El 28 de marzo de 2005, la prensa local y nacional desplegó la noticia según la cual en Macagua de Ciudad Guayana tendría lugar una cumbre Presidencial que buscaría asegurar la distensión colombo-venezolana, situación, salvo algunas intermitencias de tranquilidad, que parece eterna. Como que es peculiaridad muy propia de países fronterizos, especialmente cuando los gobiernos no comulgan con las mismas ideas. Chávez dijo en la oportunidad de una cumbre que “andamos de cumbre en cumbre y de abismo en abismo”, vale decir que a pesar de las cumbres los pueblos virtualmente se hunden más. No obstante, el Presidente fallecido y tampoco sus sucesores han dejado de asistir a las cumbres presidenciales. El mismo Chávez fue anfitrión de varias, entre ellas, la de Macagua convocada no solo para la distención colombo-venezolana sino también para refrendar el compromiso de España con Iberoamérica. Inácio Lula da Silva, y Colombia, Álvaro Uribe, serían recibidos por el mandatario nacional en Puerto Ordaz para hondar en los temas de integración y en la coordinación del combate a la pobreza y al narcotráfico. La idea era dibujar un "nuevo mapa del mundo que desconcentre poder y que haga un contrapeso a decisiones unilaterales, que han puesto en riesgo la estabilidad en algunas regiones" La cumbre era una iniciativa de Chávez y se celebraría en el complejo Macagua de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) en la ciudad de Puerto Ordaz (que anteriormente albergó a otras reuniones presidenciales.
Efectivamente, dos días
después del anuncio, los presidentes de España, Colombia,
Brasil y Venezuela se reunieron y coincidieron en la necesidad imperiosa de
coordinar esfuerzos entre sus gobiernos, otros países y los organismos
internacionales para contribuir a la superación del hambre y de la pobreza.
La reunión
presidencial entre los mandatarios de la
República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías; del Gobierno del Reino
de España, José Luis Rodríguez Zapatero; de la República Federativa del Brasil,
Luiz Inácio "Lula" Da Silva; y de la República de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez, celebrada en Ciudad Guayana, acordó fortalecer las relaciones
entre dichas naciones y encaminar a su vez mecanismos de apoyo para el fortalecimiento
de la lucha contra el terrorismo y la pobreza.
El encuentro que tuvo lugar en
la sala de sesiones del Club Macagua, ubicado en el Complejo Hidroeléctrico 23
de Enero, que está bajo la custodia de la estatal Electrificación del Caroní,
Edelca, se caracterizó por un ambiente de gran cordialidad y completo
entendimiento entre los dignatarios.
En la reunión los mandatarios
acordaron suscribir una declaración conjunta conocida como el Manifiesto de
Guayana. En dicho encuentro que duró alrededor de siete horas los presidentes
pasaron revista a los principales temas de la coyuntura internacional y
regional además constataron el progresivo fortalecimiento de los vínculos entre
sus países y renovaron el compromiso de profundizar el diálogo y la coordinación
política sobre los temas de interés mutuo. Además quedó establecido profundizar
la coordinación de posiciones entre sus países en los diversos foros
internacionales.
Los dignatarios manifestaron su
voluntad y firme compromiso para combatir el terrorismo, así como todas sus
formas y manifestaciones, "cualquiera sea su origen o motivación, no tiene
justificación alguna", recalcó Rodríguez Zapatero. A su vez el presidente
neogranadino subrayó que el terrorismo y el problema mundial de las drogas
constituyen graves amenazas para la seguridad, la democracia y al estado de
derecho. Dijo que este problema debe combatirse con estricto apego al derecho
internacional, a las normas de protección de los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario.
Por su parte el presidente
venezolano, Hugo Chávez, sostuvo que es necesario reprimir, combatir y
sancionar todo acto terrorista garantizando el respeto y la soberanía. (AF)
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