El
martes 29 de marzo de 1986, nacieron siameses en el hospital Héctor Nouel de
Ciudad Bolívar y la noticia comenzó a recorrer el mundo a través de partes
noticiosas despachadas por las agencias internacionales. Se suscitó un gran
interés y de todos los lugares llegaron comunicaciones de científicos y de
centros de investigación interesados en conocer los pormenores del extraño
alumbramiento.
En un cuarto de la sala de Pediatría
fueron bautizados con los nombres de Jesús
y Pedro. Una enfermera con muchos años en el oficio que trabajaba en el
hospital, dijo que nunca había visto un caso similar. Pero así como era extraño
para ella, también lo era para el mundo. Aún así los médicos quedaron
asombrados por la vitalidad, la fortaleza y la belleza de las criaturas.
Casos de siameses han sido reportados
por la literatura científica, pero ninguno con las características de los de
Ciudad Bolívar. Se trataba de un solo cuerpo con dos corazones, tres pulmones, dos columnas vertebrales, dos
brazos, dos piernas y dos cabezas unidas por el cuello. Nacidos con dos cabezas
unidas por el cuello, pesando 3 kilos 800 gramos y con
aparente buena salud. El padre los visitaba todos los días con religiosa
puntualidad. La mamá después del parto, fue dada de alta.
El médico partero fue el doctor Oscar
José Contreras (en la foto de la derecha), pero luego de nacer fueron varios los médicos que tuvieron el caso en
sus manos por considerarlo de gran interés para la ciencia. Los alimentaban con
leche maternizada por una sola boca, sus cerebros actuaban con autonomía,
desarrollo morfológico normal, pero debieron continuar en el hospital del
Seguro Social para el estudio genético.
Según la tradición y así fue confirmado
posteriormente cuando murieron, no es
posible la convivencia de siameses con órganos comunes.
El parto gemelo siamés registrado en el hospital del
Seguro Social de Ciudad Bolívar, tiene de acuerdo con la estadística mundial, recurrencia en cada
cien mil nacimientos.
El doctor Otto Sánchez (foto de la izquierda),
profesor de la Escuela de Medicina durante veinte años y jefe del Departamento
de Microscopia Electrónica del Hospital, seguía junto con un equipo de
médicos este caso q asombró al país por
ser el único que se sepa haya sobrevivido algún tiempo. En México se registró
uno similar tres años atrás, pero sólo vivió diez horas.
Uno de cada cien mil recién-nacidos
tiene una malformación de este tipo, variable, gemelos unido a través del
estómago, del tórax o del cráneo. El de aquí era una fusión completa, dos
mitades asociadas una a la otra.
Si se veía de la cintura hacia abajo
era un niño totalmente normal. La diferencia estaba del abdomen hacia arriba.
El tórax era más ancho. Tenía sus dos miembros superiores normales. Dos cuellos
con dos cabecitas totalmente normales. Los sistemas nerviosos diferentes en el
sentido de que cada cabeza tenía su columna vertebral completa hasta abajo,
donde apenas se fusionaban. Y de hecho, cuando se estimulaba el lado derecho
del niño, reaccionaba el niño derecho y cuando se hacía lo mismo con el lado
izquierdo, reaccionaba el niño izquierdo. Explicó del doctor Otto Sánchez que
igual respiraban independientemente una de la otra. Por lo menos se creía que
tenían dos pulmones. En el espacio del medio no se había precisado hasta el
seis de mayo si existía un pulmón compartido o si eran dos pulmones pequeños.
En el abdomen, uno tenía dos sistemas
digestivos: uno en cavidad abdominal normal y el otro ubicado en una abertura
del diafragma.
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