domingo, 8 de diciembre de 2019

“CHEO” HURTADO, BOLIVARENSE QUE ENALTECIÓ EL SONIDO CRIOLLO DEL CUATRO



“Cheo Hurtado”,  así de simple, se ha quedado para todo el mundo Asdrúbal José Hurtado, el hijo de María Alejandrina que una vez me consulto  sobre el mito en el cual sustentaba un cuento de escena que estaba escribiendo. Cheo Hurtado, un bolivarense prodigio del cuatro, pero que diríamos, ejecuta con igual soltura otros instrumentos como la Guitarra que le enseñó tocar de su padre Ramón Hurtado, la mandolina, el Tiple, el Tres y la bandola de ocho cuerdas que al parecer es única en esta tierra de la Ciudad Bolívar del Orinoco que lo sintió nacer en la víspera de la Cruz, es decir, el 2 de mayo de 1960 cuando en Venezuela se estaba inaugurando la democracia,  por eso, digo yo, será que el cuatro en manos de este guayanés se ha hecho realmente democrático porque no solo lo ejecutan ahora los de abajo sino los de arriba también.
       Cheo Hurtado no se ha quedado anclado en su tierra como tantos buenos talentos musicales,  sino que ha ido más allá de nuestras fronteras, a tocar con la Orquesta Córdoba de España o al Japón, por ejemplo, donde está como Embajador el hijo de nuestro amigo Luis Ishikagua. Ha recorrido ciudades del  mundo con su popular “Ensamble Gurrufío” que fundó (1984) junto con el hijo de Soto, Cristóbal (mandolina) y  Luis Julio Toro (flautista), para difundir la música folklórica venezolana a nivel académico.  Ha grabado y ofrecido conciertos con artistas de renombre como Carlos Cruz Diez, quien dijo de él: “Escuchar a Cheo Hurtado es como una iluminación, es ver el sol brillante a pleno día". El maestro Aldemaro Romero, con quien también actuó, lle­gó a decir: "La música se divi­de en dos grandes familias: la buena y la mala; la de Cheo es excelente. Es difícil imaginar qué viene después de Cheo Hurta­do, pues ha llegado a unos ni­veles de exactitud y virtuosis­mo incomparables".
       Igualmente Cheo Hurtado ha dado conciertos con Paquito  D´Rivera, Óscar D´León, Simón Díaz,  Béla Fleck,  Serenata Guayanesa, Soledad Bravo Aquiles Báez, María Teresa Chacín y Hernán Gamboa, con quien aprendió algunos trastes claves del muy criollo instrumento de cuatro cuerdas.
       Comenzó Cheo Hurtado a llamar la atención, podríamos decir, a partir de 1973 cuando a la edad de 13 años, ganóun Festival Nacional de Cuatro organizado en Ciudad Bolívar.
       Entre 1975 y 1983 enseñó cuatro, guitarra y mandolina en la Casa de la Cultura de Ciudad Bolívar, en la cual fundó la Estudiantina Carlos Raúl Villanueva en 1977. Esta, más tarde, pasó a llamarse “La Cuerda dde Carmito”, en homenaje al compositor guayanés Carmito Gamboa, padre de Hernán Gamboa, muerto recientemente en Argentina. Con este grupo grabó tres discos, tocando la mandolina, el bajo, el cuatro y el tambor de calipso.
Durante esta época también participó en Juventud Rítmica, grupo de salsa  en la cual ejecutaba la bandola guayanesa y se desempeñaba como contrabajista en la Orquesta Angostura, dirigida por juanito Arteta, Posteriormente fue integrante de “Un solo Pueblo”, director de la agrupación Costa Caribe, del grupo Bandolas de Venezuela (con estas dos últimas grabó cuatro discos entre 1989 y 1991), y se desempeñó como instrumentista solista o acompañante de numerosos artistas venezolanos.
A Hurtado se le debe otra iniciativa de referencia para la cultura venezolana en el siglo XXI: La Siembra del Cuatro, terreno fértil para una inmejorable cosecha de instrumentistas que, tras su participación en el evento han emprendido una carrera musical, bien sea como solista o como acompañante.

       Con La Siembra del Cuatro, Cheo Hurtado ha querido agregar solistas al mapa na­cional y demostrar que es­te no es un proyecto estéril. “El cuatro –según ha declarado-  dejó de ser un actor de reparto. Hay mucho entusias­mo en los jóvenes cuatristas y hay que darle espacio a la ge­neración sucesora. Yo no ten­go ningún celo. Además, lo que viene detrás de nosotros no se puede detener. Este es el mo­mento del cuatro en la histo­ria, gracias a la juventud”  (AF) 

1 comentario:

  1. Gracias Maestro por esta fresca crónica sobre "cheo", el muchacho del barrio negro primero. Él trabó amistad con mis hermanos, Reynaldo Jiménez(+), quien fundó el grupo de calypso "Siboney" y Alfredo y otros más del cerro el zamuro, e iguales de amigos de los hijos de Catalina Yánez y sus caballitos de san juan: Manuel y Julìan y de los traviesos Pérez Rossi. Asdrubal tiene de hermano a Neptali, quien se destaca como director de cultura de la alcaldía Heres, allá en la ciudad bolívar de mis recuerdos y amores.

    Diógenes Jiménez
    PhD. Ciencias Económicas y Sociales.
    Cronista Comunal Guatire

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