La
Corporación Venezolana de Guayana
terminó en el mes de mayo de 1988
en Ciudad Bolívar el Parque Los Farallones para la instalación
progresiva de ochenta pequeñas y medianas industrias. Abarca una extensión de 507.200 metros
cuadrados , en el cruce de la Avenida Perimetral con la
carretera que conduce a Maripa.
Además de las 80 parcelas industriales
fueron acondicionadas 2 comerciales, 7 para servicios y 2 educacionales. Se
trata de un proyecto modelo de los parques industriales en Venezuela porque no
solamente comprende instalaciones de carácter recreativo, sino otras para el
mejoramiento profesional, recreativo, comercial y seguridad.
Está dotado de los servicios de
acueducto, cloaca, drenaje, energía eléctrica, calles pavimentadas, brocales,
aceras y pronto será instalado el servicio telefónico.
Produrca, que era una empresa de la CVG
creada para desarrollar tierras y ejecutar proyectos industriales,
habitacionales y de recreación, diseñó lo que su gerente, el ingeniero
Francisco Guevara Luces, denominó “Proyecto Industrial 88”, que tenía por
finalidad atraer inversionistas para que se fueran instalando allí bajo una
serie de facilidades.
Dentro de ese plan se pensaba
interesar, promocionar y atraer inversionistas. Produrca estuvo en conversación
con gente de fuera, a la que en principio
envió un tríptico donde se define lo que tiene el parque. Ya se hallaban
instalados la Fábrica Nacional de Tractores (Fanatracto), los silos con su
sistema de secado y almacenamiento de granos y también Cadafe que construyó
allí una subestación eléctrica, lo que significa que la C.A. Electrificación de
Ciudad Bolívar, que distribuye la energía en la ciudad quedó fuera de ese
parque industrial.
El mismo
presenta una excelente ubicación dentro del contorno urbano de la ciudad así
como facilidad vial para toda la región Guayana y la región oriental. Excelente vialidad interna, clima bondadoso,
ordenamiento armónico para las industrias a instalarse, evitando en todo
momento situaciones anárquicas. Produrca estableció facilidades y precios razonables
para la adquisición de estas parcelas y de igual manera previsto el asesoramiento
técnico de los interesados.
El parque costó
a la CVG la inversión de unos 16 millones de bolívares y fue su aporte como
pago de las acciones de Produrca que pensaba ofrecer las parcelas a 100
bolívares el metro cuadrado, con facilidades.
La idea era que se instalaran allí industrias grandes y pequeñas
derivadas de la madera, industrias metal-mecánicas y a base de aluminio. Asimismo
industrias para fabricar partes de los tractores que ensambla Fanatracto como
baterías, tubos de escape, radiadores, correas.
Frente al
parque Los Farallones igualmente se promovía un mercado mayorista, es decir,
un mercado terminal, para lo cual ya estaban delimitadas y servidas las parcelas.
El problema de
abastecimiento y dependencia de Ciudad Bolívar de productos agrícolas perecederos de otras regiones,
así como la falta de capacidad para almacenamiento de víveres y artículos perecederos,
hacía necesario la construcción de este mercado.
Ya con un
mercado mayorista sería posible la
concentración de productos dando pábulo a la actividad agropecuaria,
utilizando el potencial de las zonas aledañas y diversificando los rubros de
producción actual como los son en buena
escala el maíz y el sorgo.
Produrca efectuaba
gestiones ante un grupo de empresarios para la construcción de un edificio
destinado al procesamiento del oro, del diamante y demás piedras preciosas que
se extraen en toda la región Guayana.
A toda esta
gestión se sumaba en el esfuerzo de
consolidar la estructura económica de
Ciudad Bolívar, la de crear en la ciudad un centro de operaciones y desarrollo
turístico de la Región Guayan para lo cual había
sido paso importante el que Aerotuy, que acababa de adquirir los aviones Twin Otter de LAV y sus rutas,' haya
decidido su base en ciudad Bolívar.
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