En la década de los años cincuenta bolivarenses residenciados en Caracas fundaron la “Casa de Guayana” para en tierra extraña no perder la vecindad, la familiaridad y el vínculo en función de todo lo bueno posible para la región nativa. Pero el tiempo igual que las olas sepultan y levantan. La Casa de Guayana quedó sepultada por el inexorable tiempo y la leyenda de sus fundadores. Ahora una nueva experiencia surge seguramente inspirada en aquella: “La Fraternidad de Guayana”.
El 5 de agosto de 2012, día de la patrona de Ciudad Bolívar, Nuestra Señora de las Nieves, quedó fundada la “Fraternidad de Guayana” por iniciativa del historiador y miembro de la Academia Nacional de la Historia doctor Santos Rodulfo Cortez, el ingeniero ex gobernador del estado Bolívar, Fortunato Adrián Morillo y el abogado Raúl Rojas Geuerini.
Se trata de una sociedad civil, sin fines de lucro, para trabajar por la defensa, conservación, preservación y proyección del patrimonio histórico, cultural y artístico de Guayana así como por el aglutinamiento de los guayaneses en la capital de la República.
Entre los miembros fundadores se encuentran, además de los pre nombrados, Alarico Gómez, sobrino del poeta; Josefina Marten Brito viuda de Villegas, el médico Luis Pilonieta, Maritza León Lagrave, la capitana de Corbeta Priscila Patetti de Hernández, el próximo abogado José Vicente Hernández, Elena Acosta , Marrón Malavé, Edyth Zerpa de Díaz, Dr. Jesús Manuel Rojas, capitán de altura y abogado, Alejandro Núñez Orta, Vilma de Núñez, ingeniero José María Olivieri Izaguirre, Dr. Faustino Pulgar y Roberto Arreaza Contasti
Raúl Rojas, fundador y consultor jurídico de la Fraternidad, junto con José Vicente Hernández, ambos en la foto, me obsequió un almuerzo en Los Pomelos, casa de la capitana Patetti, y nos dio a conocer algunos aspectos de la Fundación. El vive en Caracas desde 1947 que fue expulsado del Liceo Peñalver por un impasse propio de estudiante con el Bachi Pérez, maestro y profesor de gran prestigio y de quien sus antiguos colegas cuentan innumerables y chispeantes anécdotas.
Cuenta Raúl que completó su secundaria en el Liceo José María Vargas de La Guaira y estudió Derecho en la UCV y en la Santa María. Desde entonces no ha dejado de estudiar y ejercer la profesión ya como consultor Jurídico, como juez penal, defensor de presos públicos y secretario privado que fue en 1977 del gobernador Adrián Morillo.
El nació en la antigua calle La Pica de Ciudad Bolívar que hoy lleva el nombre de calle Boyacá. Es una calle de cinco cuadras, la única del Casco Histórico que no llega al Orinoco. En ella también nació y era su vecino, el historiador Manuel Alfredo Rodríguez, con quien patinaba al igual que con Camilo Perfetti, Iris Aristeguieta y Oscar Montes, por las cuestas del casco desafiando la gravedad hasta quedar muchas veces sumergidos en el río.
Raúl es nieto de Jesús Manuel Rojas, personaje de la época del dictador Juan Vicente Gómez que tiene directamente que ver con el “Anima de Perasco” a quien los antiguos carrero del Yuruari elevaron con sus oraciones a la categoría de santo milagroso el “Ánima de Parasco” tiene capilla en Altagracia, a la salida de Upata y es rara la persona que transite por allí que no se detenga en meditación.
Hay tres versiones sobre el “Ánima de Parasco”, una de ellas recogida en la novela Canaima por Rómulo Gallegos”, pero la que más ha tenido difusión es la del coronel Rojas, quien iba a ser víctima del soldado recluta Agustín Parasco de no haber sido porque uno de sus guardaespaldas se adelantó. La devoción vino porque el cadáver durante varios días no dio señales de descomposició
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