El
muchacho aquel de la calle
Concordia con Boyacá de Ciudad Bolívar, que se ganaba los primeros premios de
disfraces en tiempos de Carnaval, pasó a ganárselos todos durante el resto de su vida hasta su
fallecimiento el miércoles 2 de abril (2014) con sus actuaciones en las tablas y es que
el hijo del sombrerero nació y creció para la transformación, para la
metamorfosis, para el desdoblamiento, rebelándose contra lo que un día de
diciembre mal pudo suponer su madre María Luisa Orá de Rodríguez.
Y si Gustavo Rodríguez se rebeló, se sublevó, lo
hizo corno buen revolucionario, pero no para
revelarse o desvelarse como el Gabriel ni el Eloy de "La
Revolución" de Isaac Chocrón, sino como
lo que por compromiso y oficio fue desde que se frustró como estudiante
de sociología de la Universidad Central.
De todas maneras, no estuvo él
distante de la ciencia que estudia la
relación del hombre con los otros, vale decir, la sociología, pues el Teatro que fue su ejercicio de oficio se halla inmerso en muchos aspectos de la fenomenología
social haciendo las veces de una sociometría a través de la
interpretación.
"La Revolución" pieza
teatral del dramaturgo Chocrón que lo consagró, estuvo en
Caracas seis meses en cartelera y se montó en varias ciudades del país,
entre ellas Ciudad Bolívar, abarrotando un diciembre las gradas del anfiteatro de la
Gobernación.
Gustavo
Rodríguez no actuaba en Ciudad Bolívar desde 1974 cuando vino con el
"Nuevo Grupo" a una temporada iniciada en la biblioteca Rómulo
Gallegos, entonces dirigida por Lourdes Salazar y que culminó
en el Gimnasio Cubierto de Las Moreas. Fue cuando se estrenó
"La Máxima Felicidad" y se montaron obras de gran resonancia como
"El Testamento del Perro" y "Resistencia".
Nació y
se crió en Ciudad Bolívar, pero el 19 de febrero de 1947, profesionalmente se realizó en Caracas sin que
por ello perdiera el pulso del río, la bonhomía y perspicacia guayanesa que es tanta
como la del maracucho.
La
Ciudad Bolívar del 40 al 50 todavía era plácida, casi bucólica y la relación
humana bastante estrecha. Sus compañeros de correrías eran Alberto Camacho, Tomás Gómez, Horacio Villamonte,
César Gil Samy y Ernesto Guevara.
Su vena de actor le venía por su Padre José Leandro Rodríguez. El era
sombrerero de oficio, pero su vocación realmente era la de actor y no perdía la oportunidad de las
Trouppe o Compañías teatrales que pasaban por
la ciudad para aceptar papeles eventuales. Pero hubo un tiempo que no pasaban Compañías sino Circos de
malabaristas, equilibristas, payasos,
y aceptó suplantar por emergencia a un equilibrista de la cuerda floja con tan
mala suerte que cayó y quedó inválido para siempre.
De allí
le vino entonces su pasión por el teatro, además que en su casa
la alimentaron desde
pequeño, cuando lo disfrazaban de Napoleón, de Julio Cesar, de Gladiador, de Mosquetero y con ellos se ganaba
los primeros premios de disfraces
infantiles en los Carnavales que eran realmente hermosos.
Gustavo estudió en el Seminario primero y luego en el Peñalver hasta
tercer año. El Bachillerato lo
terminó en el Liceo Aplicación de Caracas
y luego ingresó a la UCV para estudiar Sociología,que interrumpió ya muy avanzado para aceptar una invitación
del Instituto Internacional de Teatro.
Fue monaguillo
de Monseñor Bernal. Estuvo tres años en el Seminario Cristo Rey. No pudo consolidarse como sacerdote, pero le quedó el regusto por la
ceremonia. Se casó tres veces y tuvo tres hijas María Fernanda, Alexandra y Juliana Andrea con la querodó dos películas y como hijo de mono no pela
bejuco ésta siguió el mismo camino de sus padres.
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