En 1965, con José Ignacio Cabrujas y Rolando Peña, presentó Homenaje a Henry Miller (UCV), que tras las experiencias multidisciplinarias unió en Venezuela por primera vez danza, teatro y cine. En 1967, con un proyecto de instalación donde planteó utilizar espejos transparentes, a escala urbana, gana el primer premio en un concurso organizado por la empresa Montana. Entre 1967 y 1969 formó el grupo Comunicación e Imagen, con el que concibió y realizó la exposición "Minas y petróleo", instalada en el Parque El Conde para el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. La exposición era un espectáculo audiovisual que ocupaba varias salas a través de nueve ambientes. En 1968 participó en el XXIX Salón Oficial, con la obra titulada La calle, que ganó el Premio Marcos Castillo creado por la Oficina Central de información (OCI) para obra experimental. En La calle,

Álvarez propuso una imagen de la ciudad, ordenando una serie de objetos dentro de una cámara de refracción de reducidas dimensiones que, por efecto de la disposición de los espejos, creaba un espacio virtual que reproducía al infinito la imagen de La calle. 

martes, 24 de septiembre de 2013

EXCURSIONISTA DE SEMANA SANTA TRAS EL PAVÓN

El Pavón, hermoso y exquisito pez localizado en las lagunas marginales del Río Caura, llegaría a extinguirse si no se rectifica el lapso de veda impuesto por el Ministerio de Agricultura y Cría.
         Tal afirmación la hizo  el 8 de mayo de 1973, el señor Dámaso Méndez Castro, deportista y aficionado a la pesca, quien explicó entonces que el MAC tiene permitido la pesca del Pavón durante los primeros tres meses del año y mantiene prohibición durante los meses restantes.  Sin embargo, de acuerdo con las observaciones del señor Méndez Castro, el Pavón desova durante estos meses, por lo que recomendaba que la veda  se impusiera desde mediados de febrero a mediados de octubre.
         El Pavón es el verdadero “Pavo real” de los ríos y su carne es delicada y apetecida por la gente de buen gusto.  La Guardia Nacional ejerce el control sobre la pesca de esta especie, permitida mediante permiso para una captura o pesca no mayor de diez peces.
         Durante la Semana Santa y ordinariamente los fines de semana, excursionistas de Guayana y Oriente, con  botes livianos transportables en trailer o sobre el techo de sus  autos, surcan las  lagunas del bajo Caura y del Aro en busca de este pez de vistosa coloración  que llega a pesar hasta cinco kilogramos.
Es una especie depredadora  por excelencia, según biólogos como el doctor Daniel Novoa, y para su captura se utiliza principalmente el anzuelo con carnada viva o la modalidad de pesca con señuelos en movimiento.  Es la especie deportiva de los ríos venezolanos y su pesca está regulada por las autoridades ambientales y de los recursos renovables que tratan de impedir su explotación comercial a fin de protegerlo de la pesca indiscriminada.
Debido a su propiedad de especie depredadora, fue sembrado en el Lago de la Gran Presa de Guri para exterminar o neutralizar las pirañas o Caribe que llegaron allí nadie sabe cómo.
El pavón está considerado como uno de los peces más inteligentes y agresivos y produce una explosión al morder el señuelo y saltar pare librarse de la captura para lo cual el aficionado tiene que estar bien preparado y con una caña muy especial.
Se alimenta de presas vivas como camarones y lombrices. ..Hay muchísimos nombres comunes para estos peces en Brasil. El más popular es tucunaré. En el Estado Bolívar se conoce como Pavón. Aunque la ciencia conoce solo cinco especies, algunos ictiólogos creen que hasta hay 12 en lagos y ríos de agua dulce de Sudamérica.
Para los pescadores deportivos de agua dulce este pez, es sin duda el mejor trofeo; su astucia, su valentía y su agresividad, aparte de su exquisita carne lo hacen ser el pez más buscado en Sur América y Norteamérica. Innumerables pescadores de todas partes  vienen al Caura, al Lago de Guri, así como al Amazonas Venezolano y Brasileño para pescarlos y devolverlos, hay un sin número de campamentos de pesca a las orillas de los ríos y lagunas donde habitan estos bellos animales, fomentando así un Eco-Turismo bastante importante en la zona.
Además de ser una exquisita vianda, el pavón es solicitado por su coloración como pez de acuario, pero debido a su instinto depredador, en acuarios hay que mantenerlo con peces más grandes.  Es capaz de decorar él solo un acuario. La coloración varía según el estado anímico que tenga el animal y es muy variable según la edad, en los juveniles predominan los tonos grises y en los adultos el verde oliva, el anaranjado, azul, amarillo-dorado (AF)o:p>




lunes, 23 de septiembre de 2013

El Patrono de los periodistas

Así como los abogados tienen a San Ivo como patrono; los médicos a San Lucas y los ingenieros a Santo Domingo de la Calzada, los periodistas tienen a San Francisco de Sales.
Exactamente,  San Francisco de Sales, es el patrono o santo protector de los comunicadores sociales y pocos son los que lo saben.  Lo digo porque no obstante que el Día del Periodista siempre se inicia con una misa en la Catedral, no recuerdo que alguna vez, sacerdotes o comunicadores, hayan invocado el nombre de ese Santo, también patrono de la Familia Salesiana, fundada por San Juan Bosco, santo casualmente del cual fui devoto cuando niño por conculcación del catalán Padre Agustín Tenías, párroco de La Asunción en Margarita, del cual fui monaguillo cuando estudiaba cuarto grado en la “Francisco Esteban Gómez” dirigida por otro catalán de apellido Pibernat.
 San Francisco de Sales era francés nacido en Saboya el 21 de agosto de 1567  y fallecido en Lyon el 28 de diciembre de 1622. Estudió en Paris con los jesuitas. Deseaba ser sacerdote, pero se lo ocultó a su padre; sólo su madre y amigos íntimos lo sabían. Al terminar de estudiar, un acontecimiento ayudó a su ordenación: el canónigo de Sales, ayudado por el obispo Granier de Ginebra,  hablaron con el Papa, quien lo nombró deán del capítulo de Ginebra. El nombramiento llegó de sorpresa para su padre, quien aceptó la ordenación. A partir de ese momento, ejerció el sacerdocio brillando con una personalidad alegre, paciente y optimista.
En 1594, fue hacia la zona de Chablais dominada por calvinistas. En un inicio fue echado por los pobladores y tuvo que pasar temporadas viviendo en la intemperie y de manera rudimentaria, evitando dos intentos de asesinato e incluso ataques de lobos, pero su celo y trabajo empezaron a dar fruto. Debido a su carácter amable y paciente y a una propaganda hecha a mano y distribuida casa por casa, profunda en su contenido, refutando las ideas calvinistas, logró cautivar a los pobladores y convertirlos.  Francisco de Sales resumió su labor a Juan de Chantal con esta frase:  “Yo he repetido con frecuencia que la mejor manera de predicar a los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas”.
Su labor quedó manifestada con la visita del obispo Granier cuatro años más tarde cuando fue recibido por gran número de católicos, hecho que antes hubiera sido imposible. Los escritos de los que se sirvió fueron los que hicieron su primer libro de "Controversias" y revelaron el carácter de escritor de Francisco.
En 1602 el obispo Granier murió y Francisco tomó su lugar. Su estilo de vida y carácter cobraron mayor fama ya que se reveló como un gran organizador de su diócesis.
Cuando se cumplieron cuatro siglos de su nacimiento, Pablo Sexto lo proclamó como una de las mayores per­sonalidades de la Iglesia y de la Historia. Es el protector de los periodistas. El Santo que podemos llamar "ecuménico", que es­cribió "Las Controversias" para razonar clara y amablemente con los calvinistas de su tiempo y fue el maestro del espíritu que enseña la perfección cristiana para todos los estados de la vida. "Fue ba­jo estos aspectos un precursor del Concilio Ecuménico Vaticano II. Estos grandes ideales son todavía de actualidad y nosotros diri­giendo nuestro pensamiento a los periodistas especialmente, eleva­remos oraciones a fin de que es­tos ideales encuentren por nuestra parte el interés que merecen y obtengan del Santo en el cielo y de la Virgen, de la que él fue devoto, válida promoción".



domingo, 22 de septiembre de 2013

El Orinoco un río ocioso


Atardecer Santa Cruz del Orinoco
Los bolivarenses se pregun­tan a cada rato para qué sirve el Orinoco, ese río pintado, cantado y exaltado por nues­tros artistas. ¿Para qué sirve ese recolector monstruo de la hidrografía nacional?
Si sirve para algo, la gene­ración actual lo ignora. Aun­que mil crónicas hablan de un gran río que deslumbró a Colón hasta el punto de confundirlo con un río de El Paraíso. De un río que conducía a mil pueblos dorados encontrados tan sólo en la imaginación de Sir Walter Ra­leigh. De centenares de hom­bres, desde Diego de Ordaz y Alonso Herrera, que murieron en la aventura de su explora­ción. De una aventura que lo desandaba hasta el nacimien­to que un día sólo pudieron en­contrar los arriesgados de una expedición franco-venezolana.
Todavía cuando  Frank Rísquez llegó a las ca­beceras del Orinoco, éste era navegable casi en todo su cur­so acarreando toda clase de mercancías, comunicando y vitalizando cada pueblo en un área de diez mil kilómetros cuadrados carente de vías te­rrestres.
Ciudad Bolívar era el puerto más importante del Orinoco y su comercio cu­bría una línea fluvial y maríti­ma que comprendía Trinidad, Cumaná, Margarita, Barcelo­na, La Guaira, Las Antillas y se extendía a todo el Apure, el Meta y Portuguesa, el Guavia­re, Barinas, Mérida y muchos otros pueblos intermedios.
Pero un día fueron descu­biertas las montañas de hierro del Trueno, La Paria y San Isidro y la navegación por el río se circunscribió al tramo de su desembocadura, desde Boca Grande hasta Matanzas en un recorrido de apenas 341kilómetros de 2 mil que antes eran navegables.
El resto del río ha muerto y en el trayecto de ese curso abandonado, muchos pueblos languidecen, entre ellos, Ciudad Bolívar que terminó por perder su aduana y capitanía de puerto dejando de ser posi­blemente para siempre la ciu­dad mercantilista y cosmopo­lita de otros tiempos y a la que Juan Vicente González, algu­na vez y no sabemos bajo que estado de ánimo, llamó "La Fenicia Venezolana".
Desde que el hierro es hierro, se acabó la aventura y la na­vegación por el Orinoco medio y alto. Se acabó hasta la pesca porque siendo el hierro renglón de altos ingresos y de importancia para el desarro­llo industrial del mundo, no había tiempo para seguir pen­sando en el Orinoco como vía de comunicación y de interés social y económico para Vene­zuela. Se olvidaron las creci­das y los descensos. Nadie más se ocupó del ciclo de vida de los peces por cuya ignoran­cia ha sido prácticamente ago­tada su fauna. Se ha olvidado hasta el escape de agua al río Amazonas por el brazo Casiquiare y tantos proyectos para los cuales podría ser útil ese inmenso caudal de agua que cruza a Venezuela desde la Sierra Parima hasta el Atlán­tico.
Aparte de su acción destruc­tiva arrastrando hacia el mar la capa vegetal de su influen­cia, desbordarse en la curva de cada ciclo, destruir semen­teras y dejar ruina en los bo­híos de campesinos y pescado­res, el Orinoco actual no sirve para nada, ni siquiera se utili­za para hacer turismo.
Mientras otros grandes ríos como el Mississipí, el Volga y el Rhin acarrean hasta 200 mi­llones de toneladas por año, el Orinoco sigue inútil, ocioso, improductivo en sus dos mil kilómetros de línea navega­ble, utilizando apenas con ayu­da del dragado el tramo que permite la salida de 22 millo­nes de toneladas de hierro to­dos los años.
Lo mismo que con el ferrocarril, ocurre con el Orinoco. Ambos han sido aplastados por el afán de lucro. Reyes Baena lo dijo: nos han impuesto el automóvil, el ca­mión y los jets co­mo únicas alternativas de co­municación.



sábado, 21 de septiembre de 2013

El Orfeón Cinético de Fitzi



El encuentro de Ciudad Bolívar con el arte óptico gracias al Museo de Arte Moderno  y a su creador pionero universal de ese arte óptico en su modalidad cinética,  orientó no sólo a numerosos jóvenes hacia una tendencia plástica diferente a la tradicional, sino también a músicos y compositores como José Francisco Miranda (en la foto) que anunció entonces estar trabajando en la creación de un Orfeón Cinético.
         La primera presentación pública de este sorprendente conjunto  que modificaba substancialmente la forma polifónica del canto, ocurrió en la noche del 3 de octubre de 1972, en el auditorio del Grupo Escolar Estado Mérida y fue posible apreciar entonces la interpretación de cuatro  hasta ocho canciones a una vez con movimientos danzantes de los integrantes del grupo.
         El Profesor Fitzí Miranda como prólogo de su demostración ante un rebasado auditorio intrigado y movido por la curiosidad, explicó que la Coral concebida por él,  podía interpretar ordinariamente varias piezas musicales diferentes dentro de un tono armónico y equilibrio que permite captar la esencia de las correspondientes melodías.
         Se trataba de un “cinetismo audible” y si a eso se agregaba que los integrantes del grupo polifónico escenificaban la pieza con movimientos danzantes,  el resultado no podía ser otro que el de una estampa múltiple del sonido y de las formas.
         En esta labor, el Profesor Miranda primeramente realizaba los arreglos armónicos y luego levantaba lo que él llamaba “Sonograma”.  Esa noche del debut,  la pieza falconeana “Sombra en los Médanos” (Penetrable 1) fue ejecutada simultáneamente con las melodías “Misotys”, “Sobre las olas”, “Danubio azul”, “Las bellas noches de Maiquetía”, “Geranio”, “Ensueño” e “Imitación del Pájaro Chuchumbé”, todos valses.
         El Orfeón Cinético de Guayana estaba formado por 38 personas sometidas previamente a un proceso de preparación y ensayos durante  tres meses.  Fitzí Miranda, autor del joropo “La Sapoara” que en 1936 popularizó  la voz de Soledad Espinal,  había compuesto entonces 8 conciertos para piano, 62 canciones y varios himnos, entre ellos, “El Estudiante”.
En el marco de sus composiciones musicales, creo que su último intento fue el de complacer a Soto (ambos nacieron en Santa Ana), inventando su "Orfeón Cinético" desvanecido por la propia fuerza de su extinción física. Estaba tan entusiasmado que nos llevó a su pequeño cuarto de estudio en lo alto de su quinta "Norelsa" de la avenida Táchira y nos hizo apreciar las grabaciones de sus ensayos.
Si la pintura vibra y resuena con tambores de vanguardia en el ámbito artístico mundial signada por la novedad del cinetismo, por qué no la música? se preguntaba. Desde que el hombre comenzó a captar la música en el monosilábico balbuceo del niño, la forma y expresión del sonido, del ritmo y la melodía se han complicado en su evolución que ya no hay manera de detenerlos. Siempre, por ello, "el futuro de la música es de difícil pronóstico".
Edgard Varese, compositor norteamericano, aconsejaba abandonar la orquesta clásica cuyos instrumentos no ofrecen sino limitaciones, y utilizar en su lugar instrumentos eléctricos para que el músico en estado de creación pueda disponer de todos los sonidos del universo. Algo aproximado creo que se proponía Fitzí cuando quiso modificar las corales, las agrupaciones polifónicas: divorciarse del grupo polifónico tradicional para situarse ante el Orfeón Cinético realizando con sus cuatro voces características una polifonía moderna.
Fitzí, como Varese, se lanzaba con una nueva teoría dentro del campo de la música y la concretó con la anuencia de la zona educativa, fundando con colegas de la docencia el Orfeón Cinético del Magisterio que debutó en el auditorio del Grupo Escolar Mérida. (AF)


viernes, 20 de septiembre de 2013

La visita del Nuncio Apostólico


Monseñor Antonio Del Giudice, representante del Papa Paulo VI en Venezuela y decano del cuerpo diplomático, recibió una réplica de la Llave de la ciudad y fue declarado huésped de honor por el Concejo Municipal de Heres.
         El Nuncio Apostólico visitó Ciudad Bolívar el 27 de noviembre de 1973, y permaneció durante dos días, presidiendo las festividades de Cristo Rey y promoviendo el Año Santo a iniciarse en el mundo el 2 de diciembre.  A su llegada fue objeto de un caluroso recibimiento por parte de las autoridades civiles, eclesiástica y católicos activos.
         El Prelado, al pisar tierra guayanesa por primera vez, dijo “sentir un doble abrazo: el de este suelo fecundo y ardiente y el de sus corazones cristianos efervescentes de fe.  Yo no soy representante de un Estado a quien el pueblo de Guayana recibe, sino el representante del Vicario de Cristo, Su Santidad Paulo VI, y veo ese gesto de recibimiento con la misma sinceridad con la que el pueblo guayanés  ha manifestado su adhesión a la Iglesia.  Veo en él la admiración que como hijos fieles y dóciles tienen ustedes  con la doctrina, las actitudes y la persona del Santo Padre”.
         El Nuncio al rogar porque el Señor conceda sabiduría y valor a nuestros gobernantes, saludó y bendijo al pueblo de Guayana en nombre del Papa Paulo VI.  Seguidamente se dispuso a cumplir con un intenso programa de ritos y visitas preparado por el Arzobispo Crisanto Mata Cova.
El Nuncio se vio acompañado, además de su anfitrión el Arzobispo Crisanto Mata Cova, de los prelados de Maturín, Delta Amacuro y Misiones del Caroní.  Presentes también en la clausura en la Casa Hogar Santa Inés de los ejercicios espirituales de 30 sacerdotes y obispos, así como en la procesión del Santísimo Sacramento desde la Catedral hasta el Mirador Angostura a la orilla del Orinoco donde ofició una misa al aire libre.
El Nuncio durante su estada visitó Ciudad Guayana, Canaima, Ciudad Piar y Guri y en cada uno de esos lugares los católicos prepararon actos especiales de acuerdo con la alta dignidad del visitante.
El Nuncio se hallaba en Venezuela como tal desde el 2 de diciembre de 1970 procedente de la República de Santo Domingo.  Su nombre trascendió internacionalmente cuando a raíz del golpe militar brindó refugio y asilo al depuesto presidente Joaquín Balaguer considerado como títere de Trujillo.
Sus relaciones con e! Gobierno  de Balaguer, fueron discretas. Si en algún momento hubo fricciones como en el caso de algunas religiosas expulsados por marxistas e intervenir en política se resolvieron con discreción. Llamado por Roma para ejercer funciones en Venezuela, la revista católica dominicana «Amigo del Hogar» le dedicó estas líneas no muy gratas a monseñor Antonio Del Giudice: «Por razones de consideración y caridad cristiana, le decimos hasta la vista, pero en nuestra condición de periodistas no hemos de agradecerle nada». Entre la Prensa dominicana eran ya muy viejas las quejas contra el nuncio, que  jamás recibía a los periodistas y pocas veces respondió a sus preguntas ni a sus demandas de información”.
Monseñor Del Giudice al parecer era muy severo, pues tan pronto salió de Venezuela en diciembre de 1974 destinado por Roma a la Nunciatura de la República insular de Malta, se vio envuelto en conflicto con el Gobierno laborista hasta el punto de ser declarado no grato.

Nacido en abril 1913 en el barrio Born de la provincia de Barcelona, España, Monseñor Antonio Del Giudice estuvo después  en Kuwait  y luego en Iraq donde falleció siendo  Nuncio Apostólico  en 1982.

jueves, 19 de septiembre de 2013

El músico y compositor Telmo Almada


El vals, esa danza cadenciosa y elegante que empezó a extenderse en Europa a fines del siglo XIX y que más tarde popularizó Strauss, llega­ría a tocar las puertas de Venezuela y a extenderse por toda la geografía nacional a través de las pianolas como también de los fonógrafos, victrolas y auto-fónicas de cuerda que eran apara­tos asequibles sólo para determinada clase so­cial. Los que no podían disfrutar de una victrola, se conformaban con escuchar los valses los días de retreta o cuando algún grupo musical del pueblo declarado en asueto se ponía a alegrar a los moradores.
En Zaraza, un muchacho llamado Telmo Alnada, que tocaba el cornetín, fue uno de los tantos músicos que se estacionaron en el vals importado y al fin popularizado en Venezuela, tanto como el joropo. El vals siempre ha sido la danza-de etiqueta y dominó a lo largo del siglo veinte la sensibilidad del venezolano.
En Ciudad Bolívar siempre ha estado presente en el acontecer festivo desde los tiempos de Benjamín Teófilo Siegart, quien lo disfrutaba íntimamente en una pianola importada de Hamburgo.Pero, el músico y compositor que más se afincó en el vals fue Telmo Almada.
Él siempre estuvo ganado por la cadencia de esta música de origen alemán. Desde joven nunca se conformó con la manera de ejecución e interpretación de los valses que llegaban a sus manos, sino que puso a prueba su capacidad creativa y logró más de 200 composiciones que andan rodando por todo el territorio y quién sabe si han ido más allá, que es lo probable, porque Telmo Almada era un románico como Félix Mejías, que nunca se ocupó por conservar, registrar y legalizar sus creaciones musicales, sino que luego que salían de sus arpegios quedaban libres como el viento. Por ello este músico y compositor guariqueño-guayanés que nació el 14 de abril de 1901 y murió el 14 de octubre de 1973, se limitaba a decir que durante su vida de artista compuso más de 200, pero que jamás recibió un centavo por derecho de autor.
Cuando lo visitamos en su casa de la calle Libertad poco antes de morir, nada de su produc­ción conservaba. Tan sólo, en su oscuro territorio privado, un piano moderno contrastando con la pobreza de su habitación y una guitarra con la cual solía escapar de la invidencia que padecía desde 1971.
Un muchacho de melena hippie lo acompañó durante los días deprimentes de su senectud, días sólo para el mutismo y el recuerdo de tiempos irrepetibles: el Teatro América, sustituto del Teatro Bolívar con su cine silente y la orquesta que daba vida a aquellas funciones del celuloide carente de sonido. Ese tiempo lo vivió Telmo Alrnada intensamente junto con Nicanor Santa­naría, Miguel y Ramón Delgado,  Félix Mejías, Luís Rafael García Parra (Papá de Soto), Ramón Díaz, Manuel Díaz y Antonio León Rubio.
En 1972, el núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente instituyó la Orden “Ilustre Ciudadano” y la impuso ese año al músico y compositor Telmo Almada.
Al homenaje de la Universidad se unieron la Casa de la Cultura, organismos oficiales, instituciones artísticas y culturales del Estado en un brillante acto en el auditorio del Grupo  Escolar Estado Mérida.
Telmo Almada, después de haber dirigido durante 30 años la Banda Dalla Costa, del Estado, fue jubilado y en un cuarto de la Casa Wantzeliuz de la calle Libertad, vivía en la oscuridad y soledad de su ceguera, sintiendo la voz y los sonidos de sus únicos compañeros: el piano, la guitarra y un amigo con melena de hippie.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Museo de Ciencias de Ciudad Bolivar


Los antiguos predios de la Cervecería de Ciudad Bolívar, en poder de la Cervecería Caracas a través de su subsidiaria  Valores e Inversiones Caracas”, fueron vendidos al Ejecutivo Regional, por menos de su valor real, para ser destinados a la construcción del edificio sede del Museo de Ciencias decretado por el Gobernador Manuel Garrido Mendoza.
         Los predios, con los antiguas ruinas de lo que fue la Cervecería (en la foto) donde se fabricó desde 1920  hasta 1942  la Pilsen Bolívar, la Princesa Bolívar, la Cerveza Angostura y el Jugo de Malta que consumían a profusión todos los pueblos del arco sur y norte del Orinoco, está ubicado en la avenida Germania a escasos metros del Museo de Arte Moderno Jesús Soto.
         Desde la Guerra Mundial desapareció esta importante fábrica de cerveza de Ciudad Bolívar y desde entonces el abandono hizo presa fácil de lo que fue apreciable fuente de trabajo  y que los bolivarenses quisieron rescatar para un museo. Museo que se quedó en decreto y en todo un proyecto elaborado por el doctor Eduardo Jahn Montauban.
En ese proyecto estuvieron metidos de lleno el ingeniero Mario Palazzi, Monseñor Crisanto Mata Cova, Francisco Battistini, Luis José Candiales, Jhon Conde Brandt, Francisco Vitanza, Lino Bossio, Cleto Salandy, José Antonio Abatti, José Baptista Gómez,  profesor Alberto Bonoli, profesor Alfonso Paraguán, Américo Fernández y el estudiante universitario Arnoldo Díaz Monasterios.
         La negociación para la adquisición del inmueble se realizó con Manuel Cisneros Gambas, administrador de un  Centro Inmobiliario, representante de la subsidiaria de la Cervecería Caracas, entidad que decidió ofrecer el inmueble por la mitad de su valor, tomando en consideración que sería destinado para el Museo. En total 7 mil metros cuadrados de terreno, parte de los cuales fueron destinados después para la construcción del Palacio de Justicia y lo que restaba, no sabemos si la propia Gobernación o la Alcaldía siendo su titular Lenin Figueroa, fueron vendidos a  los actuales propietarios de una empresa ferretera y a los de una empresa de automotores.
         A este viejo inmueble de la Cervecería de Ciudad Bolívar los bolivarenses la identificaban como “El Palomar de la Cervecería” acaso por su arquitectura tan similar.  Entonces la ciudad estaba en la onda de jugar un nuevo rol frente al centro minero y energético de ciudad Guayana y la proponían como ciudad histórica, cultural, residencial, turística y universitaria y en esa dirección la dirigía la gestión del Gobernador Manuel Garrido Mendoza, pero el historiador Manuel  Alfredo Rodríguez no estaba muy de acuerdo, pero defendía y abogaba por la importancia y reivindicación del Caco Histórico.
Él creía que para salvar la ciudad, pata salvar ese patrimonio histórico y ar­tístico que es el centro-, más bien es necesario con­centrar las instituciones como Museos en el centro y, si es posible, parar un poco las construcciones en las afueras. Por ejemplo, antes que destinar ese in­mueble de la Cervecería al Museo de Ciencias, creía que  sería mejor utilizar la Casa de la Laja de- la- Zapoara, es decir, la Casa de los Ma­chado (Casa de las doce ventanas) que es un verdade­ro palacete, uno de los in­muebles más hermosos que tiene Ciudad Bolívar; o la Casa de los Wanze­lius frente a las ruinas de los Bilancieri, propiedad del Estado y la cual se es­taba cayendo; o la Casa del antiguo Colegio Santa Te­resa en la subida del 14 que es una hermosísima casa, para ver cómo se logra de­tener ese proceso de des­trucción en favor de la re­modelación de las viejas casas del casco para darle función de utilidad.