viernes, 31 de agosto de 2012

Dragado del Orinoco



DRAGADO DEL ORINOCO
El 3 de julio de 1950 fue creada una Comisión Interministerial por la Junta Militar de Gobierno a fin de estudiar las dos vías propuestas por la Orinoco Mining Company para el transporte del mineral de hierro cuya explotación iniciaba en el Cerro Bolívar.

Había dos propuestas en mesa: la del dragado del Orinoco-Caño Macareo y la construcción de un Ferrocarril Ciudad Piar-Guanta pasando por Ciudad Bolívar a través de un puente sobre el Orinoco.

La comisión que estaba presidida por el teniente coronel Luis Felipe Llovera Páez, acordó el dragado del Orinoco, atendiendo a un pronunciamiento de la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar que presidía don Natalio Valery, y así lo aceptó la OMC que inmediatamente realizó los estudios hidráulicos respectivos y contrató a los Astilleros de la Nacional Bula Carriers, en Kure, Japón, la construcción de una de las dragas mayores del mundo, la Draga Icoa.

La draga arribó al muelle de Puerto Ordaz en agosto de 1961 y el 14 del mismo mes inició sus operaciones de mantenimiento del canal principal del Orinoco, desde Puerto Ordaz hasta Boca Grande, a la entrada del océano Atlántico, en un trayecto de 185 millas náuticas.

Las operaciones de dragado de este inmenso barco permiten conservar esa vía fluvial abierta a la navegación de buques de gran calado y por la cual se transporta mineral de hierro y otras materias primas así como productos industriales a los mercados internacionales. Permite además la importación de insumos y maquinarias necesarias para el desarrollo de Guayana.

En 1976, al nacionalizarse el hierro, la Draga Icoa pasó al patrimonio de CVG Ferrominera Orinoco y en septiembre de 1981, Ferrominera la traspasó oficialmente al Instituto Nacional de Canalizaciones en acto presidido por el entonces presidente de esa empresa ingeniero Aníbal La Riva.

En agosto de 2011, el ministro para las Industrias Básicas y Minería (Mibam), José Khan, se reunió con altos representantes de empresas de la República Popular China y acordaron la creación de una empresa mixta para el dragado en el canal del río Orinoco conformada por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), el Instituto Nacional de Canalizaciones (INC) y una empresa china.

La empresa además se encargaría de comercializar dos insumos (arena lavada y piedra) para servir en la construcción de viviendas.

El dragado comenzó  dos meses después al entrar en operaciones la draga china Xin Hai Hu (Nuevo Tigre Marino), luego de la firma del acta técnica en las instalaciones del Instituto Nacional de Canalizaciones,  el evento estuvo encabezado por el vicepresidente del INC, Nelson Mariña; el presidente encargado de Ferrominera Orinoco, Juan Aníbal Vásquez; el representante de consorcio China Comunications and Construction Company Ltd. (CCCC), Deang Honliing; a quienes acompañaron un grupo de la alta directiva y representantes sindicales de los trabajadores del INC; así como delegaciones de Ferrominera Orinoco y del referido consorcio chino.

Se tenía proyectado dragar aproximadamente 37.4 millones de metros cúbicos de sedimentos en el canal exterior y 17.5 millones de metros cúbicos de sedimentos en el canal interior del río Orinoco, con el objeto de restaurar y mantener las profundidades mínimas necesarias que permitan el paso seguro de los buques que hacen puerto en los terminales de las empresas de Ciudad Guayana.

Todo esto según lo contemplado en el convenio efectuado por el Gobierno  y el consorcio China Comunications and Construction Company LTD (CCCC), por un monto de 507.5 millones de bolívares.

Esto permitiría cumplir con los compromisos de exportación del mineral de hierro y otras cargas de minerales por el Orinoco. (AF)

jueves, 30 de agosto de 2012

Comentarios

Estimado Américo en tu crónica del martes 28, sobre el MIR, me voy a permitir algunas aclaratorias en aras de la verdad histórica. Demás está decirte que soy uno de los primeros lectores de tus sabrosos recuentos madrugadores en el CDC y que ya me siento algo incómodo cuando por alguna razón no sale en la diaria edición. Saludos fraternales.

Miles Useche: Las fechas originales de la fundación de lo que terminó llamándose Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fueron el 8-10 de abril de 1960, en una Convención Nacional Juvenil cuyo mitin de apertura se realizó en el Circo de Maracaibo, adoptando la denominación provisional de Acción Democrática de Izquierda (ADI) y, siendo los principales oradores: Domingo Alberto Rangel, Gabriel Quintero Luzardo, Aníbal Molina Blanchard, Simón Sáenz Mérida, Américo Martín y Helí Colombani, teniendo como presentador a Gilberto Mora Muñoz. Ahora bien cuando tú hablas de la fundación del Frente Guerrillero “Manuel Ponte Rodríguez”, no puede aparecer D.A.R, ya que en 1962 a raíz de los pronunciamientos militares tanto en Carúpano como en Puerto Cabello, ese dirigente conjuntamente con otros miembros de la dirección abandonaron el MIR, desafectos con la línea insurreccional y constituyeron lo que la prensa tildó del MIR-blando; aún así D.A.R. fue a parar al Cuartel San Carlos como preso político, pero más nunca apareció como dirigente en los quehaceres de la organización. Saludos.

Galo Yánez: Ha sido muy grato para mí el leer esta columna, pues me ha transportado a todo el año 1961, año en el que se engendró el Núcleo de Bolívar de la UDO. Durante este año, mientras se preparaban los pensa de estudios y se contrataban profesores para la futura Escuela de Geología, que arrancaría en Enero de 1962, con los estudiantes que habían completado dos años de Cursos Básicos en Cumaná, José Nancy Perfetty, José Baptista Gomes y yo realizamos el estudio geotecnológico para la construcción del puente en el río Orinoco, a mí me correspondió realizar el mapeamiento geológico y la geología estructural de las bases del futuro puente. Este trabajo fue traducido al idioma inglés, para la comprensión de las empresas que se encargarían de construirlo. Este fue el primer fruto de la UDO en Bolívar y dejó un beneficio de 300.000 bolívares de ese tiempo.

José Luis Cestari: Nuestro profesor Fitzí... gran amigo de mi casa, una de las pocas personas a quien tuve el placer de ver en mi matrimonio, realizado por cierto en casa del Dr. Jorge Mistage. Gran músico, gran innovador. Sin embargo, como regalo de cumpleaños mi padre le llevó al modesto grupo de rock “Los Teen Stars”, que había yo formado junto a George Shaw, Carlos Bates y mi hermano Carlos, y no le gustó al profesor nuestra música; mi padre, respetuosamente, nos ayudó a recoger nuestros instrumentos y nos fuimos, con las tablas en la cabeza. ¡Hoy se nos recuerda como el primer grupo de rock del sur-oriente de Venezuela! Ironías de la vida... Es una hermosa anécdota, pues en su vejez le hubiésemos sido de mucha utilidad con su Orfeón Cinético, al menos en lo que se refiere a frecuencias de onda, cables y asuntos técnicos. Gran persona, Fitzí, genio de la música, le recordamos con profundo cariño y respeto, en el Orfeón Cinético de Fitzí.

Jesús Esteban Hernández: Mi querido Américo, mil y una gracias por su columna, estimable aporte, pues demuestra, además de su enjundioso tratamiento de la historiografía, la generosidad de trasmitir saberes, así, al igual que mi familia, le quedo muy reconocido.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Don Virgilio Casalta


El 16 de enero de 1947, Don Virgilio Casalta, uno de los empresarios corsos de mayor empuje en Ciudad Bolívar, celebró 88 años de edad. Fue presidente y pilar fundamental en la creación y sostenimiento de La Electricidad de Ciudad Bolívar durante los tiempos más difíciles. Era de nacionalidad francesa, nacido en la Isla de Córcega en 1859 y falleció en Ciudad Bolívar en 1955 a la edad avanzada de 90 años. Llegó a Venezuela muy joven, es decir, cuando tenía 17 años. Entonces comenzó a trabajar en el Puerto de La Guaira. Luego pasó a residenciarse en Ciudad Bolívar donde le fue muy bien y contrajo nupcias con Amelia Chompre, nativa de San Fernando de Apure e hija de un comerciante de nacionalidad francesa. Del matrimonio nacieron María, Juana, Amelia, Virgilio y Pepita, casada esta última con Ernesto Battistini, ambos padres de Kiko Battistini Casalta. Don Virgilio Casalta vivía en la calle Dalla Costa, esquina de la catorcera. Tenía además una casa de campo vecina al río San Rafael, zona de La Sabanita, que fue vendida a la empresa Iron Mines Co por 16 mil bolívares y finalmente ésta donó todas las instalaciones a la Universidad de Oriente.
La Casa Casalta llegó a ser tan importante como la Casa Dalla Costa. Entonces no era el Gobierno central como ahora, sino el gobierno regional quien a través de la Sección de Fomento y Estadísticas otorgaba permisos para explotar el balatá y el purgo al igual que los cueros de res y de venado, bálsamo de Copaiba, Caucho del Caura, plumas de garza. Entre las casas explotadoras y exportadoras estaban la de Fernández y Cía., la de Dalton & Sucesores, Blohm & Cía., Hermanos Lleras Codazzi, H Ligeron y Virgilio Casalta.
Virgilio Casalta fue pieza significativa en la creación de La Electricidad de Ciudad Bolívar. Precisamente el 22 de octubre de 1910, en su casa de habitación se instaló la primera Asamblea General constitutiva a la cual asistió el entonces presidente del estado Arístides Tellería. Los accionistas creadores de la compañía fueron Virgilio Casalta, con 60 acciones; el Gobierno del Estado, con 120; José Afanador, 100; la Municipalidad, 82; Pedro Echeverría, 86; J. Bracho Albornoz, 25; Luis Machado Rodríguez 50; Luis Felipe Guevara 25; Luis Roncayolo, 100; Abraham Tirado 250; J. E. Roshe, 50; Fritz Kuhn, 600; W. Monserratte Hermoso, 420; José Acquetella, 50; Domingo Valery, 10; Oscar Monch, 600 y Guillermo Lange, 50; Guillermo Montes, 50; Augusto Celis Plazas, 120; Anuro Ochoa, 82; y W. Zsxhaeck, no participó.
El 2 de abril de 1912, en los altos de la Aduana Vieja (calle Dalla-Costa), los accionistas reunidos en Asamblea Extraordinaria acordaron reconstruir la C.A. Electricidad de Ciudad Bolívar y al efecto reformar los estatutos y elevar el capital, siendo presidente de la misma Virgilio Casalta
La Presidencia de Virgilio Casalta duró hasta 1913 cuando en alianza con B. Tomassi & Cía. Virgilio Casalta y J. Boccardo & Cía. decidió comprar la Compañía con una oferta por 16.000 libras esterlinas equivalentes a Bs. 404.000 y 2.000 libras más equivalente a 50.500 bolívares en acciones. Al principio la Asamblea aceptó la oferta, pero por objeciones legales interpuestas por el accionista Juan Andrés Pietrantoni, quien después fue presidente por más de dos decenios, la venta no se dio El 7 de septiembre de 1915 se venció la última prórroga para que se materializara la negociación, por lo que fue solicitada una prórroga por un año más que no corrió con suerte. De todas maneras La Electricidad atravesaría crisis que gracias a los reiterados préstamos de Casalta pudo solventarse (AF).

martes, 28 de agosto de 2012

División de Acción Democrática



El 9 de julio de 1960 da cuenta de la primea división que sufre Acción Democrática al constituirse en Caracas una Convención entre el 8 y 10 de julio de 1960, capitaneada por el dirigente nacional, doctor Domingo Alberto Rangel (en la foto), mientras en el Estado Bolívar lo seguían Daniel Naranjo Díaz, el doctor Gervasio Vera Custodio, Juan Manuel Sucre Trías, Teófilo Rodríguez, Gregorio Naranjo, Amin Inaty, entre otros dirigentes sindicales y juveniles.

A esa fracción desprendida del tronco mayor de Acción Democrática, descontenta con la gestión Betancourt, se les llamó “Cabezas Calientes”, pero adoptó como nombre oficial “Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y estuvo dirigida a raíz de la Convención por un Comando Nacional que formaban Antonio Delgado Lozano, en calidad de presidente; secretario general, Domingo Alberto Rangel; secretario de Organización, Simón Sáez Mérida. Miembros principales de ese comando en calidad de secretarios eran también Pedro Elías Hernández, Gumersindo Rodríguez, Carmelo Laborit, Rafael José Muñoz, José Marcano, Jorge Dáger, Francisco Salazar Meneses, Silvestre Ortiz Bucarán, Julio Cacique, Américo Martín, Roberto Hostos Poleo y Alí Muñoz.

Su base doctrinaria descansaba en el propósito de “conducir a todo el pueblo venezolano hacia el socialismo por el camino de una revolución nacional que transforme a fondo la estructura actual del país, haciendo realidad un programa claramente antiimperialista y antifeudal”.

La crisis de Acción Democrática se inició con la disidencia del Buró Juvenil que había adoptado sobre diversas cuestiones puntos de vista contradictorios a la línea oficial del partido. Posteriormente otros dirigentes se solidarizaron con el Buró Juvenil y a consecuencia de ello fueron expulsados de AD por el Tribunal Disciplinario Nacional.   

Al nacer el MIR, se declaró según su semanario Izquierda, como un partido “marxista, su objetivo era conducir al pueblo venezolano hacia el camino del Socialismo por medio de la Revolución Nacional haciendo realidad un programa claramente antiimperialista y antifeudal”.

El 9 de mayo de 1962 son inhabilitados el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el MIR por parte del gobierno de Rómulo Betancourt y estos asumen la lucha armada que duró hasta el primer gobierno de Rafael Caldera. Sin embargo fue el MIR el primer grupo en lanzarse a la lucha armada en Venezuela provocando serios enfrentamientos urbanos entre 1961 y 1962 así como la instalación de un frente guerrillero en el Oriente del país al cual denominaron Frente Manuel Ponte Rodríguez que será desmantelado en 1964 por el Ejército venezolano y reconstituido en 1965 con el nombre de Frente Guerrillero Antonio José de Sucre.

En esta etapa, el MIR integra junto al PCV, a las llamadas Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Entre sus dirigentes se encontraban Domingo Alberto Rangel, José Manuel “Chema” Saher, Américo Silva y Américo Martín, Simón Saez Mérida, Etanislao González, José Manuel Gilli Trejo, Rubén Jaramillo, Gabriel Puerta Aponte, Víctor y Fernando Soto Rojas, Julio Escalona, Marcos Gómez, Carlos José Ugueto Mariño y Carlos Betancourt.

El MIR tuvo activa participación en las luchas subversivas desarrolladas en Venezuela en la década de 1960. Una de las células más activas fue la denominada “Van Troi” liderada por Jesús Alberto Márquez (El Motilón) que ejecutaron muchos policías, militares y civiles por no haber apoyado a la lucha armada, por ejemplo el fusilamiento del doctor Alfredo Seijas, Consultor Jurídico de la Digepol en septiembre de 1966, fue secuestrado en el interior de la UCV y trasladado hacia la urbanización Macaracuay de Caracas, donde fue ejecutado. Otros guerrilleros miembros de la Juventud del MIR, como Ramón Amundaray “el Gato” y “el Pirata” Sánchez, murieron al ser sorprendidos volando un oleoducto (AF).

lunes, 27 de agosto de 2012

Derrocamiento de Gallegos


El 24 de noviembre de 1948, las Fuerzas Armadas Nacionales, representadas en la Junta Militar integrada por los tenientes coroneles Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, asumieron el poder tras derrocar al presidente constitucional de Venezuela, Rómulo Gallegos, quien apenas lo ejerció durante nueve meses y nueve días.

Gallegos, con su esposa Teotiste Arocha Egui (en la foto), fue expulsado a Cuba, donde entonces gobernaba Carlos Prío Socarras, mientras Rómulo Betancourt se asiló en la embajada de Colombia al tiempo que su partido Acción Democrática era disuelto y sus dirigentes, entre ellos, Alberto Carnevali, Luis Augusto Dubuc, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios y Luis Lander, presos y expulsados.

La alocución de las Fuerzas Armadas al pueblo venezolano, tratando de justificar el golpe de Estado, se contraía a que: “El Partido Acción Democrática continuó, a pesar de que pregonaba ser un partido nuevo, los vicios políticos que caracterizaron a los anteriores gobiernos, aprovechándose seguidamente del Poder para su propio beneficio, implantando el sectarismo político, manteniendo una agitación permanente y trayendo el desbarajuste total de la República…”.

El Gobierno de los Estados Unidos que se iniciaba con Harry S. Truman como trigésimo segundo presidente fue el primero en reconocer a la Junta Militar de Gobierno, seguido de los de Panamá e Israel. Por su lado, el de Venezuela se disponía a reanudar las relaciones diplomáticas con el régimen franquista que el anterior había suspendido.

En cuanto a los exiliados políticos, unos se iban y otros volvían. Entre los que retornaron de primero, estaba el doctor Arturo Uslar Pietri, ex ministro de Relaciones Interiores de Medina, quien se hallaba en los EE UU. Al regresar, declaró: “Regreso sin odios y deseando justicia para todos”. Sus bienes que habían sido incautados al igual que los de otros ministros, fueron devueltos.

La reacción en Ciudad Bolívar fue virtualmente pasiva al divulgarse la noticia del derrocamiento de Gallegos. El mismo 24 de noviembre, el gobernador Ángel Fariñas Salgado dejó la gobernación del Estado en manos del teniente coronel Alonso Acosta Córdoba, comandante de la guarnición, quien la tomó acompañado de los civiles doctor J. M. Arapé Garmendia, doctor Manuel Siverio, doctor Carlos Fragachán y Leonardo Aponte.

Rómulo Betancourt, presidente de Acción Democrática, se asiló en la Embajada de Colombia. También se refugiaron en ella Carlos D’Áscoli, Domingo Alberto Rangel y el dirigente sindical Luis Tovar.

La Junta Militar de Gobierno, presidida por el Tcnel. Carlos Delgado Chalbaud, disolvió al partido Acción Democrática y sus órganos de prensa, entre ellos el diario El País. Los dirigentes de AD en Bolívar fueron detenidos en la Cárcel Vieja, entre ellos, Manuel Alfredo Rodríguez, Alfredo Bolívar, Enrique Viccionacci y José del Valle Silva.

Ante el golpe militar, Jóvito Villalba y su partido reaccionaron diciendo que era “la consecuencia de no haber querido oír sus reclamos, pues URD demandaba se constituyese a raíz del golpe de octubre del 45 un gobierno imparcial, lo cual fue rechazado por el grupo imperante. Pero este rechazo determinó a la larga el fracaso de toda la política del régimen y preparó su final colapso. A través de tres procesos electorales los dirigentes de AD usaron y abusaron de los recursos del poder para inclinar en su provecho la balanza electoral. En cada uno de estos procesos, el acto final, es decir, la emisión del voto y su escrutinio, cumplido siempre ante periodistas e intelectuales de centros de opinión internacional, fue ostensiblemente limpio. Pero este acto constituyó siempre la culminación de una empresa sistemática de adulteración de la voluntad del electorado, de coacción y fraude en grande escala”.(AF)

domingo, 26 de agosto de 2012

Biblioteca Rómulo Gallegos





El 22 de mayo de 1965, previo acto inaugural, comenzó a prestar servicio la Biblioteca “Rómulo Gallegos” bajo la dirección del bibliotecónomo, Víctor Manuel Ramírez, nativo de Rubio y director de la revista Perfil.

La Biblioteca, creada por decreto del gobernador Pedro Battistini Castro, fue inaugurada por el ministro de Educación J. M. Siso Martínez y correspondió como invitado de honor, al poeta Héctor Guillermo Villalobos, pronunciar las palabras alusivas a la importancia de este centro de lectura bautizado con el nombre del novelista Rómulo Gallegos.

El maestro Gallegos se excusó de estar presente en la ceremonia inaugural con el siguiente mensaje enviado al gobernador: “Agradezco profundamente la honrosa distinción de ponerle mi nombre a la Biblioteca estatal, honor inmerecido, como también la cordial invitación que me hace para su inauguración. Razones ajenas a mi voluntad me privan del placer de acompañarle como quisiera. Lo saluda muy cordialmente, Rómulo Gallegos”.

En el acto inaugural también estuvieron presentes el director del Ministerio de Relaciones Interiores, Faustino Pulgar Grúber y el general Ramón Audelino Moreno, comandante de la VI División. Amenizó la ceremonia el Trío de Cámara del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes.

La Biblioteca Rómulo Gallegos se inició con 3 mil libros traídos por el poeta Rafael Pineda junto con una exposición de pintura para el programa de extensión cultual de la biblioteca en la que estaban representados Francisco Narváez, Alejandro Otero, Mary Brand, Luisa Palacios, y Alirio Palacios, entre otros.

La biblioteca funciona desde entonces en la casa que sirvió de vivienda al mismo tiempo que de internado, del licenciado Ramón Isidro Montes, fundador de la Universidad de Guayana y abuelo de la escritora Lucila Palacios, quien escribió la historia de ese inmueble y la donó a la biblioteca cuando Lourdes Salazar Bosio era directora y trajo a la biblioteca conferencistas valiosos de la talla de José Ramón Medina y Miguel Otero Silva.

En enero de 1974, en el jardín interno del inmueble le fue erigido un busto de bronce al maestro Rómulo Gallegos. Obra del escultor Asdrúbal Meléndez y fundición de Mario Gio, develado por su hija Sonia Gallegos.

La Biblioteca Rómulo Gallegos viene desde entonces funcionando como matriz de una red de 25 bibliotecas en todo el estado Bolívar, incluyendo un salón de lectura en la antigua Casa Casalta del Paseo Orinoco.

Según Lucila Palacios, el inmueble de dos niveles y grandes ventanales de tipo andaluz, donde vino a establecerse la Biblioteca Rómulo Gallegos, data de mediados del siglo diecinueve y fue edificada por Ramón Isidro Montes para convertirla no sólo en Casa Hogar sino en residencia de estudiantes.

Ramón Isidro Montes, quien era casado con Clarisa Calderón, vivía en la parte alta con la familia y en el nivel inferior instaló un Internado para estudiantes venidos del interior de Guayana y de otros estados, como fue el caso de Félix R. Páez y Juan Manuel García Parra, quienes salieron del Internado directo para el Colegio Nacional, donde se graduaron de bachiller y siguieron allí la carrera de medicina.

Los internos se integraban de tal manera a la familia que se sentían obligados a tomar parte en la actividad hogareña. No había distinciones entre ellos y los hijos del matrimonio y a la hora de la comida se sentaban a la mesa del rector, quien junto con su esposa vigilaba y orientaba sus modales. En la Escuela Hogar el doctor Montes organizaba frecuentemente veladas literarias y musicales, de manera que el inmueble históricamente ha cumplido y cumple su destino de ambiente para el arte y la cultura.(AF)

viernes, 24 de agosto de 2012

Creación de la CVG


El General Rafael Alfonzo Ravard, quien nació el 17 de agosto de 1919, fue el primer Presidente de la CVG. El 29 de diciembre de 1960, el Presidente de la República, Rómulo Betancourt firmó el Decreto 430 que crea la Corporación Venezolana de Guayana para el desarrollo de la región que comprende los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, fundamentalmente.

Establece dicho decreto que la CVG tendrá a su cargo la coordinación, planificación e impulso de todo lo relativo a la zona industrial de ese vasto sector geográfico y tendrá como objetivos principales estudiar los recursos de Guayana, tanto dentro de la zona de desarrollo como fuera de ella cuando por la naturaleza de los mismos fuera necesario.

Asimismo, estudiar, desarrollar y organizar el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico del Caroní; promover el desarrollo integral de la región conforme a las normas y dentro del ámbito del Plan de la Nación; promover el desarrollo industrial de la región dentro del sector público como del privado; coordinar las actividades que en el campo económico y social ejerzan en la región los distintos organismos oficiales; contribuir a la organización, programación, desarrollo y funcionamiento de los servicios públicos necesarios a los fines del desarrollo de la zona; realizar por decisión del Ejecutivo Nacional cualquier otro cometido, el cual podrá referirse a operaciones fuera de la zona cuando exista una estrecha relación con las que realiza dentro de la misma.

Desde entonces la CVG ha venido funcionando como instituto autónomo, con personalidad jurídica propia y patrimonio distinto e independiente del Fisco Nacional, adscrito a la Presidencia de la República y dirigida por un Directorio integrado por cinco miembros, uno de ellos con el cargo de presidente, más cuatro suplentes, todos los cuales designados por el Presidente de la República.

El General Rafael Alfonzo Ravard (en la gráfica), fue el primer presidente de la CVG, presidencia que ejerció durante catorce años, vale decir, desde 1960 a 1974. Este alto oficial del Ejército venía con anterioridad, desde 1953, participando en el estudio de los recursos hidráulicos de Guayana, pues ese año vino formando parte de una comisión que tenía la importante misión de iniciar los estudios para la electrificación del Caroní.

Cuando fue creada la CVG, Guayana exportaba más de 12 millones de toneladas de hierro extraídas del Cinturón Ferrífero de Imataca, mientras en la zona de Matanzas centenares de técnicos y obreros levantaban con tecnología italiana la Planta para manufacturar parte de ese hierro que se estaba yendo a siderúrgicas de ultramar.

Pero esas industrias, tanto la extractiva como siderúrgica requerían de abundante energía eléctrica que habría resultado muy costosa generar si no hubiese sido por la que existían en el Caroní en estado potencial. De manera que paralelamente a la Planta Siderúrgica del Orinoco se construirá la primera presa hidroeléctrica del río Caroní: Macagua I y se proyectaba el Gigante Guri, junto con una Planta de Aluminio de capital mixto con la Reynold Internacional.

La CVG absorbió por mandato de la Ley esas empresas y proyectos en ejecución que hasta entonces eran patrimonio y funcionaban bajo la administración del Instituto del Hierro y del Acero y de la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní.

El presidente fundador de la CVG Rafael Alfonzo Ravard, además de militar, destacó como ingeniero y empresario. Se manejó de manera particularmente exitosa en el área de la gerencia tanto en la CVG como presidente de Petróleos de Venezuela. También profesor en varias escuelas de la Academia Militar de Venezuela, miembro de la Academia de Ciencias Física, Matemáticas y Naturales de Venezuela y su insaciable curiosidad lo llevó a explorar diversos campos del saber universal, como botánica, zoología, geología, economía, literatura y diplomacia.(AF)

jueves, 23 de agosto de 2012

La Sabanita de Cd Bolívar


En el año 1955 comenzó a sonar La Sabanita como barrio popular en torno a las instalaciones de la empresa Oliver Iron Mining que dio pasó a la Orinoco Mining Company en 1949.
Estas compañías realizaban exploración y prospección de las áreas con posibles yacimientos de hierro  que van desde el Río Aro hasta Piacoa.  Ya se habían ubicado las minas de El Pao, La Grulla, Sabaneta y desde esta base de La Sabanita partieron los señores Folke Kihistedt y Víctor Paulick hasta el cerro La Parida, donde llegaron el 4 de abril de 1947.  Ellos obtuvieron el título por denuncia igualmente de los Cerros Rondòn y Arimagua.
    Esta franja territorial de Ciudad Bolívar que va desde la Perimetral hasta las inmediaciones del Orinoco, entre los ríos Buena Vista y San Rafael que los bolivarenses identifican como La Sabanita, no había tenido trascendencia hasta entonces.  Sin embargo, venía siendo ocupada muy puntualmente, primero por Guillermo Lange, dueño de la Botica El Águila y presidente de La Electricidad de Ciudad Bolívar (1916-1917), con  una casa de campo, al igual que el comerciante Don Virgilio Casalta.
Para poder vadear el río San Rafael y llegar a La Sabinita,  se le colocó a lo largo de todo lo ancho una línea de  costales fibrosos llenos de piedras menudas útil hasta 1909 que la Municipalidad autorizó a Guillermo Lange para construir junto con el ingeniero Santiago Aguerrevere, un puente de hierro que hasta 1915 los bolivarenses conocieron como Puente Lange.  Este fue sustituido durante el gobierno del general Marcelino Torres García por otro con el nombre de Puente Gómez.  En 1959, por hallarse en muy malas condiciones fue reconstruido, siendo Gobernador el doctor Diego Heredia Hernández.
En 1916 llegó por primera vez la luz eléctrica al sector gracias a la donación de ocho postes de hierro donados por Guillermo Lange para tirar las líneas desde la esquina de Emilio Cordero en el Paseo San Antonio hasta la otra banda del río San Rafael, justo donde se hallaba el Morichal de Ramón Sucre.
La ocupación urbana de La Sabanita progresivamente fue tomando fuerza  gracias a la afluencia de gente de todas partes  atraídas por el señuelo de las empresas norteamericanas que tenían fama de pagar buenos salarios.  Igualmente por las crecidas periódicas del Orinoco que empujaba hacia allá  a los damnificados.
En las inmediaciones del río San Rafael existía para los años 40 un fundo llamado “La Frondosa” que el 31 de enero de 1944 fue declarado de utilidad pública por la Asamblea Legislativa  para transformarlo en una casa de protección al menor.  El 7 de julio de 1945, el Ejecutivo Regional atendiendo a una campaña de prensa dispuso destinarlo para el Hospital Antituberculoso.  Entonces los enfermos dejaron de ser trasladados al hospital de Cumaná.
La calle principal de La Sabanita, Avenida Sucre, fue la primera asfaltada y los moradores la distinguían con el nombre de “Carretera Negra”.  Llegaba hasta la Vuelta del Cacho donde por muchos años vivió el periodista Santiago Alacayo, de larga vara y buen humor.
El crecimiento poblacional que puso en evidencia el Censo de 1961, dio lugar a Los Aceititos, primera urbanización programada y frente a ella la construcción de ocho galpones para la pequeña y mediana industria comunicados con la calle San Salvador  Hoy en día es el barrio más populoso de la capital bolivarense, tanto que ya sus habitantes aspiran segregarse de Ciudad Bolívar de la que ahora permanece separada por el San Rafael, otrora río, ahora riachuelo, que tiene como cauce la extensión longitudinal de Los Farallones.(AF)
           

La Arquidiócesis de Ciudad Bolívar


El 25 de octubre de 1958, el Obispo de Ciudad Bolívar, Monseñor Juan José Bernal Ortiz, fue exaltado a la jerarquía de Arzobispo.
Con anterioridad, la Diócesis había sido desmembrada. Efectivamente, por decreto de la Santa Congregación Consistorial del 2 de enero de 1953 le fue sustraído todo el territorio del estado Anzoátegui y creada, con Monseñor José Humberto Paparroni al frente, la Diócesis de Barcelona.
Después, por Bula Pontificia del 21 de julio de 1958, Ciudad Bolívar quedó erigida canónicamente en Arquidiócesis y Monseñor Bernal se convirtió en el primer Arzobispo de la Capital Bolivarense. Ese mismo año Maturín igualmente fue elevado a la categoría de Diócesis con Monseñor Antonio José Ramírez Salavarría de titular.
Desde su arzobispado, Monseñor Juan José Bernal Ortiz, saludó el nuevo Convenio o “Modus Vivendi” que el 6 de marzo de 1964 suscribieron el Nuncio Luigi Dadaglio en representación de la Santa Sede y el Canciller Marcos Falcón Briceño a nombre del Gobierno de Venezuela, para regular las relaciones ambas partes.
Con este Convenio de diecisiete artículos, el Estado Venezolano continuaba asegurando y garantizando el libre y pleno ejercicio del Poder Espiritual de la Iglesia Católica. Así como el libre y público ejercicio del culto católico en todo el territorio de la República.
El 2 de junio de 1965, el Papa Pío XII nombró a Monseñor Juan José Bernal Ortiz, primer prelado de la Diócesis de Los Teques, conservando el título de Arzobispo-Obispo. Se posesiona el 28 de agosto de 1965 a su regreso del Concilio Vaticano II en el cual participó como Padre Conciliar.
Monseñor Bernal falleció el 19 de octubre de 1980 y sus restos inhumados en la Catedral San Felipe Nery de Los Teques. Por gestión del Arzobispo Crisanto Mata Cova y el gobernador Alberto Palazzi, su corazón fue sustraído y dentro de un cofre de plata colocado en un nicho a la derecha del altar mayor de la Catedral de Ciudad Bolívar, el 18 de diciembre del mismo año de su muerte.
Ese mismo años, el 5 de noviembre, se registró la coronación de Juan XXIII, papa que inauguró una nueva era en la historia del catolicismo gracias a su receptividad para reformar la Iglesia.
Cardenal y patriarca (arzobispo) de Venecia en 1953. A la muerte de Pío XII, el 28 de octubre de 1958 fue elegido Papa, a los 77 años. Sus mayores logros fueron la convocatoria del Concilio Vaticano II con el objetivo de llevar a cabo la renovación de la vida religiosa católica gracias a la modernización (aggiornamento) de la enseñanza, la disciplina y la organización de la Iglesia, así como alentar la unificación de los cristianos, extender el ecumenismo eclesiástico y posibilitar el acercamiento a otras creencias. Sus escasas intervenciones en el Concilio (que finalizó después de su muerte) apoyaron el movimiento por el cambio al que la mayoría de los delegados era favorable. También escribió siete encíclicas, entre ellas Mater et magistra (1961), que enfatiza la dignidad individual como base de las instituciones sociales, y Pacem in terris (1963), que exhortó a la cooperación internacional por la paz y la justicia, y al compromiso de la Iglesia a interesarse por los problemas de toda la humanidad.
Poco antes de su muerte, acaecida el 3 de junio de 1963, Juan XXIII pensaba convocar un nuevo concilio que recogiese y promoviese la necesaria puesta al día de la Iglesia: el Concilio Vaticano II. A través de él, el Papa se proponía elaborar una nueva Teología de los misterios de Cristo. Del mundo físico. Del tiempo y las relaciones temporales. (AF)

martes, 21 de agosto de 2012

Creación de CVG-EDELCA


El 23 de julio de 1963, el Gobierno nacional constituyó formalmente la empresa CVG-Electrificación del Caroní (Edelca) que inició sus operaciones con un capital de 514 millones de bolívares.

Edelca fue creada y registrada primero que la Siderúrgica del Orinoco y es el resultado de estudios técnicos que se venían realizando en la cuenca del Río Caroní desde comienzos del siglo veinte por parte de sector privado y finalmente por la Comisión de Estudios para la electrificación del Caroní, dependiente del Ministerio de Fomento.

Estudio técnico determinante fue el de la empresa de ingenieros consultores “Burns & Roe” instalada en Guayana con ese fin, que aconsejó a la Corporación Venezolana de Fomento, empeñada en realizar un programa de electrificación a escala nacional, la conveniencia de aprovechar los impresionantes saltos del Caroní, a través de una central hidroeléctrica.

A un año de haber la “Burns & Roe” abandonado su campamento Caroní (1955) se definió el primer anteproyecto de construcción de la central hidroeléctrica. Se escogió un paraje de impresionante belleza que le servía de marco al Salto Macagua y al año siguiente se inició la construcción de la obra. La primera de sus seis unidades con capacidad total de 360 kw, entró en operaciones en 1959 y la última en 1961. Para entonces (dic. 1960) ya había sido creada por decreto presidencial la CVG, corporación a la cual fueron traspasados los patrimonios y funciones correspondientes a la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní, dependiente del Ministerio de Fomento.

Dada la envergadura del proyecto de explotación y desarrollo del potencial hidroeléctrico del Caroní, la CVG, asumiendo la totalidad de las acciones, creó la empresa Electrificación del Caroní para proseguir con el programa de aprovechamiento de la fuerza potencial del río y la administración del sistema eléctrico regional.

El río Caroní es el segundo más importante de Venezuela, segundo de mayor caudal y unos de los de mayor longitud. Alcanza 952 km desde Tepuy Kukenan hasta su confluencia con el Orinoco.

Sobre el potencial hidroeléctrico de este río se venía hablando desde finales del siglo diecinueve. El Cojo Ilustrado en su edición del primero de enero de 1882, comentó una información procedente de Paris, según la cual serian aprovechadas las aguas del Sena como fuentes de energías eléctricas y pedía el comentarista: “Que sea pronto esta verdad práctica, una verdad científica; lo que sea para París el Sena, lo es para Caracas el Guaire” y así vino a realizarse este vaticinio abriendo de paso la interrogante para otras regiones de ríos más portentosos como Guayana que con el sólo Caroní plenamente desarrollado podría alumbrar a toda Venezuela y hasta más allá de sus fronteras.

Cuando por primera vez se habló de instalar turbinas en los saltos del Caroní fue en tiempo de Cipriano Castro, exactamente en 1904, año en que una deuda de 20 millones de bolívares presagiada tormenta para el país.

Las tormentas eléctricas, con algunas excepciones (Maracaibo, Valencia, Puerto Cabello, Caracas y Cuidad Bolívar, entre ellas) eran la única forma de electricidad conocida para muchos pueblos de la Venezuela adentro al iniciarse el siglo XX no obstante haber sido denominado el anterior como el “Siglo de la Electricidad”. Ciudad Bolívar conoció la electricidad en 1911 bajo la administración del Presidente del estado, Arístides Tellería, después de Caracas que la conoció desde 1883 cuando el señor Carlos G. Palacios instaló en las inmediaciones del mercado de San Pablo (Plaza Miranda) una pequeña planta movida por un motor de vapor para iluminar al Teatro Guzmán Blanco (Municipal) y la calle Comercio. (AF)

lunes, 20 de agosto de 2012

La Asamblea Constituyente del 46




El 3 de octubre de 1946, los bolivarenses conocieron los candidatos postulados por el Estado Bolívar a la Asamblea Nacional Constituyente convocada por la Junta de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt y la cual a propósito dictó el Estatuto Electoral que regiría dichas elecciones de representantes.

De acuerdo con el Estatuto Electoral podían votar todo venezolano mayor de 18 años, hombre y mujeres, incluso los analfabetos. Hasta entonces sólo lo podían hacer los mayores de 21 años que supieran leer y escribir.

Los candidatos postulados a la Asamblea Nacional Constituyente y que encabezaron las planchas electorales fueron el doctor J. M. Siso Martínez, por AD; doctor Reinaldo Sánchez Gutiérrez, por Unión Popular Venezolana; doctor José María Arapé Garmendia, por Liberal Progresista; doctor Jorge Figarella, por URD y por Copei, Paúl Acquatella. Ejerció de presidente de la Junta Electoral Principal el doctor César Augusto Domar y de la Junta Distrital J. G. Barceló Vidal. Entonces se votó con tarjetas de colores. La de AD era blanca, verde la de Copei y marrón tierra la de URD, lo cual facilitaba la votación de los analfabetos y en el caso de los invidentes ejercían su derecho con una tarjeta que podían identificar al tacto por la forma.

La Asamblea Nacional Constituyente se realizó el 27 de octubre y en un acto sin precedente en la historia de Venezuela, se votó universal, igualitaria y secretamente por los representantes. El resultado de las elecciones fue el siguiente: los candidatos de Acción Democrática obtuvieron 1.099.000 votos, esto es, el 78,43 por ciento de la totalidad de los sufragios lo cual le otorgaba 137 diputados. Los candidatos de Copei obtuvieron 185.000 votos equivalentes al 13,22 por ciento, por lo que le correspondieron 19 diputados. URD logró 59.000 votos, el 4,26 por ciento equivalente a 2 diputados. El PCV obtuvo 50.000 votos, 3,62 por ciento, igual a 2 diputados.

En el Estado Bolívar, Acción Democrática ganó con 22.717 votos, por lo que obtuvo la totalidad de la diputación. Los favorecidos fueron J. M. Siso Martínez, Antonio José Puppio, Félix Álvarez Manosalva y Lucila Palacios, quienes tan pronto se iniciaron las sesiones en torno a una nueva Constitución Nacional, solicitaron a la Junta de Gobierno el dragado del Río Orinoco, la construcción de la carretera El Pao-San Félix y la de Ciudad Bolívar-Upata

La Asamblea Nacional Constituyente se instaló con 157 diputados bajo una Directiva presidida por el doctor Andrés Eloy Blanco (en la foto), acompañado en las Vicepresidencias por Jesús González Cabrera y Augusto Malavé Villalba. La discusión se inició el 30 de enero de 1947 y después de 6 meses de debate el Presidente declaró sancionada la nueva Constitución, destacando que “…nació del sufragio universal, contiene las más avanzadas providencias en legislación del trabajo, lo más nuevo en la defensa social y entre sus hojas, con sus cuatro pétalos abiertos, la flor de las cuatro libertades…”.

La Constitución de los Estados Unidos de Venezuela aprobada el 5 de julio de 1947, apenas duró año y medio, pero de consecuencias sociales, ideológicas, jurídicas y políticas de gran trascendencia toda vez que fue la primera surgida de una asamblea elegida democráticamente.

Estaba integrada por unas "Declaraciones Preliminares" y 8 títulos. Finalizaba con 19 disposiciones transitorias y, en su último artículo, el 253, derogaba la Constitución dictada en 1936. Los redactores del proyecto o los que participaron en el debate parlamentario, estaban influenciados por las más modernas teorías constitucionales de la época y habían sido, en su mayoría, actores en la evolución política y social del país durante los últimos 10 años. (AF)

domingo, 19 de agosto de 2012

EL CONCEJO MUNICIPAL DE FACTO YEL POPE GÓMEZ


El 29 de enero de 1958, el teniente coronel Carlos Soto Tamayo, comandante de la Guarnición del estado Bolívar, disolvió el Concejo Municipal del Distrito Heres del régimen anterior y nombró uno provisional o de transición que fue ratificado por Horacio Cabrera Sifontes al siguiente día de la toma de posesión de la Gobernación del Estado Bolívar.

Este Concejo Municipal de transición de la Dictadura a la Democracia estaba integrado por Arnaldo Piñango, Pedro Vicente Guevara, José Totesaud, Luis Granatti y doctor J. M. Gómez Rengel, conocido popularmente como el “Pope Gómez”. Dos días después los prenombrados munícipes eligieron al doctor Gómez Rengel en calidad de Presidente (en la foto); Pedro Vicente Guevara y José Totesaud, vicepresidentes y secretario, Lorenzo Vargas Mendoza, quien era entonces secretario General de la Asociación Venezolana de Periodistas y accionista del diario El Bolivarense.

El Dr. J. M. Gómez Rengel era también el presidente de Unión Republicana Democrática (URD) en el estado Bolívar. Tenía el bufete en su propia casa de familia de la calle Igualdad y al lado la oficina la sede seccional de URD a la que estaba integrado además el doctor Domingo Álvarez Rodríguez y Arístides Castro. Álvarez Rodríguez era además miembro de la Junta Patriótica Regional junto con el doctor Pedro Battistini Castro en representación de AD.

Gómez Rengel, excelente profesional del Derecho, había sido en tiempo de López Contreras y Medina Angarita, administrador de la aduana de Pampatar, senador por Bolívar y presidente de la Asamblea Legislativa. En sus tiempos de estudiante del Colegio Federal de Guayana, fundó la Revista Oriflama junto con Ricardo Archila, F. Reyes Baena, Héctor Guillermo Villalobos y la que fue después su esposa, Clementina Bello, entre otros estudiantes de la generación del veintiocho.

Unas de sus obras en el escaso tiempo que estuvo de Presidente en el Concejo Municipal, fue la atención a los reclamos de los barrios, creación del Premio Municipal de Periodismo que después de su muerte fue designado con su nombre y creación de la urbanización Isaías Medina Angarita, homenaje a un Presidente realmente demócrata, no obstante venir de la Escuela Gomecista, pero que fue derrocado por el mismo sector miliar autor del derrocamiento de Rómulo Gallegos.

Gómez Rengel fue ratificado como máxima autoridad de Unión Republicana Democrática (URD) en el estado Bolívar tan pronto el maestro Jóvito Villalba regresó a Venezuela luego de cinco años en el exilio. El maestro tras el golpe cívico militar del 23 de enero fue recibido calurosamente por partidarios y amigos y sus primeras palabras dirigidas a concienciar a la nación en aras de la unidad, única forma de ser fuertes ante los regímenes dictatoriales.

El movimiento cívico militar del 23 de enero de 1958 que dio al traste con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez permitió la libertad de los centenares presos políticos que llenaban las cárceles del país y miembros de la represiva Seguridad Nacional fueron linchados unos y encarcelados otros. Los jefes de la Seccional de la SN en Ciudad Bolívar, Luis Eduardo Gómez (Gomecito), Juan de la Cruz Canache y Mano de Goma, debieron refugiarse en el Cuartel Tomás de Heres.

El doctor Arapé Garmendia, quien había sido designado de manera provisional secretario general de la Gobernación, se vio impelido a renunciar después de una manifestación en su contra, capitaneada por el periodista Saúl Bernal.

El Concejo Municipal de transición presidido por el doctor J.M. Gómez Rengel duró hasta enero de 1960 cuanto bajo la presidencia de Luis Felipe Pérez Flores se instaló un nuevo Concejo electo por el pueblo.(AF)


sábado, 18 de agosto de 2012

Comedor Popular Manuel Piar


El Día de la Alimentación, anualmente por el 2 de noviembre, que era obligatorio observar, tenía su centro más notable en el Comedor Popular Manuel Piar que la Revolución de octubre del 45 había inaugurado con beneplácito no sólo de la clase modesta más necesitada de balancear su dieta, sino también de la media.
El Comedor Popular Manuel Piar tenía local propio que compartía con las oficinas del Resguardo Fluvial-Marítimo, contiguo al Mercado Público Municipal (en la foto) convertido hoy en Parque El Mirador con restaurante, anfiteatro y área de recreación pasiva. El administrador era Francisco Acosta Marichal, padre de Agustín Acosta Molero, quien fue director de la Banda Dalla Costa y fundador del Orfeón del Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente.
La comida suficientemente nutritiva podía servirse con menos de 5 bolívares y cualquier obrero, empleado o transeúnte, entraba allí y salía bien papeado para reanudar la jornada del día. Clientes frecuentes eran los caleteros del Orinoco y trabajadores de las tiendas de la calle Venezuela y del Paseo Falcón. Otros, sin embrago, preferían ir al mercado y buscar su plato y su acomodo en una venta de comida muy popular llamada “El Trapecio”.
Trapecio el sitio y trapecio la especialidad, un soberbio sancocho de pescado de lo más creativo y singular. Hervido donde se juntaba toda la sustancia proteica y cerebral de la Ictiofauna orinoquense. Julio Barazarte, como se llamaba aquel Taumaturgo de la cocina trapecista compraba cabezas de la venta de pescado del día, generalmente de morocoto, cachama, zapoara, curbinata y blanco pobre. Las metía en un saco y luego de toletearlas con una macana india apropiada, la sumergía sin sacarla del costal en una palangana de agua hirviente. Allí sujetaba el saco hasta el adecuado punto de cocción y finalmente utilizaba aquella suerte de consomé para preparar el tradicional sancocho de pescado con mucha verdura, ají y presas. De esta manera se lograba el colosal trapecio donde la gente sin temores ni red de protección tomaba vuelo. El plato rebosado costaba medio real y con derecho a repetir.
El frente del antiguo Mercado Principal daba a la calle que bordeaba el Orinoco y terminaba en el Puerto de Blohm donde había un dispositivo tipo orquilla, para retomar la calle (Paseo Orinoco) paralela a los frontales de las edificaciones. En la curvatura de la orquilla estaba situada la Bomba de Gasolina Cosaco. Por el lado oeste del Mercado estaba la calle de servicio que circunvalaba al Mercado teniendo por el norte las instalaciones del acueducto y embarcadero o lugar donde atracaban curiaras y falcas cargadas con los productos de las islas del Orinoco. En su continuación girando hacia el Sur colindaba con las instalaciones del Comedor Manuel Piar el cual era continuo hacia el Este por las Oficinas del Resguardo fluvial. Existía un Samán frondoso que daba sombra frente al comedor. Y más al Sur la plazoleta donde funcionaba la línea de taxi que administraba el popular Paco.
El Comedor Manuel Piar era popular de verdad y tuvo continuidad hasta los años sesenta que desapareció cuando hubo necesidad de remodelar el Paseo y subir la cota del muro que impedía el desbordamiento del Orinoco las grandes crecidas.
A finales de 1980 quisieron revivirlo dentro del llamado programa de revitalización del Centro Histórico y a tal efecto se restauró y adaptó el inmueble de la calle Dalle Costa que el ejecutivo regional había adquirido para los Tribunales de Justicia, pero finalmente debido a los cambios de Gobierno se desistió del comedor y destinó el inmueble a la Escuela Zea.(AF)

viernes, 17 de agosto de 2012

Clínica García Parra



El 23 de agosto de 1950, un grupo de profesionales de la medicina fundó la Clínica García Parra, dotada de los últimos adelantos en instrumentos médico-quirúrgicos y comodidad en sus salas de hospitalización.

Comprometidos en la empresa médico-asistencial estaban los doctores Said Moanack Vahlis, especialista en ginecología y cirugía; Armando Ismael Núñez, médico en medicina general y partos; Aníbal Álvarez, cirugía, niños; Lino Maradey, recién llegado de Nueva York donde había realizado un postgrado en oncología (los cuatro en la foto).

Contaba la flamante clínica con 10 habitaciones para hospitalización de enfermos, salas de maternidad, laboratorios de rayos X, laboratorios especiales para el diagnóstico del cáncer y gabinetes para operaciones quirúrgicas. Fue la primera en inaugurar el servicio médico-quirúrgico diurno y nocturno permanente en la ciudad.

El nombre de la clínica honraba la memoria de Juan M. García Parra, excelente profesional graduado en el Colegio Federal de Guayana en agosto de 1896 y quien cumplió humanitaria labor en el Estado. Antes que la Clínica García Parra funcionaba la Clínica Cuenca en la calle Dalla Costa 63, fundada por los médicos Manuel Siverio, su director; Aquiles Granadillo, Francisco Battistini, Humberto González Peralta, Felipe Álvarez Manosalva y Elías Inaty, pediatra, quien sobrevivió, escribiendo poesía hasta la edad de 90 años.

La Clínica García Parra comenzó funcionando en la calle Boyacá Nº 26 y buscando mayor espacio y comodidad sus dueños construyeron un edificio en la avenida Tomás de Heres, mientras que una fracción de su personal se independizó levantando un nuevo edificio entre las calles Carabobo y Amor Patrio con el nombre de Clínica Bolívar, bajo la dirección del doctor Armando Ismael Núñez.

Tres días después de abrirse la García Parra, el 26 de agosto, el doctor Carlos Fragachán inauguró, la Clínica Fragachán, en la calle Libertad, en el mismo inmueble donde nació y fue asesinado el prócer de la independencia sudamericana Tomás de Heres. El doctor Carlos Fragachán era sobrino del bachiller Narciso Fragachán, quien fundó en la ciudad el “Colegio Guayana” primer liceo privado. También era sobrino del maestro el farmacéutico Juan Fragachán, quien entonces se residenció en El Pao. Carlos Fragachán falleció en Ciudad Bolívar en 1975.

La Clínica García Parra entró en servicio bajo la dirección del médico Said Moanack Vahlis, quien, falleció en Caracas el 29 de octubre de 1994. Había nacido en Ciudad Bolívar, donde estudió hasta el bachillerato para luego seguir la carrera de medicina en la Universidad Central de Venezuela donde se graduó.

Said Moanack nunca fue ajeno a la política y desde las filas de Acción Democrática representó al Estado Bolívar como diputado en el Congreso Nacional en cuatro oportunidades. Dirigente prominente de ese partido, debió sufrir las consecuencias de la persecución y el exilio cuando a raíz del derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos, fueron prohibidas las actividades de AD.

Regresó a raíz de la Revolución del 23 de Enero de 1958 y ascendió a la Dirección Nacional de su partido que luego abandonó para acompañar al maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa en el Movimiento Electoral del Pueblo. Luego se retiró de la actividad partidista, hizo un postgrado en geriatría y fundó en Caracas una Clínica Geriátrica, preocupado por las enfermedades de los ancianos y de su tratamiento.

Descendiente de una familia árabe, Said Moanack fue indudablemente un profesional de la medicina muy activo, humanitario y emprendedor, pero siempre picado por el prurito de la política donde demostró su sensibilidad como luchador social. Excelente orador, hábil negociador político, buen y ameno conversador así como vehemente en el planteamiento de sus principios democráticos. (AF).

jueves, 16 de agosto de 2012

Celia Cruz en Ciudad Bolívar


El primero de octubre de 1955, la Radio Bolívar que acababa de ser comprada por el empresario de radio Puerto La Cruz, Antonio José Istúriz fue re-inaugurada con la bendición del Obispo de la Diócesis, monseñor Juan José Bernal Ortiz y se hizo cargo de la dirección, el locutor y periodista José Antonio Fernández, quien previamente y durante quince días estuvo conociendo y estudiando los estudios y mercado de la emisora antes de concretarse la compra. Fitzí Miranda quien sostenía la emisora con los locutores Domingo Maestracci, para entonces director del Grupo Escolar Estado Mérida, Nedo Boccardo, su yerno, José Vicente Cardozo y Tomás Aponte, operadores, comenzó a incursionar en otro ramo, el de los medicamentos, fundando la Farmacia Claret, al mismo lado de la Radio Bolívar.

Así que José Antonio Fernández, cojedeño, con 28 años de edad y con apenas seis años en la radiodifusión debutó como director y puso a vibrar la emisora con novedosos y atractivos programas como “Fiesta Polar” animado por él, junto con Dominguito Maestracci y el chino Oscar Colmenares. Artistas internacionales invitados por Ondas Porteñas extendían su visita a Radio Bolívar, como Tony Aguilar, popular charro mexicano; Juan Legido, estrella de los Churumbeles de España; Olga Llorens, intérprete de bulerías, Héctor Murga, Sergio Sevillano y la guarachera Celia Cruz que entonces tenía 22 años como se ve en la fotografía de esta columna recibiendo flores de José Antonio Fernández en el aeropuerto de la ciudad. Entonces vino con el conjunto cubano La Sonora Matancera, que amenizó un baile en el Club Buena Vista La Piscina. 
Uno de los programas ideado por José Antonio Fernández fue la “Gran Revista Multicolor” con atracciones artísticas nacionales, y locales como el indio Humberto Fernández, África Oraa, Gladis Contreras, Ramón Brito (Cantinflas), “el Mochito” Juan Manuel Sánchez, Juan Antonio La Rosa, siempre vestido de charro cantando música mexicana, el conjunto de los Hermano Tomedes que era todo un show improvisando, Judith Brito quien se inició en la Hora Infantil y el Duelo Carabíos integrado por Jesús Vásquez y Arnaldo Rambert. Para ello la radio contaba con una orquesta de planta dirigida por el trompetista David del Moral.
Algunos de los concursos de la Revista Multicolor eran fijos y otros renovables. El más atractivo que movilizaba un gentío en busca de la botella en el lugar señalado, era el de “La Botella Escondida”, el cual se llevaba a cabo escondiendo una botella de licor llamada “Espadón” producido en Maturín, en una fábrica que se encargaba de pagar la propaganda del programa y también daba el dinero para el premio que consistía en la entrega de cien bolívares y artículos de consumo. El Espadón oculto iba contramarcado.
El portero de Radio Bolívar era un pintoresco personaje que aunque su verdadero nombre era Ramón Guillén, sólo era reconocido como “Cachimbo”. Todos saben que está muerto, que murió hace unos cuantos años no se sabe cómo y dónde. Sólo se sintió su ausencia cuando en las porterías de los espectáculos, los mozalbetes tuvieron éxito con sus cuentos y argucias para burlar al taquillero y al portero colándose sin freno ni admonición. Para el común, Cachimbo nunca tuvo nombre de pila y se duda si el remoquete se lo endilgaron por su figura cachimbuda o si porque los humos de su oficio tan estricto y severamente cumplido se le habían ido a la cabeza. Si estuviéramos en Perú quizás habría tenido mayor justificación porque Cachimbo le dicen allá a los gendarmes y el Cachimbo angostureño era todo un guardián montado en la puerta.(AF)

miércoles, 15 de agosto de 2012

CIUDAD BOLÍVAR TUVO UN GRAN TORERO


El 17 de julio de 1949, quedó abierta la temporada taurina con Cayetano Ordóñez (Niño de la Palma) y Pedro Rivero (Pedrucho de Canarias), dos figuras taurinas de renombre. Torearon por primera vez en Ciudad Bolívar, no en el ya tradicional Circo Monedero, sino en el Estadio Heres, recién inaugurado en la Avenida Táchira.

Cayetano Ordóñez era el padre de Antonio Ordóñez, que también fue gran figura, torero de mucha clase y a quien García Lorca dedicó aquel poema que decía: “Era de Ronda y se llamaba Cayetano…”

Lo cumbre de esta visita del torero hispano es que un guayanés del barrio Perro Seco le robó el show. Eduardo Melgar era entonces un mozalbete aficionado que practicaba en los corrales con los toros que iban a sacrificar en el Matadero Municipal Su maestro era un novillero valenciano de nombre Cantini que trabajaba como portero del Liceo Peñalver.

Cuando Melgar supo que había llegado Cayetano se fue al hotel donde se hospedaba y se presentó diciéndole a aquel señor calvo, de porte señorial, todo extrañado: “Yo soy el torero de aquí y vengo a hablar con usted porque quiero torear”. Cayetano lo miró de arriba abajo y asintió: “Tú vas a torear entonces con nosotros el domingo”.

Llegó la tarde del domingo con las gradas del estadio repletas. Eduardo vestía una chaqueta corta combinada con pantalones cortos y zapatos de goma. Salió al ruedo y se hallaba en el burladero cuando Cayetano le tanteó el primer animal y lo invitó a torear, Aquello fue memorable, el guayanés dando pases de rodilla y en todas formas a aquel toro frente a un Cayetano atónito por lo que estaba viendo.

Entonces como Eduardo se estaba robando el show, Cayetano se le acercó y le dijo: “Bien, ya está”, Pero Eduardo le hizo un desaire y lo empujó y Ordóñez lo reprendió: “Sabe usted con quién está hablando. Yo soy Ordóñez”. Eduardo comprendió la situación y cedió, pero al final el público lo cargo en hombros a lo largo de la avenida Táchira.

La afición taurina en Bolívar por ese tiempo crecía, no sólo a nivel de espectadores sino también a nivel de jóvenes promesas de la tauromaquia como Paco Castillón, Víctor Salicetti Aguilera, Pedro Montes y Eduardo Melgar, de quien podríamos decir que ese día memorable recibió en el propio Circo improvisado  la alternativa del famoso Cayetano Ordóñez o Niño de la Palma.

Melgar que cumplió luego exitosa carrera de torero en Caracas y España, terminó un buen día estudiando y cantando en la Julliard School de Nueva York. Casado con la soprano Rosita del Castillo.

Melgar debutó en Salamanca con Rafael y Curro Girón, la primera vez que se dio un cartel con tres venezolanos juntos. Fue una corrida del Sindicato de Espectáculos. Estuvo con Chamaco en una corrida realizada en Palma de Mallorca y en Barcelona con Jaime Ostos y Joaquín Bernardo.

Quienes se iniciaron con él, no pasaron de novilleros y a los cuales las Crónicas Plácidas dedicó ésta en mayo de 1942 después de una alegre corrida: “La corrida del domingo/ con el laudable fin de hacer dinero/ para fines benéficos fue dada/ Una despampanante becerrada/ el domingo, en el Circo Monedero/ Con oreja de oro, de ternero/ se dispuso sería recompensada/ la faena mejor ejecutada/ y aunque diestro no había, sobró torero/ y aun cuando Paco Castillón y Flores/ resultaron valientes matadores/ y Carreño y Morales, dos Belmontes/ y aunque comióse un toro Salicetti/ como si fuese un plato de Spaghetti/ correspondió la oreja a Pedro Montes”. (AF)

martes, 14 de agosto de 2012

Carretera El Dorado-Santa Elena


El 5 de junio de 1954, comenzaron los trabajos de trazado y construcción de la carretera El Dorado-Santa Elena de Uairén, sin duda una gran vía de penetración hasta la orilla de la frontera con Brasil y al frente de la cual estuvo inicialmente el ingeniero Luis Entrena, comisionado especial del Ministerio de Obras Públicas.

Antes de llegar a la Piedra de la Virgen en el kilómetro 88, se formó una comunidad de agricultores que al comienzo había sido menguado caserío donde el Brujo Abilio se hizo famoso curando enfermos con raíces, ungüentos de ofidio y oraciones.

El ingeniero Entrena abandonó la ejecución de la obra en 1958 por razones económicas y estuvo paralizada hasta 1963 cuando fue encomendada su continuación o prácticamente su realización total al servicio de ingeniería del ejercito, misión bautizada “Operación Gran Sabana” y que encuadraba perfectamente dentro de los patrones de acción cívica trazados por el Ministerio de la Defensa.

En esa ocasión, el asesor de ingeniería de la misión terrestre norteamericana, teniente coronel Bruce Reagan, juzgó la empresa extremadamente difícil y muy superior a la capacidad de recursos del servicio de Ingeniería Juan Manuel Cajigal. El ejército, sin embargo, aceptó el reto y acometió la obra con tenacidad, vencer la inmensa roca granítica llamada la escalera, superar el cenagoso paso del Danto, las torrenteras provocadas por la alta pluviosidad, enfrentar zonas escabrosas e intrincadas de árboles inmensos resultó posiblemente la empresa más ardua y la que mayor tiempo requirió.

La vía se construyó en dos frentes con la valiosa cooperación de los aviones C-123 de la FAC que transportaron desde tractores hasta camiones de volteo así como alimentos y un promedio mensual de 4.000 litros de combustible. Desde Entrena hasta el día de su inauguración se consumió un tiempo de veinte años en la construcción de la vía y el Estado Venezolano desembolsó un total de 54 millones de bolívares.

La etapa final de la obra estuvo bajo la dirección del extinto coronel John Kavanagh Illaramendi, entonces comandante del batallón de Ingenieros Juan Manuel Cajigal y posteriormente, ya general, comandante de la V División de Infantería de Selva. El Batallón tenía su asiento en el fuerte Tarabay de Tumeremo y por lo menos las tres cuartas partes de su personal y un centenar de civiles participaron en la construcción de la carretera. Para el momento de su inauguración tenía 36 puentes y dos chalanas para atravesar los ríos Cuquenán y Yuruaní. Una buena cuota de soldados murieron en accidentes de trabajo y mordidos por serpientes.

Con la construcción de esta vía, el Estado Bolívar, dotado de inmensos recursos forestales, minerales y paisajísticos, quedó definitivamente integrado al resto del país. Las perspectivas de mejoramiento y adelanto para los pueblos de Santa Elena, Kavanayén, Urimán y de todas las comunidades situadas en el extremo sureste del estado Bolívar; no solamente se ampliaron sino que abrieron el camino para el desarrollo de una gran empresa de colonización y aprovechamiento racional de las riquezas de Guayana así como para el fomento del turismo.

El acto central de la inauguración de la carretera El Dorado-Santa Elena tuvo lugar el 9 de febrero de 1973 en el campamento militar “Mariscal Sucre”, en la sierra de Luedpa. Desde allí, bajo una temperatura de 26 grados, el entonces Presidente de la República, Rafael Caldera, se dirigió al país y puso en servicio la obra. Luego develó el Monumento erigido al Soldado Pionero, condecoró a militares y civiles que lucharon contra la selva para imponer esta ruta de conexión panamazónica.(AF)

lunes, 13 de agosto de 2012

Carne de tortuga en conserva


El 19 de enero de 1946, en el Juzgado de Comercio de Caracas fue registrada una empresa presidida por el bolivarense Raimundo Aristeguieta para industrializar la carne y todos los derivados de la Tortuga del Orinoco, así como toda clase de conservas de animales y vegetales. Esta empresa industrial fue registrada con el nombre de “Edecco” con capital inicial de 100 mil bolívares para ser elevado a 500.000 después del primer año. El técnico Carlos Schulz se residenció en Ciudad Bolívar con ese propósito. De acuerdo con el proyecto se pensaba beneficiar 40.000 tortugas al año equivalente a 300 mil kilogramos de carne y 7.200 huevos a razón de 180 por tortuga.

A esta empresa de la carne de tortuga en conserva le ocurrió lo mismo que al proyecto de industrializar la Coroba caicareña, fracasó, o mejor dicho se quedó en el intento, porque se ignoraba que ya para entonces la depredación del quelonia era tal que cada vez había menos hasta el punto que hubo, quince años después, el Gobierno de Rómulo Betancourt decretar una veda que todavía persiste y que prácticamente terminó con la tradición guayanesa de comer carapacho de tortuga durante los días de la Semana Santa.

Asimismo ocurrió con otro quelonio aunque nada anfibio como la tortuga, me refiero al Morrocoy para el cual hubo que decretar una veda dando por terminada también la tradición del pastel de morrocoy por el cual se desvivía el colega Evelio García cada vez que Eleazar Díaz Rangel visitaba Ciudad Bolívar como presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas. El último pastel que degustó el colega visitante junto con una cáfila de periodistas se lo ofrecieron César Gil Sammy y Yolanda Birriel en su casa hogar de la Cruz Verde.

En abril de 1957, el bachiller Ernesto Sifontes, observador hidrográfico del Orinoco, decía de la Tortuga Arrau: “Hace más de semana y media que no llegan. Apenas han venido alrededor de 1.800 de esos quelonios y la ración de la ciudad es, por lo menos, de 5.000 y algo más, amén de las que salen para el interior del estado y los estados limítrofes, que exigen otras 5.000”.

Cuando a finales del siglo diecinueve, el explorador francés Jesn Chaffanjon, remontó el Orinoco, encontró tantas tortugas que según Julio Verne en su novela “El Soberbio Orinoco”, se podía ir de una ribera a otra vadeando el río sobre sus carapachos.

Por supuesto que Jean Chaffanjón no dejó de saborear esta carne tan gustosa y proteica que Raimundo Aristeguieta quería industrializar para exportar en conservas a bordo de las unidades de la Real Holandesa de Vapores.

Quien sí no pudo probarla fue el poeta Nicolás Guillén cuando el primero de febrero llegó a Ciudad Bolívar en compañía de Miguel Otero Silva, invitados ambos por el gobernador también poeta, Héctor Guillermo Villalobos, para ofrecer al pueblo bolivarense un recital y conferencia en la Biblioteca Auditorio y otra en el Cine América. Los poetas fueron obsequiados, en vez de pastel de morrocoy como deseaban, con un paseo por el Orinoco y una paella valenciana en el Morichal de Rafael Alejo en la avenida Táchira. El recital fue a beneficio de los hospitales “Ruiz y Páez” que entonces administraba el Concejo Municipal y sostenía con una lotería.

El semanario “El Loro” de Régulo Salazar, se dio banquete con la presencia de estos dos personajes de la poética cubano venezolana. El periodista Régulo Salazar fundó y dirigió “El Loro” un semanario serio que solía incursionar en el humorismo y en otros campos con su columna “El Correo Azul”. (AF)