El 4 de agosto de 1976, siendo
gobernador el economista Roberto Arreaza Contasti, el Orinoco se situó en 18.04
y permaneció estacionado en ese nivel hasta dos días después que inició su
descenso en medio de la más angustiosa expectativa.
El río comenzó a superar la cota de
peligro (17m.) el 24 de julio y cuatro días luego ya estaba en 17.42. Durante
los cuatro primeros días de agosto la ciudad parecía un campo de guerra con
trincheras de sacos de arena a lo largo del Paseo, chimeneas de ladrillos en
todos los alcantarillados, hundimientos, filtraciones y prohibición del paso de
vehículos automotores por el Paseo Orinoco, paralización del comercio del
centro en un cincuenta por ciento y miles de damnificados concentrados en la
Urbanización El Perú que se hallaba en su etapa final de construcción. Esto
sólo en Ciudad Bolívar porque en otras partes como Ciudad Guayana, Moitaco, La
Urbana, Caicara, Borbón, también fueron afectadas por el ingente caudal de agua
que metió durante ese período el Orinoco. Por supuesto, la cosecha de Sapoara
como la de mango resultó superabundante y con tamaño susto la Feria del Orinoco
que ya había fijado tradición desde la inauguración del Puente Angostura sobre
el Orinoco, no pudo realizarse, pero la
Pesca de la Sapoara constituyó de por sí un natural espectáculo de feria.
Tanto la pesca con atarrayas de la
bendita zapora como los mogotes arrastrados por las corrientes eran todo un
espectáculo de feria que disfrutaba la muchedumbre acodada en las barandas del
malecón, pero ansiosa de la zapoara la más codicia, quizá desde los remotos tiempos
de Amalivaca,
especie de dios creador del Orinoco, según la mitología aborigen, que llegaba a esta tierra lujuriosa, procreaba, tomaba
su curiara y se iba al otro lado del horizonte alentando en el alma colectiva del indio la esperanza del
retorno.
En las costas del Orinoco comprendidas entre los
estados Anzoátegui y Bolívar unos veintidós fundos quedaron bajo las aguas, entre ellos "Para-paro". "El Cochino",
"Sucesión Bello Calabria" "Morichallto", "Los Dragos", "La
Ceiba" y "San Isidro". Miles de reses perecieron por
inanición y otras quedaron aisladas por el
desbordamiento de las aguas.
El Ministerio de Agricultura destacó funcionarios
para apreciar los daños causados por
los desbordamientos del Orinoco y afluentes.
El jefe de la región del MAC, doctor José Francisco González y el director del programa ganadero doctor Nullo Bastani, informaron
que se practicó una evaluación de
los daños causados por las inundaciones en las fincas ganaderas y campesinas
a fin de formular las recomendaciones necesarias.
No obstante esta operación resultó difícil por vía terrestre debido a que las aguas aislaron
muchas fincas.
Reconocieron que las inundaciones provocaron una disminución en la producción de leche y en la producción de carne
debido a que los pastos
quedaron bajo las aguas y el
ganado comenzó a enfermarse. .Las
zonas más afectadas por las
inundaciones fueron ubicadas en
el distrito Cedeño donde murieron centenares
de animales.
Las crecidas más importantes durante el siglo anterior
(Siglo XX) que afectaron la ciudad capital,
son las de 1927 (17.14m.); 1943 (17.95m); 1946 (17.42m.); 1951
(17.65m.); 1954 (17.40m.); 1962 (17.39m.); 1967 (17.38m.); 1976 (18.04m.) y la
de 1981 (17.38m.)(AF)
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