La arquitecta Elisa Rodríguez Landaeta de Guedez (en la foto), coordinadora de la Oficina Técnica del Centro Histórico de esta ciudad, murió súbitamente al medio día del 3 de diciembre de 1990, justo cuando participaba en un oficio religioso en la iglesia La Milagrosa. Elisa, de 42 años de edad, casada con el hacendado Francisco Guedez y madre de tres niñas, hacía apenas una semana que había regresado de España junto con la sociólogo Rosalía Isea, tras realizar un curso de 30 días que tenía que ver con el trabajo de revitalización del Casco Histórico. Anteriormente había asistido a otros países donde el gobierno de España tiene programas para informar sobre lo que se realiza aquí en materia de restauración de monumentos públicos. Elisa de Guedez era además funcionaria del Ministerio de Desarrollo Urbano (Mindur) y miembro principal de la Junta Regional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, ya por dos periodos. Era nativa de Calabozo donde residencia su familia y se estableció en Ciudad Bolívar recién graduada, hacía 16 años, atraída por la historia y arquitectura única del Casco Histórico, al que le dedicó esfuerzos, pasión y vida, noche y día, sin descanso hasta que inesperadamente encontró la muerte a causa de un infarto fulminante sin previo aviso.
Ella y el equipo que coordinó tuvieron que ver con el anteproyecto que desarrolla el Capítulo V de la Ordenanza de zonificación de Ciudad Bolívar, referida al Casco Histórico.
El anteproyecto es un instrumento legal y uno de los resultados más importantes del Estudio de Revitalización Integral del -Centro Histórico de Ciudad Bolívar elaborado conjuntamente por un equipo de trabajo resultado de los aportes establecidos en el convenio celebrado entre la Gobernación del estado Bolívar y el Instituto de Cooperación Iberoamericana; este estudio contempla una primera fase que contiene la recolección y elaboración de información histórica, carta gráfica, socio-económica y urbana, una segunda fase de diagnóstico a partir de la elaboración y procesamiento de la información referida a los problemas generales de este Centro, sus aspectos socio-económicos, físicos, de la estructura urbana y de sus edificaciones y la situación actual de sus aspectos legales y administrativos.
Asimismo contempla las intervenciones a nivel urbano desde su nivel más general, propuesta de zonificación y usos del suelo hasta su nivel más específico como son los proyectos de intervención urbana referidos a áreas importantes y significativas del Centro, los parques el Mirador y el Zanjón, proyectos de reordenación vial y peatonización y las propuestas de equipamiento.
Finalmente la fase de reglamentación y el Plan de etapas. La primera desarrolla toda la Ordenanza General y específica del Centro Histórico abarcando todas sus manzanas y edificaciones.
La última establece un Plan de Trabajo y ejecución de obras por etapas y un programa de inversiones que durante los últimos años, inexplicablemente, ha sido paralizado.
De acuerdo con el diagnóstico que entonces se realizó se encontró que de 1.208 inmuebles censados, solamente quedaba intacto el 16 por ciento de las edificaciones tradicionales. El 51 por ciento sustituido y el 33 por ciento restante con alteraciones importantes, pero corregibles.
El trabajo socioeconómico reveló una población de casi cinco mil habitantes, los menores de 30 años predominantemente mujeres y nativos de la ciudad, mientras que los habitantes más viejos eran inmigrantes árabes. Más mujeres que hombres como cabezas de familia y el 40 por ciento de la población económicamente activa trabajando por propia cuenta como el caso de la gran buhonería que al igual que los árabes paulatinamente han ido ocupando el casco.
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