Monseñor Antonio Del Giudice,
representante del Papa Paulo VI en Venezuela y decano del cuerpo diplomático,
recibió una réplica de la Llave
de la ciudad y fue declarado huésped de honor por el Concejo Municipal de
Heres.
El
Nuncio Apostólico visitó Ciudad Bolívar el 27 de noviembre de 1973, y
permaneció durante dos días, presidiendo las festividades de Cristo Rey y
promoviendo el Año Santo a iniciarse en el mundo el 2 de diciembre. A su llegada fue objeto de un caluroso
recibimiento por parte de las autoridades civiles, eclesiástica y católicos
activos.
El
Prelado, al pisar tierra guayanesa por primera vez, dijo “sentir un doble abrazo: el de
este suelo fecundo y ardiente y el de sus corazones cristianos efervescentes de
fe. Yo no soy representante de un Estado
a quien el pueblo de Guayana recibe, sino el representante del Vicario de
Cristo, Su Santidad Paulo VI, y veo ese gesto de recibimiento con la misma
sinceridad con la que el pueblo guayanés
ha manifestado su adhesión a la Iglesia. Veo
en él la admiración que como hijos fieles y dóciles tienen ustedes con la doctrina, las actitudes y la persona
del Santo Padre”.
El
Nuncio al rogar porque el Señor conceda sabiduría y valor a nuestros
gobernantes, saludó y bendijo al pueblo de Guayana en nombre del Papa Paulo
VI. Seguidamente se dispuso a cumplir
con un intenso programa de ritos y visitas preparado por el Arzobispo Crisanto
Mata Cova.
El Nuncio se vio
acompañado, además de su anfitrión el Arzobispo Crisanto Mata Cova, de los
prelados de Maturín, Delta Amacuro y Misiones del Caroní. Presentes también en la clausura en la Casa Hogar Santa Inés
de los ejercicios espirituales de 30 sacerdotes y obispos, así como en la
procesión del Santísimo Sacramento desde la Catedral hasta el Mirador Angostura a la orilla
del Orinoco donde ofició una misa al aire libre.
El Nuncio
durante su estada visitó Ciudad Guayana, Canaima, Ciudad Piar y Guri y en cada
uno de esos lugares los católicos prepararon actos especiales de acuerdo con la
alta dignidad del visitante.
El Nuncio se
hallaba en Venezuela como tal desde el 2 de diciembre de 1970 procedente de la
República de Santo Domingo. Su nombre
trascendió internacionalmente cuando a raíz del golpe militar brindó refugio y
asilo al depuesto presidente Joaquín Balaguer considerado como títere de
Trujillo.
Sus relaciones
con e! Gobierno de Balaguer, fueron
discretas. Si en algún momento hubo fricciones como en el caso de algunas
religiosas expulsados por marxistas e intervenir en política se resolvieron con
discreción. Llamado por Roma para ejercer funciones en Venezuela, la revista
católica dominicana «Amigo del Hogar» le dedicó estas líneas no muy gratas a
monseñor Antonio Del Giudice: «Por razones de consideración y caridad
cristiana, le decimos hasta la vista, pero en nuestra condición de periodistas
no hemos de agradecerle nada». Entre la Prensa dominicana eran ya muy viejas
las quejas contra el nuncio, que jamás
recibía a los periodistas y pocas veces respondió a sus preguntas ni a sus
demandas de información”.
Monseñor Del
Giudice al parecer era muy severo, pues tan pronto salió de Venezuela en
diciembre de 1974 destinado por Roma a la Nunciatura de la República insular de
Malta, se vio envuelto en conflicto con el Gobierno laborista hasta el punto de
ser declarado no grato.
Nacido en abril
1913 en el barrio Born de la provincia de Barcelona, España, Monseñor Antonio
Del Giudice estuvo después en
Kuwait y luego en Iraq donde falleció
siendo Nuncio Apostólico en 1982.
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