La directiva del Congreso de la República se trasladó a Ciudad Bolívar para rendirle honores al Libertador con motivo del bicentenario de su natalicio y correspondió al historiador Ramón J. Velásquez, presidente de la Comisión Bicameral (en la foto, pronunciar el discurso de rigor).
“Bien está que el Congreso de la República, representado por su presidente, vicepresidente, parlamentarios del estado Bolívar y por los de la comisión bicameral encargada de conmemorar el bicentenario del Natalicio del Libertador, se reúna en esta ciudad de Angostura, porque fue ella la cuna del pensamiento bolivariano desde el Congreso, como máxima expresión de la institucionalidad democrática”, dijo el doctor Godofredo González al instalar la sesión solemne en homenaje al Libertador.
El acto instalado a las once de la mañana del 23 de abril de 1983, en el inmueble histórico que sirvió de sede al Congreso de Angostura, se inició con el Himno Nacional y un recorrido desde la Casa de San Isidro habitada por El Libertador en 1819 hasta la Casa del Congreso de Angostura.
Antes de la instalación, el gobernador Alcides Sánchez Negrón y el presidente de la Asamblea Legislativa Regional, diputado Jorge Martínez, leyeron mensajes de bienvenida a los parlamentarios de la comisión bicameral, que sesionó al calor de numerosas personalidades invitadas.
El presidente del Congreso se refirió en su breve discurso de instalación a lo dicho por el Libertador en el seno de la Junta Patriótica un día antes de la sesión de la Declaración de la Independencia. “La Sociedad Patriótica respeta como debe al Congreso de la Nación, pero el Congreso debe oír a la Sociedad Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios”, para reafirmar la institucionalidad del Congreso como fuente legítima de autoridad y depositaria de la voluntad popular, el cual mantuvo tanto en tiempos de adversidad como en medio de sus victorias militares. Ejemplo de esta conducta fue la convocatoria del Congreso de Angostura.
El doctor Ramón J. Velásquez, presidente de la comisión bicameral, señaló seguidamente cómo el Congreso Nacional en la ocasión del Bicentenario, debía venir a este sitio para señalar una vez más a Venezuela la significación de cuanto ocurrió aquí en el año históricamente trascendental de 1819 y “es porque este episodio es la relación fundamental que en la vida del Libertador tiene él con el Congreso”.
Velásquez describió a Bolívar desde su época de joven revolucionario en las barras del Congreso de 1811 hasta transformarse en un guerrero y en la figura que a estas instancias continúa siendo en el campo de la política y del arte militar, la primera con la que Hispanoamérica ha entrado a la Historia Universal.
Habló de su gran obra como es la creación de la Gran Colombia, hecho trascendental en la historia continental, por la novedad de las instituciones que aquí viene a proponer, por la ambición de los límites, por la concepción de la América hispana como un todo capaz de enfrentarse a los peligros existentes entonces y los que veía frente a la presidencia imperialista de los Estados Unidos.
En forma muy directa, elocuente y condensada el doctor Velásquez abordó a Bolívar como ideólogo, caudillo de masas y creador de una sociedad de hombres libres.
La sesión fue clausurada por el ex senador Horacio Cabrera Sifontes, quien en un conciso discurso habló sobre El Libertador como el hombre de las dificultades, pero no de los lamentos, aunque ya en sus últimos días, atormentado por la enfermedad exclamara: “He arado en el mar”. Pero de haber arado en el mar, el agua salada de la indiferencia no habría dado lugar a los honores que hoy se le rinden con motivo del Bicentenario de su Nacimiento.
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