El
indigenismo nacional está realmente en un colapso espantoso en el que lo único
que priva es ese colonialismo en el que hemos sido educados durante la niñez,
señaló en una conferencia el doctor Daniel Barandiaran (en la foto), asesor de
la Dirección de fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores y autor de la
monografía antropológica “Los Hijos de la Luna”, editada por
el Congreso Nacional
Barandiarán, fundador del pueblo de
Santa María de Erebato en 1958, dictó su
conferencia el 19 de octubre de 1975, en el Museo del Correo del Orinoco e
insistió en que si el indigenismo quiere realmente una vivencia nacional, tiene
que ser básicamente con el conocimiento mayor posible de la condición
espiritual, social, familiar, religiosa, filosófica, de todos los veintisiete
pueblos indígenas existentes en
Venezuela, con su lengua, con la ficción de su mundo, con todas sus riquezas
internas y todo eso comprendido de manera a que cuando llegue el problema de la
confrontación, de la integración con el resto de nuestra vida, lo que hagamos
no sea solamente una integración en una línea, es decir, que ellos reciban de
nosotros lo bueno de nosotros y todo lo malo de nuestra sociedad.
Expresó que el deseo de indigenismo es
no recibir la espuma de la periferia nacional, sino entrar en un diálogo
fraternal de conocimiento de tipo regionalista, tal cual como un andino puede
dialogar con un monaguense y conocer que la idiosincrasia del guayanés es
distinta a la larense y dentro de ese plano de comprensión regional, entender también que tenemos veintisiete pueblos aborígenes
autóctonos que son la raíz de la vivencia
misma de nuestra nación y que para conocerla debemos aprender como lo hace el alumno que va a
la escuela.
Ayudar al indígena, llenar sus
necesidades perentorias sin tener que menoscabar sus valores naturales, es la
tarea. No considerarlo como una gente
anormal que anda por allí, a la que hay que civilizar siendo que los indios
están más en armonía consigo mismo, con la sociedad, con la naturaleza.
El Dr. Daniel de Barandiarán, fundador de la comunidad
yecuana Santa Elena de Erebato, estuvo metido de lleno con los gobierno de
Betancort Leoni en la investigación
sobre el territorio de la Guayana Esequiba y, al efecto, terminó escribiendo el
libro “ La Guayana Esequiba su Tierra y su Gente” que in se puede enarcar en la
bibliografía publicada entre los años de 1966 a 1989.
El libro abarca dos periodos bien definidos . Desde la
firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, hasta el vencimiento del
Protocolo de Puerto España en 1982, cuando Venezuela decidió no renovar el
mismo y continuar con lo establecido en el artículo IV (2), del Acuerdo
de Ginebra que tipifica que de no llegarse a un acuerdo con respecto a la
elección de uno de los medios de solución previstos en el Articulo 33 de la
Carta de las Naciones Unidas referirán la decisión: “…o de no llegar a un
acuerdo sobre este punto, al Secretario General de las Naciones Unidas…”.
Ese mismo año. En 1987 Guyana y Venezuela decidieron
aceptar el método de los Buenos Oficios que en realidad comienza a funcionar en
1989, con el llamado Proceso de Buenos Oficios bajo la intermediación del
referido Secretario General de las Naciones unidas según lo establecido en el
artículo IV (2), del Acuerdo de Ginebra 1966.
El doctor. Daniel de
Barandiarán, padre jesuita y reputado como un gran venezolano, falleció el sábado 08 de
octubre de 2012 en el municipio Oyón, Provincia de Álava en
España.
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