El proyecto de una ciudad de los artistas o
para los artistas de Ciudad Bolívar, se inició en el año 2000 a raíz de la
muerte del pintor José Martínez Barrios y comenzó a materializarse cuatro años después gracias al afán de Gustavo
Basanta, fallecido recientemente y quien propuso la solución con una cooperativa.
Luego
de la muerte repentina del pintor onírico Martínez Barrios se registraron manifestaciones frente a su
casa que había sido saqueada e invadida y cuyos terrenos la municipalidad había
vendidos a un particular. La idea de la
manifestación era que la Municipalidad revocase la venta y permitiera la
construcción de la Casa del Artista
La
idea de la Casa del Artista se amplió con una urbanización similar a la que
entonces propugnaba el gremio de periodista que Basanta postuló con el
ambicioso nombre de la “Ciudad de los Artistas” .
La primera fase de la Ciudad de los Artistas fue
aprobada en agosto de 2004 por la Superintendencia Nacional de Cooperativa, organismo
del Estado que estudió y aprobó la
factibilidad del proyecto, Así comenzó
lo que los propios interesados asumieron como la primera fase del llamado
proyecto de cooperativa que consistía
en la construcción de 120 viviendas productivas para el sector cultural.
La
cooperativa estaba formada por artistas,
pintores, teatreros, músicos, promotores culturales y docentes, quienes escogieron formalmente su
directiva en una asamblea para echar a andar el proyecto a desarrollar en un
conjunto de parcelas adjudicadas con ese fin por la Municipalidad en el sector
de Marhuanta, entrada de Ciudad Bolívar por la autopista.
En esa ocasión Basanta explicó que para la realización de este
proyecto, se estaba creando un capital social
a través de un fideicomiso y de esta manera dividir el aporte conforme a la formalización
de las viviendas y el funcionamiento de la cooperativa.
Este
conjunto habitacional se diseñaba de acuerdo a la situación en que se encontraban los miembros de la cultura
artística en su
mayoría viviendo con sus padres o en
espacios alquilados.
Basanta
resaltó que "el artista de la ciudad es el trabajador que está más desasistido en cuestión de
beneficios sociales, además de carecer de un espacio donde producir. El proyecto, por lo tanto, abarcaba no sólo el plan de vivienda, sino
espacios donde pueda ser promovida la cultura, como salas de
exposiciones y teatro.
Pero qué ocurrió con ese
proyecto que muchos vieron optimistamente
y otros con cierto escepticismo? Pues
que no materializó tal como originalmente se concibió. Quizá la muerte de Gustavo Basanta, quien era
actor de teatro, enervó la aspiración.
Las parcelas fueron adjudicadas.
Algunos artistas construyeron y otros se quedaron en el aparato,
vendieron o traspasaron sus bienhechurías.
No faltaron quienes
criticaron de hiperbólico el nombre pues una “ciudad de los artistas” no existe
en el planeta y además es
excluyente. Sonaba así como a gueto
judío. En todo caso, una urbanización
preferente para los artistas y que a través del tiempo nunca lo será porque los
artistas siempre mudan a su familia que
no lo son y en cuanto a sus heredemos no todos serán artistas. Esto es válido para cualquier gremio que no
quiera integrarse a la sociedad total sino vivir en coto cerrado.
Ni la Casa del Artista en el
antiguo predio del pintor José Martínez
Barrios ni la Ciudad de los Artista.
Ambos proyectos al parecer quedaron sepultados con los restos de Gustavo
Basanta,
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