La escuela primaria en la actualidad está fuera del tiempo y del espacio, dijo el profesor Jesús Rosas Marcano (en la foto), en el curso de una conferencia dictada el 17 de junio de 1978 en la biblioteca “Rómulo Gallegos” sobre el periodismo escolar.
En la conferencia, patrocinada por la Dirección de Cultura del
Estado, el profesor Rosas Marcano se refirió a la obsolescencia metodológica,
la rutina y el tradicionalismo como factores inconvenientes en la realización
de una conciencia nacionalista en el niño, de un sentimiento auténtico y de una
identificación con la realidad.
El profesor propuso que los maestros se
acogieran a exigencias prácticas renovadoras y utilizaran el periódico adulto
en el aula de clases como instrumento didáctico de primer orden y la confección
del periódico escolar en el propio salón como actividad creadora por
excelencia.
En ese sentido explicó el por qué el periódico
en la escuela y dijo que junto con la televisión, la radio y el cine, los
periódicos constituyen “escuelas paralelas” que rompen con el aislamiento del
mundo exterior. Manifestó que el periódico escolar de la docencia actual tiene
y debe ser distinto al tradicional, es decir, estrictamente realizado por niños
y para niños, sin intervención para su perfeccionamiento de la mano adulta o
del maestro, tal como lo ideó por primera vez el educador Celestino Freinet en
un apartado pueblito francés. Freinet apoyó su fórmula en el texto libre y no
en el tema libre y en el “lineógrafo” para la impresión y la tirada.
El texto libre permite seducir y
comprometer la evolución hacia una pedagogía de la expresión y la creatividad.
Jesús Rosas Marcano, nativo de La Asunción , Margarita,
(1931), poeta, humorista, ensayista, especialista en metodología de la
investigación periodística y profesor de la Universidad Central
de Venezuela, perfeccionó sus conocimientos de periodismo en el Instituto
Francés de Prensa de la
Universidad de Paris y para entonces era colaborador
cotidiano de El Nacional con su columna “Capilla Ardiente” que firmaba con el
seudónimo de “Cirio”.
Falleció a los setenta años de
edad. Entonces fue inmensamente recordado
por su famosa “Capilla Ardiente”.
Podemos decir que Jesús Rosas Marcano siempre estuvo en capilla,
esperando ansiosamente el desenlace de su burla constante a la muerte. Sabía
que la muerte vendría algún día a cobrarse, por eso vivía en capilla, pero
cuando llegara sólo tendría esa oportunidad y no otra, de manera que lo
importante era llevarle para la ocasión una buena ventaja y así ocurrió cuando
la invencible vino por lo suyo.
No ocultaba su miedo a la muerte y la única manera que
encontró de huir de ella era burlándose como lo hacía en Capilla Ardiente, la
más leída durante un tiempo en El Nacional que inició cuando Ramón J. Velásquez
era director del diario de Puerto Escondido.
Pedro León Zapata en una de sus caricaturas lo reconoció cuando dijo que
Jesús Rosas Marcano con Capilla Ardiente se burlaba de la muerte y la firmaba
con un cirio.
Cuando se inició “Séptimo Día”, su Director Simón
Alberto Consalvi, lo invitó para que participara y lo hizo con la sección
“Parihuela” que firmaba con el seudónimo de Hisopo, De sus primeros versos hizo un libro, siempre
con el tema de la muerte, que tituló Pompa y Alegría. Después publicó una selección de Capilla
Ardiente con el nombre de “Clavel de muertos y otros claveles”.
Pues bien, al fin la muerte se hizo presente para
reclamar sus haberes sobre acumulados y seguro que el margariteño la recibió
con una sonrisa mientras los niños que aprendieron con él el periodismo escolar
no pudieron acompañarlo sino con los ojos desmesurados de aflicción y asombro. (AF)
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