TRADICIONES GUAYANESAS DE AÑO NUEVO
Tradición guayanesa extinguida era la de comerse las llamadas “Uvas del Tiempo” al compás de cada una de las doce campanadas que anunciaban la transición del año. En torno a la gran mesa de la cena, cada miembro de la familia, de pie, iba calladamente experimentando un deseo por cada uva consumida. En esa docena de deseos podía estar la felicidad según la posición de cada quien ante el mundo místico o real. Era un rito poético heredado de la Madre Patria que el vate cumanés Andrés Eloy Blanco recoge en poema escrito en la propia España y que también suelen trasmitir las emisoras a la media noche: “aquí es de tradición en esta noche / cuando el reloj anuncia que el año nuevo llega / todos los hombres coman al compás de las horas / las doce uvas de la noche vieja”.
Tradición guayanesa extinguida era la de comerse las llamadas “Uvas del Tiempo” al compás de cada una de las doce campanadas que anunciaban la transición del año. En torno a la gran mesa de la cena, cada miembro de la familia, de pie, iba calladamente experimentando un deseo por cada uva consumida. En esa docena de deseos podía estar la felicidad según la posición de cada quien ante el mundo místico o real. Era un rito poético heredado de la Madre Patria que el vate cumanés Andrés Eloy Blanco recoge en poema escrito en la propia España y que también suelen trasmitir las emisoras a la media noche: “aquí es de tradición en esta noche / cuando el reloj anuncia que el año nuevo llega / todos los hombres coman al compás de las horas / las doce uvas de la noche vieja”.
La costumbre guayanesa consistía en
pelar las uvas y meterlas en una copa de champagne, una hora antes de la media
noche. Luego venía la ceremonia
ritualistica de la consumición y el brindis.
Cuando la ciudad se reducía al casco
urbano y prácticamente no existía el ruido de los automotores y de los
artefactos eléctricos, era posible oír las doce campanadas de la Torre de la
Catedral. Después de los años cuarenta
esto se fue haciendo imposible y la gente se adaptó definitivamente a los
medios radioeléctricos. A veces la radio
transmitía las campanadas y luego resultó más cómodo anunciar el año nuevo con
el himno patrio.
Los bolivarenses comenzaron a oír el
Himno Nacional anunciando la entrada del Año Nuevo en diciembre de 1936, año en
que el malogrado Enrique Torres Valencia fundó la emisora “Ecos del Orinoco” en
el Paseo 5 de Julio y al año siguiente por Radio Bolívar que fundaron José
Francisco Miranda y Pedro Elías Behrens hijo.
Al romper el Gloria al Bravo Pueblo, la
gente al unísono se abrazaba como continúa haciéndolo dándose palmadas una con
otra en la espalda. Palmadas tímidas
unos, palmadas efusivas otros y palmadas demasiados fuertes los más
extrovertidos, tan fuertes que como alguna vez dijo Francisco Pimentel, el
célebre Job Pim, te destrozaban el talle o te medio descuartizaban y te invalidaban un
brazo o una pierna. Después de
esto continuaba el brindis, el baile y los confites en medio de una explosión
de alegría que tenía como puntos neurálgicos la Catedral, la Plaza, el hogar
y los clubes con sus llamados “bailes de
salón”.(AF)
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