El 23 de enero de 1995, aniversario de la democracia, el gobernador Andrés Velásquez firmó el Decreto de Regionalización de la Salud, luego que mediante convenio con el Ministerio de Sanidad y organismos adscritos se transfirieron al estado Bolívar todos los servicios de sanidad y asistencia social, con los recursos humanos que laboran en ellos, incluyendo los bienes, muebles e inmuebles y los recursos financieros asignados por el Ejecutivo Nacional.
La descentralización de los programas nacionales de salud habían comenzado en octubre del año anterior por lo que la Gobernación de Bolívar se había adelantado a crear el Instituto de Salud Pública del estado.
Al firmarse la descentralización de la salud, el gobernador Velásquez dio al Hospital Ruiz y Páez un nuevo organigrama constante de una gerencia de servicios médicos cuyo trabajo lo haría conjuntamente con una comisión técnica integrada por representantes de la Dirección de Salud, del cuerpo médico y la Universidad de Oriente.
Ese mismo año el gobernador junto con autoridades del Ministerio respectivo inauguró el Centro de Investigaciones de Campo de enfermedades Endémicas, en la población de Tumeremo, bautizado con el nombre de Francisco Vitanza, prominente figura de la medicina tropical que combatió con Gabaldón el flagelo del paludismo en Barinas, Monagas, pero muy particularmente en Guayana.
Haciendo consideraciones generales sobre la política y gestión de la salud en Venezuela, entre 1900-2003, las especialistas María T. Rincón Becerra e Isabel Rodríguez Colmenares, afirman en un trabajo documental de investigación que la institucionalización de la salud en Venezuela se inició a partir del siglo veinte y que desde entonces y hasta 1958, se adolecía de una política formal y la que se aplicaba en la práctica se basaba en un modelo administrativo de tipo burocrático,
Expresan que desde 1958 y hasta 1989, se consagra de manera formal la protección a la salud y se desarrolla un modelo de gestión de tipo burocrático-populista.
Es a partir de 1989 y hasta 1999, cuando se impulsa y desarrolla la descentralización de la salud, proceso que permitió poner en práctica diversos modelos de gestión, los cuales privilegiaron la privatización y dieron paso a una política medicalizada y curativa. Este periodo se caracterizó por la presencia de rasgos tecnocráticos. Desde 1999 y hasta nuestros días la política de salud da un giro. Se intenta pasar de una política de tipo curativa a una de tipo preventiva, basada en principios de la atención primaria en salud y enmarcada en las propuestas de la Nueva Gestión Pública. Se concluye que la política de salud ha sido en lo formal, orientada al desarrollo de la atención primaria en salud, sin embargo, en la práctica se evidencia una política de tipo curativa, con predominio de rasgos burocráticos populistas en conjunción con los detipo tecnocrático.
En definitiva, lo que aspira la familia venezolana es que nuestro sistema de salud se caracterice por los principios de ser universal, gratuito, accesible, regionalizado e integral con un alcance a todos los ciudadanos en el campo y la ciudad, cualquier sea su afiliación política, religiosa, cualquiera sea su sexo o su raza. El desiderátum de la gran familia venezolana es eso, que la salud pública progrese en correspondencia con la necesidad de cada período constitucional que en definitiva es lo que marcan los hitos históricos trazados democráticamente por las mayorías.
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