Puerto
Ordaz, ciudad que fue diseñada con los planos y maestros más importantes del
mundo es una sobre-torta que da vergüenza porque no tiene un solo árbol, dijo
el arquitecto Fruto Vivas (en la foto) en la oportunidad de una conferencia
dictada el 2 de mayo de 1984, sobre la defensa de la ciudad, patrocinada por la
Universidad de Guayana.
Los únicos árboles de Puerto Ordaz que
se veían entonces eran las matas de mango de los viejos campamentos de la
Orinoco Mining.
Donde está la gran frescura no son
precisamente en los barrios hechos por los grandes creadores porque ellos lo
que han hecho es un tremendo negocio, edificios de cinco, diez, veinte y tantos
pisos en un exceso de vialidad y en una ciudad sándwich que está prisionera
entre un pueblo hermoso como San Félix y un macro desarrollo industrial.
Manifestó no querer que Ciudad Bolívar
corra el mismo riesgo: “felizmente no tenemos hierro ni aluminio
en esta ciudad. No es que no queremos que lo tenga tampoco Puerto Ordaz sino
que sus consecuencias no pesen sobre la ciudad”.
Quisiéramos que gran parte de la gente
que vive en Puerto Ordaz tuviese un tren que los pusiera a vivir en una urbe
como Ciudad Bolívar.
El carácter de la arquitectura de Ciudad
Bolívar, la que vio Bolívar cuando estuvo aquí en Angostura, son esas colinas
de piedra. Esas antiguas casas tienen algo importante y trascendente para
nuestro recuerdo y es ese concepto de la identidad.
Aquí tenemos que buscar hombres como Adolfo
Blanco Adrianza, que fue capaz de crear una movilización y movió a toda
Venezuela para la defensa de La Pastora. Esas casas derrumbadas, muchas de
ellas demolida, en sí misma no representan un valor que no sea su calidad
arquitectónica, pero hay algo más importante que tiene y eso si es importante
para lo que somos arquitectos y es que esas casas son más frescas que
cualquiera de los monstruos armados ultramodernos que hay en esta ciudad.
Fruto Vivas en su conferencia de más de
una hora ante un público bien selecto, casi todos de profesionales, abogó por
el antiguo patio, los corredores y la plaza y dijo que si le preguntaran que
primera ley habría que crear en las zonas donde se van a construir nuevas
ciudades respondería que volvamos al patio sin querer decir con ello que
tengamos que repetir la anciana arquitectura que hay en el casco viejo de la
capital guayanesa.
El problema fundamental de la ciudad es
conocerla porque si “la ciudad es el hombre” como decía Mario Briceño Iragorri, lo
fundamental entonces es que nos conozcamos.
Lo importante para el casco antiguo de
Ciudad Bolívar y lo trascendente es que entre en el máximo uso de la ciudad y
que la gente vaya a la plaza, a los bulevares y termine de eliminar los carros
allá arriba y encuentre la manera de coexistir
lo más humanamente posible.
En fin, Fruto Vivas dijo que Ciudad
Bolívar es una de la ciudades más verdes de Venezuela, que hay que
municipalizar los árboles, luchar por no copiar el modelo de Caracas, bulevizar
la mayor cantidad de calles que se pueda, reordenar el espacio urbano al
servicio del hombre para darle eficiencia, crear horarios alternos de
circulación para que los carros puedan entrar a descargar en el comercio, sacar
la basura y cumplir otras emergencias, pero que vitalmente el espacio urbano le
pertenezca al pueblo. La calle es la zona más importante de la ciudad, y si
tiene techo es más hermosa todavía.
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