En esta Ciudad Bolívar de 400 mil habitantes hubo gente interesante que no obstante vivía recogida en el anonimato, como el doctor Mario Jiménez Gambús, médico anestesiólogo, digamos que por azar, porque durante su juventud no deseba sino llegar a ser psiquiatra, pero cuando estaba en el umbral de
Fue suficiente para que cambiara de parecer y tomó la senda
de la anestesiología, al fin y al cabo, ambas carreras tienen que ver en cierto
modo con el sistema nervioso. En los primeros tiempos se utilizó la hipnosis,
propia de la psiquiatría, para las intervenciones quirúrgicas al igual que se
utiliza hoy la anestesia.
Recién graduado comenzó a ejercer en el Hospital Ruiz y
Páez. Se confirmó lo que le había dicho su amigo. Era el único en ese tiempo,
pero querían las autoridades asistenciales que también sirviera de docente en la Escuela de Medicina, pero
el doctor Gambús confesó que prefería renunciar porque no tenía vocación de maestro. De manera que renunció y aprovechó una oferta
de la Orinoco Mining
Co. Para trabajar en el Hospital de Puerto Ordaz que según me dijo una vez fue
como cambiar la tierra por el cielo.
Ejerció la profesión unos cuarenta años entre el Hospital
Ruiz y Páez y el Hospital de la Orinoco Mining Co, dirigido por el doctor Américo
Babó. Aquí trabajó con todas las
comodidades y consideraciones a pesar de lo que dicen de los gringos. Además de Puerto Ordaz a Upata era un salto, exquisita
ciudad de sus primeros años, donde nació el 16 de mayo de 1926, gobernaba en el
Estado Bolívar el general cumanés Silverio González. Pero no obstante haber
nacido en tierras del Indio Yocoima, Mario Jiménez Gambús se siente más de
ciudad Bolívar porque en esta capital transcurrió o ha transcurrido la mayor
parte de su vida
Hijo del General Francisco Jiménez Ganbús y Tomasa Hinojosa. El General
murió a causa de una herida con arma de fuego disparada por Enrique
Salas Padrón, guarda espalda del Presidente del Estado Bolívar, Antonio Alamo.
Mario Jiménez Gambús estudió las primeras letras con la
maestra Nieves Bastida, quien falleció a la edad de 112 años. Luego ingresó en
el Colegión y finalmente en el Colegio “La Milagrosa ” de los padres Paules hasta completar
el ciclo de la primaria. La secundaria
la cumplió en el Liceo Peñalver y la superior en la Escuela de Medicina de la Universidad Central ,
donde se graduó en 1958. Entonces
practicaba varios deportes: béisbol, voleibol, fútbol, salto, menos natación. Por no saber nadar casi muere ahogado en el
balneario La Candelaria. El deporte lo fascinaba y
llegó a fabricar cinco canchas.
Durante su vida estudiantil y
profesional tuvo dos grandes amigos: Florencio
García Morales, médico dermatólogo y Vinicio Grillet, otorrinolaringólogo,
quien murió súbitamente en 1983 cuando
conducía su automóvil y él lo acompañaba a su lado luego de una habitual
caminata.
Mario Jiménez Gambús salió jubilado en 1986. Sufría de neuropatía diabética y por eso lo
veímos con bastón como Diego Arria en sus mejores tiempos. Sus hermanos todos diabéticos, la
herencia no perdona. Su padre murió sin
saber que era diabético.
Vivió añorando la ciudad de su infancia y juventud, una
ciudad mágica, bucólica, pletórica de árboles frutales y ríos. Cuando regresó de Caracas en 1958 era la
misma ciudad de 1946 y continuo siéndolo hasta los años sesenta cuando el bum del hierro y el acero produjo
una inmigración que acabó con ella.(AF)
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