En 1989, talaron una hermosa y centenaria ceiba en la avenida Germania, frente al Museo Jesús Soto. El gobernador Andrés Velásquez, acudió al sitio y ordenó la detención de los responsables de este crimen ecológico.
La hermosa ceiba que lucía imponente frente a la obra de arte moderno que tiene en frente, amaneció convertida en rolas gigantescas bajo los ojos desorbitados de los parroquianos, incluyendo al gobernador quien pidió una explicación, pero como nadie se la dio, ordenó la detención de los responsables de lo que calificó de crimen contra el patrimonio natural de Ciudad Bolívar.
Posteriormente se le pidió una explicación al Ministerio del Ambiente y en esa institución nada se sabía, según los informes llegados al gobernador. Tampoco sabía nada el Ministerio de Agricultura y Cría, la Guardia Nacional ni la Policía. Ninguno fue notificado y el hecho se consumó en horas de la madrugada.
“Tumbaron la ceiba de la casa de los Arismendi donde tiene su asiento Orcoplan”, denunció enardecido el profesor Diógenes Troncone Sánchez, quien solicitó sanción ejemplar, no solamente para quien ordenó acabar con la ceiba sino contra el ente oficial que cedió el permiso.
La tala de la enorme ceiba que se levantaba en la avenida Germania y que su sombra daba inicio a la avenida Maracay ya no existe, su caída se llevó toda la línea eléctrica y por poco origina una tragedia, aunque sí un prolongado apagón en el sector. El gobernador solicitó un informe pormenorizado sobre este crimen ecológico, dijo por su parte el ingeniero Orlando Betancourt, de la Dirección de Obras Publicas Estatales. Así mismo se conoció que el mandatario ordenó la detención de todas las personas involucradas en este hecho que se originó en horas de la madrugada.
El vicepresidente de la Sociedad de Ciencias Naturales, doctor Leandro Aristeguieta, se trasladó a la ciudad tan pronto se enteró de la noticia y declaró luego de entrevistarse con las autoridades, que se hará un censo de los árboles más viejos de Ciudad Bolívar, posteriormente le serán colocados nombres de personas ilustres de Guayana para evitar ser derribados.
La Sociedad de Ciencias Naturales se ha interesado por la protección de los árboles antiguos de Ciudad Bolívar y mediante un censo de los mismos se procederá a declararlos monumentos de la ciudad, para impedir de esa manera que sigan siendo derribados, como acaba de ocurrir con la ceiba de la avenida Germania.
Declarar monumentos naturales los árboles centenarios es para mí como cristalizar un sueño que he venido madurando desde hace muchos años ante la indiferencia de la comunidad frente a la destrucción de árboles centenarios, para darle el paso al llamado progreso, manifestó el doctor Leandro Aristeguieta, quien fue recibido en el aeropuerto por el director de Educación del estado, profesor Rafael Marrero.
Dijo haber recibido el respaldo total y absoluto del gobernador para crear una mística alrededor de los árboles de Ciudad Bolívar. Citó el caso de la ceiba de San Francisco, en Caracas, que todo el mundo venera y respeta y nadie la toca. Comentó que si la ceiba acabada de derribar en la avenida Germania hubiera llevado el nombre de “la Ceiba de Soto”, por ejemplo, tal vez ese crimen no se habría cometido. Esto lo pensamos hacer en Ciudad Bolívar luego del inventario de estos árboles, con el firme propósito de declararlos monumentos de la ciudad y colocarles nombres de gente, que de una u otra manera han engrandecido con su aporte a la tierra de los guayanos.
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