Gracias a la iniciativa de la Directiva de la Fundación del Jardín Botánico, presidida por el doctor Leandro Aristeguieta, esto fue posible como también lo había sido el 5 de junio de 1992, Día Mundial del Ambiente, que la Alcaldía del Municipio Heres decretara la Reserva Hídrica del Trabuco.
Dicha reserva se estableció para proteger la zona boscosa y el nacimiento del Morichal de San Isidro. Además cuenta Ciudad Bolívar con el Monumento Natural Cerro del Zamuro, colina que forma parte del conjunto donde tiene su asiento el Casco Histórico de ciudad Bolívar. Asimismo las lagunas costeras del Medio y de los Francos, así como gran parte de la costa del Orinoco que limita con el malecón.
En su libro “La Ciudad de los árboles” dice en su introducción el doctor en botánica, Leandro Aristeguieta, que muchos árboles de Ciudad Bolívar sobresalen por lo vistoso y llamativo de su floración, como el araguaney, apamate, flor de reina, cañafístolo, guamacho, samán, roble, pilón, bototo, araguán guayacán, josefino, guatacaro, paraíso y la ceiba que últimamente han venido arrasando.
En contraposición existen también numerosos árboles cuya floración es imperceptible o poco llamativa, pero en cambio tienen formas atractivas y de abundante follaje como el merecure, algarrobo, aceite, caoba, cautaro, jobo, y tantos otros más.
Se encuentran también numerosos árboles frutales como el mango, merey, níspero, mamón, merecure, ponsigué, pomalaca, icaco, sarrapia, ciruela de huesito, tamarindo, anón, guanábano, cereza, aguacate, tamarindo culí y guayaba, entre los principales.
Del mismo modo resulta muy impresionante observar la distribución de la arboleda en los distintos ambientes de la ciudad. El centro o Casco Histórico de la ciudad establecido, como sabemos, sobre la colina rocosa original, se caracteriza por la ausencia casi total de árboles a lo largo de sus calles y avenidas. Sin embargo, es posible encontrar árboles bien desarrollados en los patios internos de las casas y en las pocas áreas verdes de la ciudad, como la Plaza Bolívar y la Plaza Miranda.
En cambio, en toda el área conocida antiguamente como los Morichales de Ciudad Bolívar, caracterizados por suelos arenosos e influenciados por los numerosos arroyos y manantiales que convergen hacia los drenajes naturales del Orinoco, se observan los ejemplares arbóreos de mayores dimensiones, belleza y lozanía. Podemos así advertir gigantescos aceites, merecures, algarrobos, ceibas, mangos, matapalos, bucares, apamates, jobos, samanes, cara-caros, mamones, nísperos, pilones y robles, que en conjunto dan frescor y belleza a esa zona de la ciudad. Desafortunadamente, debido al avance urbano que se ejerce sobre este sector de la ciudad, con la construcción de nuevas casas y edificios, comienza a notarse ya la desaparición de los antiguos árboles, pobladores originales de los Morichales.
La ciudad también se ha extendido más al sur, después de los Morichales, en terrenos arcillosos, con una vegetación original representada por sabanas y matorrales de chaparro y alcornoque. Allí, las nuevas plantaciones de árboles no han crecido lo suficientemente bien, en parte por la falta de una buena planificación y criterios claros sobre su escogencia y selección, así como también por la escasa fertilidad del suelo.
Todavía es posible encontrar en los aledaños de la ciudad, áreas naturales de gran belleza; arroyos, río, manantiales y morichales que convergen en dirección norte para desembocar en el Orinoco, con sus vegas pobladas de vegetación alta original”.
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