domingo, 31 de agosto de 2014

Raúl Villegas, un recio hombre del llano

TOPICOS
Cayó uno de los hombres recios de la ciudad. El 3 de abril de 1990 había cumplido 82 años y a los 25 días de ese acontecimiento que otrora pudo ser de refocilamiento, muere estrangulado por la inexorabilidad del tiempo. De un tiempo intolerable al desiderátum del hombre por una vida más prolongada para ver y hacer en función de su eterna inconformidad.
Raúl Villegas (en la foto), tumeremense descendiente de los Ruiz y de los Villegas Liccioni, relevantes en el campo de la ganadería regional, cumplió su jornada vital al lado de su inseparable Josefina Marten Brito y de su único hijo Noel, se despide dejando la huella de quien siempre tuvo los pies bien puestos sobre la tierra a la hora de la verdad y de las grandes decisiones.
Se destacó en su vida como servidor público, dirigente gremial y productor agropecuario. Como en buena ocasión nos lo pintó su coetáneo Horacio Cabrera Sifontes. Era un llanero nato que sufrió muchos encontronazos, pero que jamás había caído. Lo venció la inexorable guadaña de la ultimidad. A él que siempre estuvo plantado como un roble y que muere como un gallo de Navarra, en la raya, con entereza y dignidad.
Su antiguo Hato Cantarrana al que dedicó vida y pasión, quedó sepultado bajo las aguas del vaso del Guri y su ganado en buena parte bajo los rieles del tren, que un mal día se le atravesó a él también para quedar padeciendo hasta que expiró su último aliento.
Fue además de productor ganadero, sarrapiero y prefirió dividir la Asociación de Ganaderos antes de permitir la entrada de la fiebre aftosa al arco sur orinoquense. Fue gallero de los mejores, coleador vitalicio, amigo de los militares y además de Noel tuvo un amigo que era como un hijo grandote en el afecto: Manuel Alfredo Rodríguez, a quien no dejó de latirle el corazón salvaje de conmoción por la muerte de su ídolo.
Raúl Villegas nació el 3 de abril de 1908, un día que recuerda al escritor norteamericano Washington Irving y al actor Marlon Brando, aunque de ellos no exhibía Raúl sino la voluntad, el impulso y espíritu creador, característica de los areanos.
Nació en Tumeremo cuando el presidente Cipriano Castro claudicaba en el Palacio de Misia Jacinta a causa de un riñón y en el estado Bolívar, el hábil Francisco Linares Alcántara se iniciaba en la Gobernación que dejaría a fines del mismo año para convertirse en el premier del hombre de La Mulera.
Era la época del Balata y el oro a cuyo comercio se dedicaba su padre el general Héctor Villegas, nieto de don Antonio Liccioni, que se tenía entonces como el corso más rico de Guayana.
La madre de Raúl era Pepita Ruiz, descendiente del médico José Angel Ruiz, presidente del Estado Bolívar en 1980-1892 y fundador del Hospital Ruiz en el edificio que hoy sirve de asiento a la Alcaldía. Ella era casada con el general Héctor Villegas Liccioni, quien estuvo dos años preso en el Castillo de Puerto Cabello, por hacerle oposición a El Cabito desde las trincheras de la Guerra Libertadora que tuvo a Ciudad Bolívar como último baluarte.
De manera que Raúl Villegas siguiendo el camino de sus antecesores se destacó como servidor público, dirigente gremial y productor agropecuario. Como dijo su gran amigo y paisano Horacio Cabrera Sifonte, un llanero nato que sufrió muchos encontronazos, pero que jamás se derrumbó en vida. Siempre estuvo plantado como un roble y como un gallo de Navarra dispuesto a morir en la raya.

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