Cuando
en octubre de 1944 comenzó a operar la Colonia Penal de El Dorado en la
confluencia de los ríos Cuyuní, Yuruán y Yuruari, con cien vagos y maleantes
traídos de la Isla del Burro en el Lago de Valencia, los guayaneses la
observaron como una afrenta y así lo denunciaron siempre, especialmente cuando
el doctor Ramón Castro Mata ocupaba la Presidencia de la Cámara de Comercio.
Dada esa preocupación, el Gobierno
Nacional dispuso transformar El Dorado
en una Granja Agrícola Penitenciaria y así lo dio a conocer públicamente el 12 de enero de 1973, a través de Antonio
Ruiz Araujo, Director Gerente de la Caja de Trabajo Penitenciario (Instituto
Autónomo adscrito al Ministerio de Justicia y cuyo fin es rehabilitar al
recluso mediante el trabajo dirigido).
Por lo tanto, los criminales peligrosos, así como los
vagos y maleantes no serían trasladados desde ese momento a la Colonia Móvil de El Dorado en virtud de
la decisión gubernamental de transformar aquel establecimiento en una Granja
Agrícola Penitenciaria en la que solo podrían pagar su pena trabajando y
produciendo los sentenciados campesinos de buena conducta y gran confianza.
Al efecto, el Gobierno hizo borrón y cuenta nueva:
limpió El Dorado y los últimos 190 reclusos que quedaban fueron trasladados a
la Casa de Reeducación y Artesanal en el Paraíso, Caracas.
Tan pronto eso ocurrió, comenzaron los trabajos conjuntamente con la Dirección de Prisiones,
el MAC, IAN y BAP. Se deforestaron 400 hectáreas y 200
reclusos seleccionados en la Penitenciaría de San Juan de los Morros debutaron
sembrando maíz en la embrionaria Granja Agrícola Penitenciaria que de todas
formas continuó siendo para muchos la Colonia Penal de El Dorado de donde muy
pocos han podido escapar pues la mayoría de quienes lo intentaron
se comieron unos con otros o se los tragó el infierno verde.
De todas maneras, los bolivarenses continuaron insistiendo en la necesidad de
suprimir ese establecimiento penal y así lo solicitaron a Carlos Andrés Pérez
siendo candidato presidencial en 1973, de suerte que cuando ganó las elecciones
y asumió el Poder, uno de decretos apuntaban hacia ese pedimento de los
guayaneses.
Por Decreto Presidencial de CAP quedó
eliminada la Colonia de Trabajo de El Dorado, la cual había sido creada por decreto
233 el 21 de octubre de 1944. El Ministro de Justicia, doctor Otto Marín Gómez, y el
Director de Prisiones, doctor Simón
Benarroch Cohen, quedaron instruidos
de las formas cómo funcionarían, en
lo sucesivo, los centros penitenciarios y de internación que sustituirían a
las famosas Colonias Móviles de El Dorado.
El Ministro de Justicia precisó que la medida se debía a una
investigación ordenada por el Presidente de la República sobre el funcionamiento de las Colonias de El Dorado.
De este estudio salieron varias consideraciones que, dada su trascendencia,
implicaron eliminación del conocido centro
de reclusión ubicado en la Guayana venezolana.
El Ministro de Justicia quedó encargado de la ejecución del Decreto
y de tomar las providencias necesarias
en cuanto a los bienes y el personal, a fin de adscribirlos y reubicarlos, en otras dependencias de su Despacho.
Sin embargo, la
vigencia del Decreto no duró mucho y nuevamente, durante el Gobierno de Luis
Herrera Campíns, hubo que reabrirlo debido al congestionamiento de las cárceles
existentes en el país.
En diciembre de
1984 fue denunciada la situación de hacinamiento en la que sobrevivían 1150
internos de toda calaña delictual, incluyendo homosexuales depositado en una
dependencia dada a conocer como “La jaula de las locas”. En la todavía llamada “Casa amarilla” depositan a los reclusos
reincidentes, considerados los más peligrosos.
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