El Alba salió a la calle el 15 de
febrero de 1922 en formato de 25x32 cms., 4 páginas, con informaciones a 3
columnas, bajo la dirección y administración de Anita Acevedo Castro, Nicomedes
Casado Acevedo y Enriqueta Acevedo. Circulaba quincenalmente y “cuando
la Dirección lo juzgue conveniente”. Se ocupaba de literatura y de
intereses generales. La suscripción mensual era de un bolívar y se canjeaba con
todos los periódicos dentro y fuera de la República.
El Alba circuló durante veinte años
y se sostuvo fundamentalmente con los denuncios mineros y finalmente con una
subvención de cien bolívares del estado. Refiriéndose a El Alba, en su libro “Creciente”,
Rafael Pineda dice que “por su tono y presentación, El Alba no sólo entusiasmó
a los entendidos que colaborarían en sus páginas –como los Oxford, Sandalia
Siso, Pedro Manuel Castro, César D’Escrivan, Fernando Teodoro y María Cova
Fernández, C. De Brindis Pérez, José Mercedes González, Cipriano Fry Barrios,
Ramón Otero Fernández, Carlos Rodríguez Jiménez, María Díaz, entre otros- sino
que también sirvió para apaciguar las tribulaciones entre quienes tenían
familiares entregados al laboreo de las minas, pues parte del contenido del
periódico confirmaba la existencia del oro y auguraba días prósperos para todos
con la publicación de un cartel en que Andrés Brito, guardaminas del estado
Bolívar, hacía saber que las minas de veta aurífera denominada “La
Alianza”, ubicada en jurisdicción del Municipio Pedro Cova, había sido
protocolizada en su oficina, en caso de que alguien que no fuera su denunciante
se creyera con derechos sobre la posesión.
El Alba, casi todo impreso con tipos sueltos de diez puntos,
siempre le dio más importancia a lo literario destacando en primera plana los
temas de esta índole en tanto que lo informativo estaba relegado a las páginas
internas y la última dedicada a la publicidad comercial. Una muestra es la
edición 213 del 15 de agosto de 1928 de la cual conservo copia facsimilar de un
ejemplar.
Esta edición número 213 abre su primera
página a tres columnas, con un elogio al autor del artículo “Minas
del Yuruari” publicado en el semanario Correo de Guayana de
Ciudad Bolívar y el cual no es otro que el doctor Miguel Emilio Palacio, a
quien le da los títulos de geólogo, científico, minerólogo práctico, sociólogo,
filósofo y eminente profesor de letras. Para entonces Miguel Emilio Palacio,
profesor del Colegio Federal y quien fundó en Guayana la primera Escuela
Minera, había quedado ciego a causa de una explosión en las minas subterráneas
de El Callao. El Alba lo alude diciendo que “es el Milton americano,
ilustrado y sabio, como lo fue el inmortal inglés. El Milton inglés llevaba el
paraíso perdido que era la luz de sus ojos. Nuestro Milton, con la esplendorosa
luz de su inteligencia, canta en himno patriótico el riquísimo resurgimiento
del Yuruari aurífero e industrial”.
En la misma primera plana resaltan dos
sonetos: El Regreso, de Juan Santaella y La Bienamada, de J. M.
Agosto Méndez, así como una Carta Lírica, de Anita Acevedo
Castro, donde llora la ausencia del amado.
En la segunda página se lee un corto
poema en prosa de Virgilio Bártoli Salmerón, seguido a una columna de la nota
informativa sobre una Junta de Fomento que preside el doctor Lecuna Bejarano.
Luego da cuenta de la visita a Upata del bardo Agosto Méndez, para un recital a
beneficio del Cementerio. Informaciones sobre la muerte en San Félix del
coronel barquisimetano José Flores Alvarado; recepción festiva al doctor Carlos
Rodríguez Jiménez por su discurso en la inauguración en Ciudad Bolívar de un
bronce regalado por el Congreso Nacional como homenaje al General Juan Vicente
Gómez.
En la página tres a una columna están
las Sociales y a dos columnas una relación, primera quincena de agosto, de la
Administración de Rentas del distrito Piar, firmada por le administrador A. Ma.
Guerra y el presidente municipal A. Lecuna Bejerano.
En la última página una publicidad de
la Bigott,
fabricante del cigarrillo Bandera Roja, “imposible de agualar en
calidad”, otra de la sub. Agencia Víctor de C. Lecuna Baldó que vendía
vitrolas, ortofónicas, discos y agujas; un anuncio de La Previsora, de Daniel
Vera, ofreciendo casabe, leña, tabaco de fumar y de rollo, así como goma china;
Rectificación de Licores, de J. A. Medina ofreciendo su nueva bebida el
ambarito Chartrense, y de la Zapatería Polar de José M. Silva anunciado su gran
surtido de pieles. (AF)
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