Un caballo blanco, como símbolo
de “Palomo”, el corcel del Libertador, encabezando el cortejo, escoltado por
una guardia de honor, trasladó el 24 de julio de 1985 a la casa del Congreso de
Angostura, tierra de los campos de batalla de Carabobo, Boyacá, Pichincha,
Ayacucho y Junín.
El
cortejo salió a las 7 de la mañana de la Catedral Metropolitana
de Ciudad Bolívar, luego de un Tedeum que ofició el arzobispo Crisanto Mata
Cova. Mascotas de cápsulas de balas de cañón anti-aéreo de la Armada contenían tierra de
los campos de Batalla de Carabobo, Boyacá, Pichincha, Ayacucho y Junín, que
fueron depositados en el salón de la
casa del Congreso de Angostura.
Durante
el trayecto repicaron las campanas de la Catedral y una salva de fusilería resonó en la
casa del Congreso. El gobernador Edgar Vallée Vallée (en la foto) presidió la
ceremonia.
La
dirección de cultura del Ejecutivo Regional y los consulados de Colombia y Perú
trabajaron conjuntamente para este simbólico ritual, con el fin de reactivar la
idea de integración que tuvo el Libertador, cuando pidió al Congreso de
Angostura la creación de la Gran Colombia ,
que los diputados decretaron el 17 de diciembre de 1819.
Los actos del 24 de julio se iniciaron a las 6
de la mañana con la izada de las banderas bolivariana en la Plaza Bolívar. Media hora
después se efectuó el Tedeum en la Catedral.
A las 7 se trasladó la tierra extraída de los mencionados
campos de batallas.
A
las 7:30 ofrenda floral ante la estatua del Padre de la Patria en la Plaza Mayor y a las 3:30 de la
tarde la Asamblea Legislativa
celebró una sesión solemne en la
Casa del Congreso de Angostura. El orador de orden fue el
embajador de Colombia en Venezuela, doctor Alberto Zalamea.
Como
parte de ese programa, se realizó un foro sobre el Casco Histórico de Angostura
que sirvió de escenario a todo cuanto tuvo que ver con las campañas republicanas
que dieron lugar a la emancipación de los llamados pises bolivarianos.
A propósito se
esperaba una comisión del Instituto Iberoamericano de Cooperación para realizar
un estudio del casco histórico de Ciudad Bolívar. En el foro participaron el gobernador Edgar
Vallée Vallée, el presidente de la Asamblea Legislativa Jesús Rodríguez Estanga;
el presidente del Concejo Municipal, José Rafael Parlermo; el historiador
Manuel Alfredo Rodríguez, el titular de la Dirección del Patrimonio Histórico
del Conac, Raúl Díaz Legórburu; el arquitecto Graciano Gasparini, el cronista y
director de Cultura, José Sánchez Negrón; la arquitecto restauradora Mildred
Egui Boccardo de Novoa, el arquitecto Natalio Ávila, la antropóloga María
Eugenia Villalón, el presidente de la Cámara de Comercio Enzio Rampini, el
ingeniero municipal Jorge Rassi y la sociólogo Rosalía (Lili) Isea, en calidad
de moderadora.
Tanto
el presidente de la Legislatura como el Gobernador y el Presidente edilicio
ofrecieron todo su apoyo y colaboración para que esta comisión de expertos del
Instituto Iberoamericano pudiera cumplir su labor y proponer alternativas para
el rescate y revitalización del casco angostureño que milagrosamente se
conservaba casi intacto, con escasas malas intervenciones y que por su valor ya
arquitectónico como histórico fue declarado en 1976 Monumento Público Nacional.
El
foro duró cuatro horas y concluyó con
proposiciones acogidas por los representantes de los poderes regionales, entre
ellas, la de designar por decreto una autoridad colegiada para que dirija,
coordine y supervise el proyecto de rescate y vitalización del casco de la
ciudad. Brazo derecho de esta autoridad sería un equipo técnico especializado y
conformado fundamentalmente por arquitectos restauradores.
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