Como en el antiguo
Egipto, en tiempos de los Faraones, Ciudad Bolívar erigía Obeliscos para
conmemorar fechas significativas.
Los obeliscos
antiguos que por imitación se extendieron a numerosos países occidentales eran monumentos con forma de pilar, de sección
cuadrada, con cuatro caras trapezoidales iguales, ligeramente convergentes,
rematado superiormente en una pequeña pirámide
semejante al que aún existe en la Plaza Maturín de Ciudad Bolívar frente
al Liceo Peñalver y que data de finales de siglo diecinueve. Modernamente han variado y en vez de piedra o
de concreto armado, son de bloques de
vidrio como el que existió en el Mirador Angostura de Ciudad Bolívar en época del
dictador Marcos Pérez Jiménez.
El primer Obelisco del que se tiene noticia se data en la época de Userkaf,
faraón de la dinastía V de Egipto 2500 años antes de Cristo,
El primero de Ciudad Bolívar fue dedicado a la Federación para conmemorar
el 27 de abril de 1870, fecha en la que el general Antonio Guzmán Blanco inició
la recuperación del poder arrebatado por la Revolución de los Azules al líder
de la Guerra Federal Juan Crisóstomo Falcón, coronado con un busto del “Ilustre
Americano” que posteriormente fue eliminado por decreto de la Asamblea
Legislativa, año en que Guzmán Blanco
cayó en desgracia y sus estatuas erigidas en vida fueron derribadas.
Durante
el gobierno del general Marcelino Torres García el Obelisco fue incorporado a
la llamada Plaza de la Rehabilitación, levantada en diciembre de 1916 y
mediante un concurso ganado por el artista guayanés Juan de Dios Baldivián, se
le incorporó la triada escultórica de bronce, sacada de cuajo por la
muchedumbre el día del fallecimiento del Juan Vicente Gómez, del hombre que
sojuzgó al país por espacio de tres decenios.
El Obelisco, libre de bustos y alegoría, quedó de todas maneras de pie con su
estructura de ladrillo y mezcla mulata que los bolivarenses siempre respetaron
y que jamás toleraron ningún agregado, menos cuando esos aditamentos se
decretaban cómodamente para exaltar la megalomanía de ciertos gobernantes.
En
1961, siendo gobernador del Estado el ingeniero Leopoldo Sucre Figarella y a
propósito del centenario de la capital monaguense, se le quiso rendir homenaje
a la ciudad de Maturín donde Piar, Libertador de Guayana, ganó tres batallas
consecutivas durante la Guerra de Emancipación, y se aprovechó el Obelisco
desolado para centrarlo en la llamada la Plaza Ciudad de Maturín. Para
cuya inauguración vino el gobernador de ese estado, así como los miembros del
Concejo Municipal de esa entidad federal.
La
Plaza Maturín fue dotada de jardín y un espejo de agua, pero su atractivo
principal es el Obelisco en la Avenida 5 de Julio, frente al Liceo Fernando
Peñalver.
El
otro Obelisco, distinto en su estructura, era de bloques de vidrio, muy
moderno, y emergía de una fontana en el Mirador Angostura que entonces era un
Restaurant Fuente de soda con pista bailable que sustituía al antiguo mercado.
El
Obelisco se levantó en tiempos del gobernador Dr. Eudoro Sánchez Lanz (953 –
1858), para conmemorar el 4 de junio de 1762, título Real del Rey Carlos III
que resuelve crear la nueva Capital de la Provincia de Guayana, bien sea
Angostura.
A
la fontana de donde emergía el Obelisco el cual podemos apreciar en la gráfica
facilitada por Carlos Acevedo, algunos visitantes lanzaban monedas en la
creencia que daba buena suerte en el
amor como ocurre en Roma con la
monumental Fontana de Trevi. (AF)
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