El
“Palo
de Arco”, corteza de un frondoso y gigantesco árbol selvático del Sur
del Territorio Federal Amazonas, comenzó a hacerse nacionalmente popular en 1975 a raíz de la
trascendencia del Babandí de Upata como bondadoso consuelo tanto para hombres
como para mujeres frígidas. Se decía
entonces que “más efectivo que el agua de Bosnia”.
Los bolivarenses después de probar los
beneficios del Babandì cambiaron bruscamente para el Palo de Arco en la
divulgada creencia de efectos
estimulantes del vigor ciudadano en grado supremo.
El periodista Celestino Adames Pérez
(en la foto junto con el fotógrafo Nino Marchese) que entonces era funcionario
del Gobierno de Amazonas, trajo la novedad a Ciudad Bolívar y mostró a sus colegas
un frasco gigante lleno de ron blanco y cortezas de “Palo de Arco” que le
regaló un comerciante de la zona elogiando las propiedades afrodisíacas de
resultados comprobados.
Informó en la oportunidad que en cada
vivienda del Amazonas siempre hay un frasco a la mano y bien dispuesto con ron
y palo de arco, el cual, además, es usado para friccionar las articulaciones y
la tensión muscular. Algunos señores de la Capital hacen pedidos importantes al
Amazonas donde la botella de 0.70 litros se ofrece a 10 dólares.
El Palo de Arco es localizable entre el Norte del Brasil y Sur
del Amazonas, virtualmente es
inexistente en el Estado Bolívar a juzgar por la lista de plantas de usos
médicos que el doctor Eduardo Oxford da a conocer en su Geografía Médica del Yuruary,
entre ellas el Babandi, de la cual dice: “la gente de los campos usa este arbusto
como afrodisíaco de resultados efectivos y los palafreneros y caballerizos usan
el alcoholaturo que resulta de la maceración de la raíz en el alcohol, en
fricciones para hacer más activa la fuerza muscular de los caballos y
consiguientemente para hacerlos de gran resistencia en las carreras”.
La literatura científica que hemos buscado y
encontrado sobre este milagroso árbol amazónico, explica que el Palo de Arco también llamado Pau
D'Arco es un árbol de las selvas húmedas de Sudamérica. La familia
Tabebuia incluye un gran número de árboles similares al que producen bellas
flores color púrpura. Estos árboles producen madera de gran calidad, pesada y
duradera, utilizada en la construcción, por lo que su explotación comercial
elimina gran número de ellos cada año.
Palo de Arco posee una larga y bien documentada
historia de uso durante siglos por los indios, quienes utilizan varias especies
de Tabebuia.
En la medicina herbaria americana se le considera como
astringente, anti-inflamatorio, analgésico, antioxidante, antimicrobiano,
antimicótico, anti-viral, antiparasitario y laxante y se utiliza en el
tratamiento de: paludismo, anemia, colitis, infecciones respiratorias, gripe,
tos, infecciones micóticas, fiebre, artritis, mordeduras por serpientes,
impétigo, sífilis, cáncer, úlceras cutáneas, infecciones gastrointestinales,
candidiasis, diabetes, prostatitis, estreñimiento y alergias.
Se ha reportado su uso en otras condiciones tales como
lupus, leucemia, hepatopatías, enfermedad de Hodgkin, osteomielitis, enfermedad
de Parkinson y psoriasis.
Su uso más popularizado es en el tratamiento de
infecciones micóticas, especialmente las causadas por candida y dermatofitos.
Pau d'arco contiene diversos compuestos derivados de
las quinonas, tales como la naftoquinona, lapachol y la antraquinona tabebuina.
Se considera que estos, y otros compuestos relacionados son los principios
activos responsables de sus efectos terapéuticos. De la corteza se han aislado
dos dialdehidos del ciclopentano que han demostrado actividad antiinflamatoria.
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