TRASPASO DE PODERES
Acción Democrática nació con vocación de Poder y lo alcanzó a través de un golpe de estado (1945), pero fue incapaz de sostenerlo no obstante el apoyo popular mayoritario. Lo perdió lamentablemente de la misma forma, dándole pábulo al dicho popular según el cual ´”el que a hierro mata a hierro muere”. A un precio humano muy alto pudo reconquistarlo con los llamados mártires de la resistencia; pero lo volvió a perder ya no por golpe de estado (son fatales los zarpazos militares) sino por vía distinta, vale decir, por vía electoral como suele ocurrir en las naciones que se rigen por un sistema político democrático. Perdió, el Poder debilitada por las escisiones que dieron lugar al Movimiento de Izquierda Revolucionaria liderado por Domingo Alberto Rangel y el Movimiento Electoral del Pueblo liderado por Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Acción Democrática nació con vocación de Poder y lo alcanzó a través de un golpe de estado (1945), pero fue incapaz de sostenerlo no obstante el apoyo popular mayoritario. Lo perdió lamentablemente de la misma forma, dándole pábulo al dicho popular según el cual ´”el que a hierro mata a hierro muere”. A un precio humano muy alto pudo reconquistarlo con los llamados mártires de la resistencia; pero lo volvió a perder ya no por golpe de estado (son fatales los zarpazos militares) sino por vía distinta, vale decir, por vía electoral como suele ocurrir en las naciones que se rigen por un sistema político democrático. Perdió, el Poder debilitada por las escisiones que dieron lugar al Movimiento de Izquierda Revolucionaria liderado por Domingo Alberto Rangel y el Movimiento Electoral del Pueblo liderado por Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Lo lamentable fue que lo perdió por 30
mil votos que no fue posible superar la ilustrada sapiencia del doctor Gonzalo
Barrios, vencido por la perseverancia de
Rafael Caldera, que al fin encontró
coyuntura y la aprovechó felizmente.
En Bolívar, rematando el Poder Regional
se hallaba entonces el ingeniero Rafael Sanoja Valladares, cuyos ojos le
bailaban cada vez que se montaba en un avión y veía una azafata pasar por su
lado. Sin embargo, desprovisto de la peculiaridad del fauno, lo vemos aquí muy
serio y circunspecto en la fotografía de aquel momento singular de la derrota
del partido que lo había llevado a las alturas del Gobierno. Era el momento de la entrega, del traspaso al
adversario de siempre, aunque de sus mismos predios del Yuruari, el copeyano
doctor Eduardo Oxford Arias.
Oxford, antes de estamparle la rúbrica,
relee el acta que le entrega Gustavo Naranjo
junior para entonces Jefe de Relaciones Públicas de la Gobernación tras un
master en Nueva York, ciudad inmensamente populosa que aprovechó muy bien pues
hasta llegó a ser chofer ocasional del ex Presidente Rómulo Betancourt cuando
iba rumbo a Viena con su mano quemada por el atentado y su aromada cachimba.
Pero Oxford permaneció escasamente un año y poco más de dos meses en
el Poder a pesar de la amistad copartidaria que lo ligaba al Presidente Rafael Caldera. Olvidó Oxford, por cuyas venas corría sangre
inglesa anglicana, la regla según la
cual no debe contrariarse con peligrosos calificativos a un hombre formado en
los principios de la escuela jesuita como era el caso del general Rafael
Alfonso Ravard, Presidente de la CVG. Sin mucho
miramiento, Oxford lo llamó reiteradamente “Virrey de Ciudad Guayana”. Era que
el Gobernador se sentía maniatado, acorralado frente a ese monstruo que entonces parecía la Corporación Venezolana de
Guayana arropándolo todo. Se
sentía Oxford reducido casi a la tangente de una esfera llamada Guayana. Ravard no lo perdonó. Caldera tampoco, y
terminó Oxford siendo víctima de su propio causa, la causa de una mayor
autoridad en su jurisdicción. No concebía Oxford que una corporación como la CVG estuviese algunas funciones por encima del Gobernador. El Gobernador es la máxima autoridad en la
provincia dentro del sistema federal venezolano. De allí su expresión calificativa y hasta
ofensiva de “Virrey” contra el Presidente de la CVG , pues Virrey era en tiempos de la Colonia la autoridad a la
cual quedaba supeditado el Gobernador.
Hasta 1777 que fue creada la Capitanía General
de Venezuela, la provincia de Guayana y por lo tanto sus gobernadores, estuvo
dependiendo del Virreinato de Santa Fe de Bogotá.
“Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra”
dijo Arquímedes, pero Oxford solo pudo moverse así mismo con el punto de apoyo
que le dio Rafael Caldera desde el Palacio de Doña Jacinta.(AF)
Excelente trabajo periodístico
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