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Burro Negro no era propiamente un asno de ese color sino 
todo un sólido Cañón de la época en que Angostura era colonia hispana. 
Entre los muchos dejados por los realistas, enterrados unos, de 
exhibición y piezas de museos otros y uno que otro como soporte de astas
 de banderas, sobresalía “Burro Negro”, porque a la medianoche de 
diciembre el encendido de su pólvora atascada con arcilla, estremecía a 
la ciudad, bien desde lo alto del Cerro del Zamuro o desde la explanada 
de la Plaza Centurión.
Si este tipo de Cañón lo inventó un monje alemán llamado Berthold 
Schawarz en el siglo XIV, seguramente no fue para matar cristianos, sino
 para espantar a los malos espíritus y de allí que este Burro Negro, 
después de la colonia se le haya dado este destino en el preciso 
instante en que se desea dejar atrás todo lo malo para aspirar a algo 
mejor.
De manera que el 31 de diciembre los soldados del batallón de turno, 
“Rivas”, “Urdaneta” o “Cajigal” montaban a “Burro Negro” sobre la cureña
 y lo ponían a rodar hasta el sitio escogido para el cañonazo de año 
nuevo. Pero el 31 de diciembre, luego de ser cargado por la boca con 
pólvora y arcilla de la gruesa, estalló en pedazos cuando hombres del 
Batallón Cajigal hicieron ignición para anunciar la llegada del Año 
1968.
La explicación que desde el hoy Fuerte Cayaurima se dio después, 
decía que el vetusto artefacto de la colonia estaba demasiado poroso y 
no aguantó el impacto de la carga al ser disparada.
Debido a que la explanada de la Plaza Centurión quedaba muy próxima 
al Cementerio, varias tumbas, al igual que el techo de algunas 
viviendas, resultaron dañadas con los pedazos de hierro lanzados por la 
onda explosiva. Afortunadamente no hubo daños personales que lamentar, 
pero los citadinos aún añoran en diciembre el cañonazo de año nuevo 
sustituido por el Himno Nacional a través de los medios 
radioeléctricos.    
En ese tiempo eran conocidos en Venezuela dos “Burro Negro”, el de 
Ciudad Bolívar y el de Maracaibo, sólo que el de Maracaibo nada tenía 
que ver con la pólvora sino con el agua de un embalse y un parque 
recreacional que así se llama, provisto de una fauna prodigiosa. Lo 
curioso de ambas realidades es que el verdadero burro o asno no viven ni
 ha vivido en ningún lado sino por connotación, suponemos, pues es 
lógico que un paisaje como el marabino con ese nombre haya sido habitad 
de algún burro negro, por excepción, claro, porque los burros 
generalmente son grises y en cuanto al cañón bolivarense montado sobre 
una cureña, ha podido adquirir el apelativo por su propio color natural 
añadido a que, como el burro, tenía que soportar una carga para ser 
útil.
El embalse Burro Negro es una de las principales fuentes de 
abastecimiento de agua del estado Zulia, junto a Tulé, Manuelote y 
Machango, los cuales poseen una capacidad conjunta de 704.080 millones 
de metros cúbicos de agua.
Burro Negro fue construido durante los años 1958-1960 y es 
uno de los reservorios de agua que abastece a los principales municipios
 de la Costa Oriental del Lago. Está ubicado a 4 kilómetros de la 
carretera Lara-Zulia y su capacidad de almacenamiento es de 76 millones 
de metros cúbicos de agua.
En conclusión dos Burro Negro en los extremo de nuestra 
geografía, uno ya desaparecido que alimentaba cada año los sueños de una
 nueva vida y el otro que permanece alimentando la sed de buena parte de
 los marabinos.
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