A la longeva edad de 84 años dejó de existir Alí Luces, mejor
conocido por los ribereños como “Caimán del
Orinoco”, acaso por su condición de buzo
y nadador fluvial de mucha habilidad y resistencia y sobre todo, sorprendente experiencia sobre naufragios y rescates de
ahogados y de barcos sumergidos.
Alí Luces era nativo de Guasipati, Allá nació según me contó
un domingo a la sombra de un árbol de su casa
en Agua Salada, Nació el 23 de
septiembre de 1935. Hijo de Maria Luces
y del General Bernardo Guevara, Jefe civil de Ciudad Bolívar y también de Guasipati.. Se trasladó a Ciudad Bolívar en agosto de
1943 y se avecinó en la calle El Pilar de Perro Seco. Pregonero y distribuir
del diario Ultimas Noticias junto con Joaquín Latorraca. Se fue en 1950 a Valencia para organizar la
distribución del periódico. Aprendió a bucear
en el río Paragua. Luego Viajó a Puerto
Ayacucho a bordo de la chalana Virgen del Carmen, propiedad de Luis Aguirre. Se hizo amigo del Capitán Chucho Pérez,
práctico del barco quien le enseñó los rudimentos de la navegación. En 1954 está en la Zona del Hierro para
trabajar en la Inocentti. En varias ocasiones y para exhibición y divertimiento
atravesó el Orinoco con las manos atadas
a la espalda a nivel del Puerto de Blohn. Asimismo la Boca del Caroni, Mercado de San Félix,
Santa Cruz del Orinoco, Lago de Valencia (12 kilómetros). Quiso ser boxeador y se
decepcionó luego de perder trece de 14 peleas.
. Participó en la búsqueda de embarcaciones
perdidas.. Condecorado en 1993 con la
Orden Juan Bautista Dalla Costa.. Rescató
ocho cadáveres y 65 curiaras con motores fuera de borda en las profundidades
del río. Asimismo, participó en
operaciones de salvamento en el Orinoco.
Rescató las víctimas del accidente
aéreo ocurrido en El Chaparro de San Fernando del Cocuy en abril de
1993. En el mes de agosto de 1998, la
Dirección de Defensa Civil del Estado le otorgó el titulo de Buen Ciudadano, siendo
titular de la misma, Hernán Barroso Fuenmayor. (AF)
Inolvidable e irrepetible, le tengo gran respeto y admiración desde mi infancia, que su alma descanse en paz y las aguas de los ríos que navegó le tengan en gloria como el Caimán del Orinoco. Así lo recuerdo, Luis Enrique.
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