El
senador Ramón J. Velásquez (en la foto), inauguró el 10 de septiembre de 1986,
la Biblioteca “Manuel Peñalver”, fundada por Federación de Trabajadores del
Estado Bolívar (Fetrabolívar), presidida por el diputado Ángel Zerpa Mirabal.
Hacía entonces veintisiete años que en Ciudad Bolívar,
en la cercada cárcel que la dictadura destinó a sus opositores, empezó Ramón J.
Velásquez a conocer el nombre de Manuel
Peñalver. Compartía el mismo calabozo con un gran líder sindical y un gran
venezolano, Luís Tovar; allí en el estrechísimo recinto estaba también gente
del Guárico y de Oriente, pero la palabra, el ingenio, la habilidad para
mantener el optimismo en el oscuro calabozo era de Luís Tovar, que hacían del líder
obrero, permanente centro de atracción.
Dijo Ramón J. Velásquez en la ocasión que Luís Tovar
era el más extraordinario profesor de optimismo. Liquidaba las rejas y el secuestro de la dictadura para
estar empeñado en dialogar con quienes en el destierro o en las otras cárceles
eran sus compañeros de clase y de lucha y para pensar en la Venezuela que iba a venir. Para Luís Tovar, Manuel
Peñalver, quien después de cinco años de prisión en San Juan de Los Morros,
estaba viviendo en el destierro; Manuel Peñalver era un recuerdo constante. Uno
de los líderes juveniles del sindicalismo que estaba seguro iba a continuar la
lucha por rescatar las libertades y por mantener dentro de la democracia
venezolana una lucha de contenido social que explicara y justificara la
presencia de la clase trabajadora en los cuadros del gobierno.
Manuel Peñalver era guariqueño, trabajó en los campos
petroleros. Su vocación de luchador lo llevó a integrarse desde el primer
momento a los cuadros sindicales que fue
ascendiendo en razón de su capacidad, de su sentido de responsabilidad, de su
comprensión de los alcances trascendentales de la lucha social. Era un lector
incansable que hacía de la noche día para completar una formación que le había
negado la vida y la orientación de la educación pública de aquel entonces
El 22 de abril de 2012, veintiséis años después,
falleció Manuel Peñalver, quien además de dirigente sindical propiamente llegó
a ser Secretario General de Acción Democrática.
El
homenajeado murió en Caracas. Había estado
alejado de la vida política pública en los últimos años. Desarrolló su carrera
partidista como dirigente sindical y ocupó el cargo de secretario general
en sustitución de Jaime Lusinchi, cuando éste optó por la candidatura
presidencial en las elecciones de 1983.
Peñalver
condujo al partido en la segunda mitad de la década de los 80, cuando AD
contaba con mayoría parlamentaria en el Congreso bicameral. Fue recordado por
una frase que generó titulares en su época: "No somos suizos",
con la que negó el respaldo de la bancada mayoritaria a las propuestas de
reforma tributaria que la Comisión para la Reforma del Estado (Copre), había
presentado entre un amplio paquete de medidas que perseguían la modernización
administrativa. En la ocasión de su
fallecimiento, Rafael Poleo, lo describió como un hombre culto y amable,
amplio, políticamente civilizado y hábil.
Esto a pesar de que sus modales eran del peón llanero con quienes
convivió en el hato de su abuelo. Aquino, quien los inició en los libros y en
el amor por los humildes.
Ungirlo
como jefe del partido fue la última voluntad de Rómulo Betancourt en el mismo
discurso donde dijo: “Por encima de las tumbas, adelante”. Debía ser después de Jaime Lusinchi, el
candidato. Pero a Manuel Peñalver se lo
tragó una conspiración interna que aprovechó sus debilidades. No se aceptaba que un sindicalista fuera
presidente.
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