“El Conde Cattaneo y la querencia de Guayana”, libro de Horacio Cabrera Sifontes, fue presentado y bautizado por Manuel
Alfredo Rodríguez, Josefina de Villegas y Tibisay, hija del autor, el 22 de agosto de 1974.
El acto tuvo lugar en el jardín de la
Biblioteca del Estado donde se erige un busto del Maestro Rómulo Gallegos y
luego de un Sainete y homenaje al movimiento teatral “Nuevo Grupo” que dirigía el dramaturgo venezolano
Isaac Chocron.
Manuel Alfredo Rodríguez, prologuista
del libro, dijo en la presentación que esta obra de Horacio Cabrera Sifontes es
de una importancia excepcional porque a través de la figura legendaria del
Conde Cattaneo, uno de los últimos grandes aventureros que produjo el Siglo
XIX, el autor reconstruye la final etapa de fulgor de la epopeya del oro
guayanés.
Reconstruye con fidelidad y sentido de
creación artística medio siglo de vida guayanesa partiendo de la historia y la
biografía. Permite conocer una serie de
circunstancias que han determinado las características del ser guayanés y de
este vasto, apasionante y mágico mundo de Guayana.
Convino en que la publicación de este
libro puede ser el inicio de un esfuerzo de los autores bibliográficos
bolivarenses para tratar de entender mejor
a Guayana y a su gente y para hacer obra de arte con los materiales que
suministra la acción del paisaje de esta región.
El Conde
Cattaneo, cuyo nombre completo es Antonio Gastón Francisco Giuseppe Luigi
Wenceslao Cattaneo Quirin, falleció el 29 de junio de 1970 en
Caracas, a la edad de 90 años. Era
nativo de Pravia y ostentaba títulos de
Conde de Serrano, licenciado en filosofía y letras, ingeniero, militar de carrera, Jefe de Caballería en
Italia y Capitán de Cosacos en Liberia.
Llegó al Orinoco a comienzos del Siglo XX y su vida de guerrero y
aventurero más intensa la vivió en Guayana en tiempos de Cipriano Castro y Juan
Vicente Gómez. .
Un misterioso hecho
de sangre ocurrido en el Palacio Real de Quirinal le sustrae a la corte de los Saboya y se lanza a la aventura por los
caminos de América. Visita Argentina,
Brasil, Bolivia, Perú, Estados Unidos y de regreso por México y Centroamérica
se encuentra en el puerto de Corinto con las fuerzas del General Santos Zelaya
que retornaba a la
Presidencia de la República de Nicaragua. Se agrega a ellas y por sus habilidades llega
a ser General de Brigada de aquel país.
En 1907 llega a Venezuela por Puerto Cabello y Cipriano
Castro que tiene noticias de él lo conoce y lo convence para que preste sus servicios
a la armada de Venezuela. Su aventura en
Venezuela comienza desde entonces como jefe de la Artillería de la Goleta Nacional de
Guerra “Libertadora”. En diciembre de
1908 cuando Castro se halla en París con un riñón enfermo y su compadre Juan
Vicente es proclamado, el Conde Cattaneo se refugia en Trinidad y de allí
penetra al Brasil y después a Guayana. Se ocupa de empresas agrícolas y
balateras y de pronto se ve envuelto en el movimiento nacionalista del Mocho
Hernández junto con los generales Pedro José Fernández Amparan, Angel Custodio
Lanza y Rafael Tovar García. Fracasado
este movimiento, se incorpora a las fuerzas activas del gobierno y ocupa
importantes cargos civiles y militares en Guayana, dirige la construcción de El
Tapón y El Dique de Santa Lucía para defensa de las crecidas del río, tiempos de Marcelino Torres (1915). Junto con Fernández Peña desaloja a los
ingleses de la Gran Sabana
y como funcionario de Obras Públicas inspecciona los trabajos de desecación de
la Laguna...
Américo va directo al hecho, en sus escritos aparece la historia chica y la grande también. Es amena la lectura de cualquiera de sus diversas obras. Permítame, pienso que la importante reseña sobre el Conde Cattaneo, de sus acciones y sus derroteros, aún no ha concluido, y es posible que exista mucho más material bibliográfico o referencial sobre este personaje. Rafael Torres, Barquisimeto.
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