La
novela “Papillón” del
francés Henri Charriere (en la foto), fugado de Cayena, causó revuelo en
Guayana, no sólo por la vecindad de la colonia gala a donde iban a parar los
delincuentes de Francia, sino porque en Ciudad Bolívar se hallaba radicado
desde hacía 23 años uno de sus cinco compañeros de fuga.
Logramos entrevistarlo bajo promesa de
no divulgar su verdadero nombre pues se hallaba casado con una dama bolivarense
y tenía tres hijos: uno en el Ejército, otro estudiando en el Liceo y la hembra
a punto de cumplir sus 18 años. Sin
embargo, en el libro de Jean Lefeure “Le
Bagne a la casse” publicado en Francia y que nos prestó Andrés Palazzi,
aparece el nombre completo.
Papillón, que en francés significa “Mariposa”,
emprendió su fuga del Campamento des Cascades, prisión de
Cayena, con dos chinos que se instalaron con un restaurante en Puerto La Cruz; Etienne
Laplanche, quien se domicilió y falleció en Soledad y nuestro
entrevistado Raymond Lamothe, a quien dimos conocer en esa oportunidad
con el apodo “Fromage” (queso), que
le pusieron compañeros de presidio por
ser la presa fácil en las partidas de pocker.
Raymond Laplanche, hombre blanco, de
contextura fuerte, 1,70 de estatura, 47 año, trabajaba en la zona del hierro y
estuvo preso en Cayena luego que en Paris le fue conmutada la pena que era de
ser pasado por la guillotina a causa de haber dado muerte a un paisano por
motivo pasionales.
Tenía entonces 17 años cuando le fue
conmutada la pena a cadena perpetua en la Isla del Diablo, donde conoció a Papillón
para posteriormente planificar la fuga que no fue en una balsa de sacos de
coco como lo da a conocer Papillón en su novela documental,
sino en una curiara que hacía agua por todas partes y en la cual tras ocho días
con sus noches llegaron a Georgetown, donde ingresaron a un
hospital como náufragos. Allí se
dispersaron, cada cual tomó su rumbo y Raymond trasmontó la Sierra
de Imataca a pie durante 22 días y se quedó anclado para siempre en
Guayana, promisoria tierra de los aventureros.
Henri Charriere, nacido en Francia en
1906 y fallecido n Madrid el 29 de julio de 1973, escribió su novela autobiográfica en
1969. En ella narra su fuga en 1941 tras
varios intentos frustrados por la rigurosa vigilancia que blinda la famosa isla
del diablo.
En 1973, Franklin Shaffner dirigió una
película basada en el libro con Steve Mac Queen como protagonista y Dustin
Hoffman como actor secundario.
Se ha puesto en duda la veracidad de
toda la trama, pero evidentemente que es vívida e interesante la narración que
denuncia las inhumanas condiciones que padecen los reclusos. La novela fue un best
seller y existe una segunda
parte llamada Banco en la
cual se relata el camino que recorrió el autor desde que fue liberado
definitivamente en América, recorriendo caminos azarosos y colmados de
peligros..
Tanto la novela como la película se
consideran de denuncia pues al tiempo que descubren las entrañas del sistema
penitenciario de las colonias francesas, muestran aspectos crudos y tortuosos del trato a los
prisioneros, de las torturas, además del esfuerzo que el espíritu humano, en
este caso representado por el mismo Papillon, hace por adaptarse a un medio
altamente hostil, que ofrece pocas posibilidades a la supervivencia, un
ambiente aislado del mundo, en cárceles inhumanas. Queda en evidencia la
persistencia por alcanzar la libertad, por defender el poco de dignidad humana
que puede conservarse en la cárcel, incluso exponiendo la vida a cambio de
ella.
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