viernes, 17 de enero de 2014

Vacuna de Patarrollo llega al Guaniamo

Patarroyo.jpgLa vacuna contra el paludismo del científico colombiano Manuel Elkin Patarrollo (en la foto), llegó a Guayana (973) con el nombre de “camolar”, pero según el doctor Francisco Vitanza, la prensa regional y nacional “ha pasado por alto o no le ha dado importancia al ensayo que Sanidad y Malariología están llevando a cabo en toda la región minera del Guaniamo al aplicar una inyección denominada científicamente “Camolar” que inmuniza por tres meses contra el paludismo que durante los últimos días ha tenido características epidémicas en el Estado Bolívar”.
La “Camolar” ha sido ensayada con resultados satisfactorios en importantes poblaciones del África y también en Costa Rica.  Venezuela por primera vez adopta esta inyección para tratar de ponerle freno a la temible malaria.
         El doctor Francisco Vitanza, expresó que la novedosa inyección está hecha con una sustancia que impide que el parásito que causa la fiebre palúdica se multiplique y llegue durante un proceso a eliminarlo por completo.  La inyección, una vez aplicada, tiene efectos por tres meses.  Con ella se tiene la esperanza de acabar con el paludismo en Guayana y su aplicación en los principales focos, especialmente en la región diamantífera del Guaniamo, estará aunada a la campaña intensiva antimalárica que el Ministerio de Sanidad y Malariología, en colaboración con la Guardia Nacional lleva adelante en el Estado.
         Esta vacuna contra la malaria ha sido descubierta por el científico colombiano, Manuel Elkin Patarroyo.  Asimismo, Patarrollo halló los principios químicos que permitirán crear vacunas sintéticas para prevenir prácticamente las enfermedades infecciosas existentes en el mundo. 
Se trata de "un decálogo de principios, de reglas, que cuando se aplican permiten producir vacunas contra las distintas enfermedades que existen en el mundo, prácticamente 557 enfermedades infecciosas. 
El científico halló estos principios, que evitarían a futuro millones de muertes en el planeta, a partir del descubrimiento de su primera vacuna contra la malaria, y desarrollar después el fármaco de segunda generación con cobertura superior al 90 por ciento en ensayos con monos. 
De esas 157 enfermedades, sólo quince tienen vacuna, motivo por el que Patarroyo y su equipo de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIIC) afrontaron "el problema desde el punto de vista de la química", un hito en la ciencia ya que las únicas existentes se desarrollaron a partir de la biología. 
El científico colombiano hizo exitosamente el intento para crear una vacuna sintética contra la malaria, enfermedad transmitida por mosquitos y que afecta millones de personas en regiones tropicales y subtropicales de América, Asia y África. Una vez desarrollada esta vacuna, fue evaluada en pruebas clínicas de la OMS  (Organización Mundial de la Salud) en Gambia, Tailandia y Tazania, sin resultados concluyentes.
Patarroyo es fundador y director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDC), asociada a la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá; director de la línea de investigación en Relación Estructura-Función en la Búsqueda de Vacunas Sintéticas en el doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad del Rosario (Colombia); profesor de la misma universidad así como del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud, para el desarrollo de vacunas sintéticas contra la malaria, la tuberculosis y la lepra.
La vacuna sintética contra la malaria la oficializó entre 1986 y 1988 y  la vacuna sintética (SPF66)  probada en una colonia de monos de la región patazania, en los Aotus trivirgatus, y en un grupo de jóvenes bachilleres voluntarios que prestaban su servicio militar. En estudios a lo largo de Suramérica, incluyendo  Venezuela se estimó que esta enfermedad causa la muerte a 2500 mujeres sólo en Colombia.


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