Se cuenta que la propia Virgen del Valle, asistió a los heridos y moribundos de la batalla de Matasiete (31 de julio de 1817) y que el jefe patriota Juan Bautista Arismendi se salvó milagrosamente de la muerte cuando un escapulario mariano que llevaba en el pecho detuvo el impacto de una bala enemiga. Agradecido, Arismendi hizo cubrir el proyectil de oro para ofrecérselo a la patrona de Oriente. (Tomado de la Revista Digital “Al Día”
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