En el siglo anterior, los gobiernos de turno, ya ejecutivos o municipales, acentuaron su gestión en el urbanismo y ornato de la ciudad, pero sobremanera en los parques y plaza para el relax, la recreación y honrar la memoria de los hombres públicos de grandes ejecutorias, pero muchas de esas obras ya no existen se las tragó el abandono, la negligencia o el capricho personalista y caudillista de los gobernantes.
El 30 de mayo 1901,
fue erigida en el Paseo de su nombre una estatua del General Juan Crisóstomo
Falcón. Montado por la casa de Julio
Roverssi e hijos. El busto resultó más
alto que el pedestal y hubo que desmontarlo. Setenta años después le erigieron
una plaza detrás del Gimnasio cubierto y allí se encuentra como blanco de los
pistoleros-
Tocó al sucesor,
General Arístides Tellería terminar
de ejecutar la obra de acuerdo con el plano propuesto por el ingeniero Abraham
Tirado, para lo cual destinó 4.033,75 bolívares.
Fue ejecutada con cemento romano en sus
aceras, piso de ladrillos y en el centro
una fuente de agua, pero como el lugar era anegadizo hubo que rellenarlo y
esplanarlo con 3 mil carros de tierra, levantada medio metro sobre el nivel de
la calle. Fue inaugurada el 5 de julio
de 1911, dentro del programa conmemorativo de los cien años de la
Independencia. Pero por nada el pueblo
la llamaba Plaza Farreras sino Plaza del Abanico por la forma que tenía.
La descomunal crecida del Orinoco en
agosto del 43 la afectó seriamente y
desde entonces puede decirse que comenzó su desgracia, agravada cuando el
Gobernador Pablo Gamboa Rivero decidió pasarle tractor para despejar el sitio y
convertirlo en lo que es hoy, un estacionamiento, lavadero de automóviles y
playa de buhoneros.
Frente a la Plaza Farreras , el
Presidente del Estado Marcelino Torres García dispuso la creación de un Parque
en homenaje al prócer Santiago Mariño, desaparecido también.
Otra obra de recreación pasiva que
desapareció del corazón urbano de Ciudad Bolívar fue la Plaza de la
Rehabilitación, construida también bajo la administración del General Marcelino
Torres García, quien la decretó el 24 de junio de 1917 y la inauguró el 19 de
diciembre, fecha genésica de la llamada Rehabilitación Nacional.
Construida en la zona de San Isidro,
esta plaza tenía en el centro una columna de 15 metros ostentando una alegoría
del caudillo Juan Vicente Gómez, diseñada por el artista de la época, Juan de
Dios Valdiviano.
La Plaza Talavera igualmente
desapareció para darle paso al Mirador Angostura. Para subsanar la falta, a
Talavera se le erigió un busto en el
Paseo Orinoco y el busto de Tomás de
Heres que se hallaba en la plaza lo reubicaron, primero en la desaparecida
Plaza de la
Rehabilitación y finalmente en la plaza erigida a la entrada del Fuerte Cayaurima,
asiento de la V División
de Infantería de Selva. Este busto de Heres
que data desde finales del siglo diecinueve está presidido de dos cañones en
tierra que no sabemos a quien se le ocurrió la barbaridad de pintarlos de
gris. La Plaza
de la Rehabilitación
desapareció del mapa urbano bolivarense para darle paso a la Avenida Táchira.(AF)
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