En 1971, la
Entomología, ciencia que estudio los insectos, debió integrar a su extensa
colección una nueva especie de mosquito del que científicamente nada se sabía.
Se
trata de una especie de “Culex” (Melanoconion), descubierta por la entomóloga
Mercedes Quiroga (en la foto), profesora
de la escuela de Medicina del Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente, fallecida recientemente.
Una revista
brasileña de Biología se ocupó del descubrimiento o del trabajo realizado
por la profesora en
La profesora Quiroga, quien además
de científica es poeta fundadora de la Casa de la Cultura, preparó una
bibliografía referente a investigaciones sobre el mosquito transmisor de la
leishmaníasis. La novedosa especie la capturó en un remanso del río
Orocopiche de esta ciudad, donde se observaron algas y basuras en gran
cantidad.
En términos generales, los
mosquitos pertenecen a las casi 2.700 especies y 35 géneros de insectos de dos alas incluidas en la
familia Culícidos. Se han encontrado desde los trópicos hasta el círculo
polar ártico, y desde las tierras bajas hasta las montañas más altas.
Las hembras poseen un aparato
bucal largo y adaptado para perforar y succionar la sangre. El de los machos,
que se alimentan de néctar y agua, es rudimentario. Las hembras atacan
principalmente a los animales de sangre caliente. Cuando muerden inyectan en
la herida un poco de su fluido salivar, causando hinchazón e irritación.
Muchas especies son transmisoras de enfermedades como la malaria, la fiebre
amarilla, el dengue y la filariasis.
Los mosquitos hembras depositan
sus huevos en el agua: unas especies lo hacen en agua corriente y otras en
charcas de bosques, pantanos, ciénagas o estuarios.
Los mosquitos son más abundantes
en las regiones templadas. Ciertas especies son responsables de la
propagación de enfermedades; varias especies del género Anopheles transmiten
los protozoos causantes de la malaria.
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La especie Aedes aegypti, que
transmite el virus causante de la fiebre amarilla, es común en las regiones
tropicales. Para controlar las poblaciones de mosquitos se han utilizado
insecticidas, así como la desecación de los humedales o charcas donde ponen
los huevos. Seguramente los que más se conocen en el mundo
cotidiano por su nombre científico son los géneros Anopheles y Aedes, por ser
transmisores de enfermedades.
No todos los mosquitos chupan sangre, pero
sí todos los miembros de la familia de los culícidos Una de las causas de que se luche tanto
contra los mosquitos es que tienen la costumbre de chupar sangre de todo tipo
de animales, nosotros incluidos, lo que los convierte en peligrosos
propagadores de enfermedades.
Las
hembras de los mosquitos son chupadoras de sangre, no precisamente para
alimentar pues su alimento es el néctar. Lo hacen como un suplemento para el
desarrollo de sus huevos. O sea que necesitan algunas sustancias como el
hierro y proteínas de la sangre para el crecimiento de los huevos.
Una de las razones
por las que los mosquitos son transmisores de enfermedades es que cuando
pican a un animal para extraerle sangre, inyectan un poco de saliva dentro
del animal.
A los mosquitos
no les gusta mucho el calor, así que durante el día descansan en zonas
frescas, esperando la noche para alimentarse, aunque algunos ya al atardecer
comienzan a molestar. Los mosquitos generalmente viven entre 10 y 15 días. Al
parecer depende mucho de la temperatura ambiente, cuando más alta, menos
viven. (AF)
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