sábado, 12 de noviembre de 2016

Convenio y Declaración del Orinoco

El 13 de octubre de 1990, los gobernadores de Bolívar, Andrés Velásquez; de Anzoátegui, Ovidio González; de Apure, José Montilla; de Guárico, Modesto Freites; de Amacuro, Emery Mata Millán; de Amazonas, Edgar Fallardo y el Presidente de la CVG, Leopoldo Sucre Figarella (en la foto), suscribieron en Ciudad Bolívar un convenio del área de influencia del río Orinoco, similar a uno que días antes había sido  suscrito en la Casa del Congreso de Angostura.

         Aquel Convenio del 90, cuya firma presenciaron el Ministro José Antonio Abreu, el gobernador de Sucre, Eduardo Morales Gil y numerosos representantes de las instituciones vitales de la región y la nación, tenía por objeto articular un programa orgánico para complementar recursos y acciones en las áreas de planificación y desarrollo del Orinoco y afluentes, respetando la división territorial del País.
         Para ejecutar dicho convenio se creó una Junta del Orinoco, integrada por cada uno de los Gobernadores de los Estados y territorios ya mencionados, y por el ministro presidente de la CVG, con asistencia técnica de los Ministerios del Ambiente, Transporte y Comunicaciones.
         Finalmente se firmó la llamada “Declaración del  Orinoco” que promueve un acuerdo de integración cultural regional para poner en práctica políticas, planes y programas que materialicen proyectos tendentes al estudio científico de la cultura, más allá de los límites políticos y administrativos de cada entidad federal y de cada organismo especializado.
         Ahora, después de dos decenios durante los cuales nada se ha hecho y el asunto está más que en punto de olvido, los guayaneses piden una explicación pública previa a quienes de alguna manera la mayoría del pueblo favoreció para que haya continuidad  en la ejecución de los proyectos promisorio y progresistas y especialmente para que sobre ese principio de derecho administrativo funcionen los Poderes del Estado. Es triste y lamentable que en el curso de los dos últimos quinquenios, los bolivarenses en particular y los guayaneses en general, no haya tenido explicación sobre los resultados de aquellos Convenios del 90.
 La interrogante que aguijonea  a muchos de los que presenciaron o participaron de alguna manera en aquel acto público realizado en el auditorio del edificio de la CVG, es la de por qué se apagó ese impulso de integración en torno al río.  ¿Qué paso?  ¿Acaso una  pared muy alta imposible de escalar? Si eso ha sido así, que lo digan y si no, que también lo digan, pues no se debe estar enunciando, anunciando y publicitando proyectos que después de un gasto millonario y consumo de horas útiles que paga el sudor del pueblo, resultan  meros globos de ensayo.
         Este convenio, probablemente, tuvo como punto de partida el trabajo de investigación que a través de Rafael de León y Alberto Rodríguez Díaz realizó la Corporación Venezolana de Guayana conjuntamente con el Ministerio de Obras Públicas, publicado en 1976 bajo el título de  “El Orinoco, aprovechado y recorrido”.
         Dicho trabajo abarca investigaciones sobre el hombre en la cuenca del Orinoco, rutas para el desarrollo de Venezuela, rutas suramericanas de navegación interior, recursos de la cuenca del Orinoco, el desarrollo industrial de Ciudad Guayana y finaliza con un conjunto de ideas y proyectos para el desarrollo y aprovechamiento de las Cuencas del Orinoco, Río Negro y Cuyuní.
         En síntesis, el trabajo destaca la importancia y trascendencia que tuvo la comunicación fluvial para derivar de su consideración orientaciones tendientes al aprovechamiento, consolidación  e incorporación efectiva de los dilatados territorios del Sur, surcados por nuestros principales ríos y aún en buena parte inexplorados.

         

1 comentario:

  1. Nunca serán suficientes las expresiones de gratitud a este ñero-guayanés por sus estudios,recopilaciones, trabajos, investigaciones, desvelos, ejercicio periodístico y acción gremial, en beneficio nuestra gran región. Dios le bendiga por su ejemplar amor a Guayana.

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