De Eduardo Augusto Santana Quevedo, quien se acaba de despedir de nosotros luego de morir de tanto vivir (102 años) se cuentan numerosas anécdotas en su dinámica carrera periodística, una de ellas, quizás la más singular por increíble, nos las envía desde Puerto Ordaz el amigo Antonio Montes Navas y la cual gratamente compartimos con los lectores
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