miércoles, 15 de agosto de 2012

CIUDAD BOLÍVAR TUVO UN GRAN TORERO


El 17 de julio de 1949, quedó abierta la temporada taurina con Cayetano Ordóñez (Niño de la Palma) y Pedro Rivero (Pedrucho de Canarias), dos figuras taurinas de renombre. Torearon por primera vez en Ciudad Bolívar, no en el ya tradicional Circo Monedero, sino en el Estadio Heres, recién inaugurado en la Avenida Táchira.

Cayetano Ordóñez era el padre de Antonio Ordóñez, que también fue gran figura, torero de mucha clase y a quien García Lorca dedicó aquel poema que decía: “Era de Ronda y se llamaba Cayetano…”

Lo cumbre de esta visita del torero hispano es que un guayanés del barrio Perro Seco le robó el show. Eduardo Melgar era entonces un mozalbete aficionado que practicaba en los corrales con los toros que iban a sacrificar en el Matadero Municipal Su maestro era un novillero valenciano de nombre Cantini que trabajaba como portero del Liceo Peñalver.

Cuando Melgar supo que había llegado Cayetano se fue al hotel donde se hospedaba y se presentó diciéndole a aquel señor calvo, de porte señorial, todo extrañado: “Yo soy el torero de aquí y vengo a hablar con usted porque quiero torear”. Cayetano lo miró de arriba abajo y asintió: “Tú vas a torear entonces con nosotros el domingo”.

Llegó la tarde del domingo con las gradas del estadio repletas. Eduardo vestía una chaqueta corta combinada con pantalones cortos y zapatos de goma. Salió al ruedo y se hallaba en el burladero cuando Cayetano le tanteó el primer animal y lo invitó a torear, Aquello fue memorable, el guayanés dando pases de rodilla y en todas formas a aquel toro frente a un Cayetano atónito por lo que estaba viendo.

Entonces como Eduardo se estaba robando el show, Cayetano se le acercó y le dijo: “Bien, ya está”, Pero Eduardo le hizo un desaire y lo empujó y Ordóñez lo reprendió: “Sabe usted con quién está hablando. Yo soy Ordóñez”. Eduardo comprendió la situación y cedió, pero al final el público lo cargo en hombros a lo largo de la avenida Táchira.

La afición taurina en Bolívar por ese tiempo crecía, no sólo a nivel de espectadores sino también a nivel de jóvenes promesas de la tauromaquia como Paco Castillón, Víctor Salicetti Aguilera, Pedro Montes y Eduardo Melgar, de quien podríamos decir que ese día memorable recibió en el propio Circo improvisado  la alternativa del famoso Cayetano Ordóñez o Niño de la Palma.

Melgar que cumplió luego exitosa carrera de torero en Caracas y España, terminó un buen día estudiando y cantando en la Julliard School de Nueva York. Casado con la soprano Rosita del Castillo.

Melgar debutó en Salamanca con Rafael y Curro Girón, la primera vez que se dio un cartel con tres venezolanos juntos. Fue una corrida del Sindicato de Espectáculos. Estuvo con Chamaco en una corrida realizada en Palma de Mallorca y en Barcelona con Jaime Ostos y Joaquín Bernardo.

Quienes se iniciaron con él, no pasaron de novilleros y a los cuales las Crónicas Plácidas dedicó ésta en mayo de 1942 después de una alegre corrida: “La corrida del domingo/ con el laudable fin de hacer dinero/ para fines benéficos fue dada/ Una despampanante becerrada/ el domingo, en el Circo Monedero/ Con oreja de oro, de ternero/ se dispuso sería recompensada/ la faena mejor ejecutada/ y aunque diestro no había, sobró torero/ y aun cuando Paco Castillón y Flores/ resultaron valientes matadores/ y Carreño y Morales, dos Belmontes/ y aunque comióse un toro Salicetti/ como si fuese un plato de Spaghetti/ correspondió la oreja a Pedro Montes”. (AF)

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