NATALICIO DE BRÍGIDO NATERA RICCI, 12 DE ENERO DE 1887, FUNDADOR DEL DIARIO "EL BOLIVARENSE
Descendiente de una
importante rama familiar de :la Nueva Andalucía que se radicó en Angostura a la
mitad del siglo diecinueve, mantuvo inalterable
la línea de comportamiento que le asignó
la experiencia atávica consustanciada con las normas del civismo y el derecho y que lo supo alimentar con una pedagogía muy del momento y
una señalada filosofía vida.
--Américo Fernández--
El primer Brígido Natera se ubica en Cumaná luchando bajo las
banderas del liberalismo difundido desde Caracas para toda la provincia en las
páginas del semanario “El Venezolano” dirigido por Antonio Leocadio Guzmán.
De su matrimonio con Juana María Guerra nació Brígido Natera
Guerra, el 28 de julio de 1831, a menos de un año de la muerte del Libertador y
recién consumada la separación de Venezuela de la Gran Colombia.
Brígido Natera Guerra fue un estudiante brillante de su
tiempo que a la edad de 25 años se licenció en jurisprudencia, pero estando el
país en crisis bajo la dinastía de los Monagas y avecinada como estaba una
guerra larga entre liberales y conservadores, Brígido Natera Guerra buscó los
aires reconfortantes de Guayana que ofrecía mejores perspectivas para su vida
profesional. Aquí llegó en 1856 en uno de esos barcos que cubrían la ruta de cabotaje
Orinoco - Mar de las Antillas y consecuente con las ideas de su padre, pronto
tuvo ubicación en la corriente de los Dalla Costa, entre ellos, Juan Bautista
Dalla-Costa Soublette, gobernador de Guayana en tres ocasiones.
Siendo Dalla Costa Soublette presidente del Estado Soberano
de Guayana en 1867, año de su famoso Decreto sobre instrucción pública
obligatoria y gratuita adelantado en 6 meses al de Guzmán Blanco, el
jurisconsulto Brígido Natera Guerra era el Presidente de la Asamblea
Legislativa y como tal le tocó, dentro del marco de la instrucción popular obligatoria
y gratuita, firmar la Ley del 6 de diciembre de 1869 por la cual se creaba la
Escuela de Artesanos , Industriales y Jornaleros que era aspiración del gremio
de artesanos y obreros que ya existía en la ciudad y que se mantuvo vigente
hasta mediados del presente siglo.
Tavera Acosta en sus Anales de Guayana dice que Brígido
Natera Guerra contrajo matrimonio en Guayana con doña María Rosario Ricci el 26
de diciembre de 1859 y que desempeñó “muchos cargos públicos y de honor,
preferentemente los relacionados con la instrucción popular, en los que dejó
gratos recuerdos de su integridad moral y de la bondad de su alma”. Apartado de
los asuntos políticos, dice que vivió feliz hasta su muerte acaecida el 9 de
febrero de 1914 dejando a un hijo que fue honra y prez del Foro guayanés: Luis
Antonio Natera Ricci.
El doctor Luis Antonio Natera Ricci contrajo matrimonio con
María Luisa Grillet Alcalá y de este connubio nacieron María Teresa, muerta a
los 12 años y Brígido Natera Ricci, quien luego de graduarse de Bachiller en
filosofía (título expedido por la Universidad Central de Venezuela) se casó ,en
segundas nupcias con doña Mercedes Febres Alcalá, hija de doña Emilia Alcalá Betanourt y José Jesus Febres
Cordero.
ALCALÁ EL APELLIDO
MAS ANTIGUO DE GUAYANA
La familia Alcalá es de las más antiguas. Data desde los
tiempos de Diego Fernández de Serpa, fundador de Cumaná en 1569. De aquí se
extendió por Guayana a través de doña Isabel Alcalá, Juan Jiménez Alcalá y
Jacinto Alcalá, quienes en 1618 junto al Gobernador Diego Palo meque de Acuña salieron
en defensa de Santo Tomás de la Guayana, atacada por una avanzada de la
expedición de Sir Wal ter Raleigh.
Al tronco de los Alcalá cumaneses pertenece María Manuela de
Alcalá, madre del Mariscal Antonio José de Sucre y el prócer José Gabriel Alcalá,
firmante del Acta de la Independencia del 5 de Julio de 1811 y miembro del
Congreso Constituyente de la Gran Colombia. Radicado en Angostura junto con sus
hijos Francisco y Javier, se casó el 28 de diciembre de 1828 en segundas
nupcias con Basilia Espinosa dando él y sus hijos una frondosa, entrelazada y
bien ramificada descendencia en la cual se encuentra no sólo María Luisa
Grillet Alcalá, esposa del Dr. Luis Natera Ricci, sino Emilia Alcalá
Betancourt, madre de doña Mercedes Febres Alcalá, hija de Emilia Alcalá
Betancourt, quien a su vez era hija de Hortensia Betancourt (upatense) casada
con Alfredo Alcalá, descendiente directo del prócer de la independencia José
Gabriel Alcalá.
Doña Mercedes Febres Alcalá se casó en 1929 con Don Brígido
Natera Ricci y de cuya unión nacieron Álvaro, editor y director del diario El
Bolivarense, fundado por su padre; Berenice, Vicepresidenta de la Línea
Aeropostal Venezolana; David, editor y director del Correo del Caroní; Alfredo,
ex director del desaparecido diario El Pueblo; Luis y Maby, administradores del
Correo. Otros cuatro hijos del primer matrimonio de Don Brígido Natera Ricci y
que fueron igualmente criados por doña Mercedes son; Olga, Telma y los
recientemente extintos abogado y poeta Alejandro Natera Contreras y el
ingeniero Brígido Natera Contreras, quien fue Presidente de Petróleos de
Venezuela.
DON BRIGIDO NATERA
RICCI
Nacido en el casco histórico de la capital orinoquense, el 12
de enero de 1887, ya cuando asomaba el presente siglo y la ciudad no tenía más
ofrecimiento que su gran río lleno de esperanza navegable hasta los misterios
de la selva. Su vida transcurrió siempre
en línea recta, sin la menor sinuosidad, paralela a los principios filosóficos
de un teísmo humanitario, entre las ineludibles obligaciones del hogar familiar
y el servicio público, bien en el aula como en el Foro, el Parlamento, en la
administración pública o en la Logia o club (Leones) al cual pertenecía.
No pudo ser jurisconsulto o abogado como su abuelo y su
padre, pero heredó toda la cauda de la ciencia del derecho y con el sólo título
de Bachiller en filosofía que entonces solo era expedido por la Universidad
Central de Venezuela, pudo ser durante diez años Juez de la Corte Superior,
Juez de Hacienda y Fiscal.
Incursionó en la política al igual que sus antepasados y
desarrolló su capacidad e iniciativas como Director de Política, Director de
Educación, Secretario General de Gobierno,
diputado al Congreso Nacional y Presidente del Concejo Municipal de
Heres.
Por otra parte, fue profesor de Literatura del Liceo Peñalver, Venerable
Maestro de la Logia Asilo de la Paz No. 13, Orador, periodista desde las
columnas vespertinas de El Luchador y finalmente desde las páginas de su propio
diario El Bolivarense.
El Bolivarense vino a ser su obra perdurable. Hoy es el
decano y el primer periódico matutino inaugurado en Guayana, justo en los
albores de la Democracia. Entonces estaba Don Brígido retirado de la política,
el Foro, la docencia y dedicado por entero al ejercicio del periodismo, en su
propio periódico que el primero de diciembre de 1957 comenzó a editar en los
restos tipográficos de la Editorial Tala- vera fundada en la década de los años
veinte por Monseñor Manuel Antonio Mejías, Obispo de la Diócesis de Guayana y
Rafael María Villasmil, párroco de la Iglesia Santa Ana. En esa vetusta
imprenta donde se editaba la Gazeta Eclesiástica, nació El Bolivarense y dieron
sus primeros pasos en el periodismo toda una cáfila de profesionales por todo
et país, incluyendo a quien esto escribe y al editor y director del Correo del
Caroní.
DESVANECIMIENTO Y MUERTE
Un día de marzo de 1961, cuando en dirección al periódico
atravesaba la Plaza Bolívar, sintió que el mundo se le iba sobre los rieles de
un desvanecimiento que apenas si resistió por días el esfuerzo de aquella
voluntad que siempre estuvo lista para sobreponerse a las dificultades bajo la
divisa a flor de labio: “Dios proveerá". Y el Gran Arquitecto, sin
embargo, había dispuesto y con el compás y la escuadra trazado la última línea
de su vida.
El vespertino El Luchador, ese mismo 14 día de su muerte
ocurrida en Caracas a donde había sido trasladado de urgencia, editorializó
exaltando sus cualidades ciudadanas, impecable estilo He viHa fí-
“Un fuerte estremecimiento ha habido en el árbol guayanés.
Murió el bachiller Brígido Natera Ricci. La noticia conocida y repetida en toda
la ciudad pudiéramos decir que el eco la llevó sintetizada en tres palabras:
Murió Don Brígido. Así lo llamaron en el transcurso de muchos años quienes
hasta él llegaban simplemente a conversar de algo, a hacerle algunas exigencias
o a consultarle su opinión en determinados asuntos. En todos los casos
encontramos en el Bachiller Natera Ricci al mismo venezolano, es decir, cordial
en la amistad, generoso en la medida de sus posibilidades o acertado en el
consejo que sería la base para la solución del problema planteado. Luego se
obtuvo de él, y así podrían testimoniarlo quienes lo conocieron, todo el arte
de conocimiento, pues no puede olvidarse que poseía preparación aunada a
prácticas honestas en cargos importantes que ocupó. En Ciudad Bolívar que para
él fue el alero de sus grandes querencias familiares, echó a andar en diversas
etapas iniciativas en beneficio de su tierra natal y asíle vieron actuar
desinteresadamente en cuanto pudiera resultar provechoso a la colectividad, sin
parcialidad o mezquindad de ninguna clase. Como guayanés de buena cepa, su vida
transcurrió bajo el signo de la amistad bien entendida y pertenecía a muchas
asociaciones en las cuales hubo de merecer respeto en acatamiento a sus
condiciones de buen ciudadano. Conoció a prestigiosas figuras de la Guayana que
ahora encontramos en las redes del pasado no superadas y a muchas acompañó en
momentos del tránsito inevitable y tuvo para ellas frases nacidas y crecidas en
el reconocimiento sincero al mérito ajeno. Guayanés de los del tiempo viejo, el
Bachiller Natera Ricci. En hijos y nietos queda la semilla. Recuerdos
imborrables deja en una hilera de amigos”. (AF).
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