El 12 de diciembre de 1997, fue aprobada por el Congreso Nacional la reforma a la Ley de Privatización, la cual consagra protección del empleo y enfermos profesionales. También orienta los ingresos provenientes de la privatización.
Apegado a la normativa de esta reforma, el FIV privatizó a la Siderúrgica del Orinoco y le fijó un precio de 1.533 millones de dólares. Para la venta en subasta calificados 5 Consorcios. Sutiss, el sindicato que agrupa a los trabajadores de la Planta, estuvo de acuerdo con la privatización, pero no así con el precio base fijado para la misma.
El presidente del sindicato, Ramón Machuca, dijo que se estaba vendiendo a precio de gallina flaca. El ex presidente Carlos Andrés Pérez, por su parte, manifestó que su venta significaba traición a los intereses de Venezuela y que en vez de favorecer, frenaría el desarrollo. Posición similar sostuvo el ex presidente Jaime Lusinchi, quien el mismo día de la subasta, 18 de diciembre, pidió al presidente Rafael Caldera posponer la privatización por considerarla inconstitucional.
Jaime Lusinchi expresó que el precio de Sidor no se correspondía siquiera con la décima parte del valor real de las instalaciones, magnitud de sus terrenos, facilidades portuarias, situación geográfica, la cercanía del mineral básico y suministro eléctrico.
La subasta realizada el día 18, arrojó como resultado la venta del 70 por ciento de Sidor por 2.031.733.100,62 dólares. Los nuevos dueños: Consorcio Amazonas conformado por las empresas Siderar de Argentina, Usiminas de Brasil, Tamsa de México y Sivensa de Venezuela. El Consorcio Amazonia recibió la Planta con una nómina de 10.741 trabajadores y al poco tiempo la redujo a 5.400. El ejercicio económico de este consorcio de empresas latinoamericanas duró un poco más de 10 años atormentado por numerables conflictos.
El 9 de abril de 2008, el presidente Hugo Chávez decidió estatizar Sidor debido al largo conflicto sindical que paralizaba la empresa, desde hacía 15 meses. Entonces, el Gobierno nacional nombró al Dr. Rodolfo Sanz, Ministro de Empresas Básicas, como presidente del Consejo Directivo y al Dr. Miguel Antonio Álvarez Cádiz como presidente Ejecutivo de la Empresa.
En el 2009, tras la estatización de la compañía, se redujo su producción en un 36% (unas 137 mil toneladas de acero), dejándose de abastecer al mercado en insumos básicos como cabillas. El ejercicio arrojó pérdidas por el orden de unos 410 millones de dólares.
En 2010, la producción de acero líquido se redujo 41.4%, produciendo 1.8 millones de toneladas, siendo este el nivel más bajo desde 1978. En 2012, la producción de acero disminuyó, alcanzando 1.72 millones de toneladas, 63,7% de su meta de producción anual modificada de 2,7 millones de toneladas y continuando por debajo de los 4.3 millones de toneladas que se produjeron bajo la administración privada en el 2007, último año de la misma antes de la estatización. Para este año ya la nómina de trabajadores había aumentado a 15.690, una carga burocrática que coadyuvaba a su decadencia.
La decadencia productiva comenzó a ocurrir a partir del mes de agosto del 2011, cuando se logró desmantelar la mafia de las cabillas y desde allí alianza sindical y el sindicato de la construcción se la jugaron toda para sacar al ingeniero Carlos de Oliveira de la presidencia de Sidor en agosto del 2012.
Rafael Gil Barrios, fue designado presidente de la CVG y presidente de Sidor, pero no duró más de diez meses en presidencia.
Actualmente la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) opera al 25% de su capacidad instalada como resultado de la desinversión, déficit de insumos y repuestos, el aumento de la nómina y conflictos laborales y aumento de los precios de los productos acabados.
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