El poeta margariteño Efraín Subero, resultó ganador del Concurso de Poesía “Alarico Gómez” patrocinado por la Asamblea Legislativa y la Casa de la Cultura del Estado Bolívar, en diciembre de 1971.
El jurado integrado por José Ramón Medina, Oscar Sambrano Urdaneta y Luis Camilo Guevara, luego de conocer 52 poemarios remitidos al concurso, resolvió por unanimidad conceder el premio al poemario “Nuevas Razones”, distinguido con el seudónimo “Caminos” y que abierta la aplica, correspondió al escritor Efraín Subero.
El jurado recomendó menciones honoríficas a los poemarios “Y la edad fue hembra toda”distinguido con el seudónimo “Yaravi” y “Huye”, firmado con el seudónimo “Guyachenier”. El primero correspondió a Beatriz Viggiani, nacida en Italia y quien ejercía la cátedra de artes plásticas de la Escuela “Armando Reverón” de Barquisimeto, y el segundo a Silfredo José Martínez, integrante del grupo “El Siglo” de Ciudad Bolívar.
Subero concurrió al certamen con poemas cortos de un exacto contenido lírico, subjetivo, pero de una gran riqueza plástica, a juicio de la presidente de la Casa de la Cultura, Mimina Rodríguez Lezama.
El poemario de Beatriz Viggiani es un canto a Maracaibo de mucha fuerza y gran dominio del vocabulario. Silfredo Martínez se reveló como un poeta de vanguardia, con lenguaje propio.
La entrega de los premios y menciones tuvo lugar en el mismo mes de diciembre junto con los del Primer Salón de Pintura Alejandro Otero que lamentablemente no tuvo permanencia en el tiempo.
El maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, paisano del poeta Efraín Subero dijo en aquella ocasión sin miedo a repetirse, como ya antes lo había dicho, que los críticos consagraron la fina y delicada forma poética de Efraín Subero, en quien se conjugan armoniosamente dominio del lenguaje, riqueza expresiva, sensibilidad emocional con el pensamiento elevado y gran maestría en el uso de la metáfora.
En sus versos está presente la tierra nativa, pues en él, como en todo gran poeta, las vivencias infantiles, el contacto con los hombres y con la naturaleza son venero inagotable para la creación. Canta al mar y a los marineros, describe el susurro de la ola, el quejido del viento y el ir y venir del pueblo y tradición donde la palabra alcanza el acento humano que la perenniza, haciéndola sustancia del vivir trabajoso de su gente. Efraín y Margarita son una sola y misma cosa, porque su aprendizaje de poeta y de hombre se acendran en los puros valores en que se nutrió su quehacer de hombre, de poeta y escritor. En su poesía no podía faltar la sed que le mortificó el alma bajo los efectos de la ardentía.
Efraín Subero nació en Pampatar, Nueva Esparta, el 16 de octubre de 1931 y falleció en Caracas el 18 de enero de 2007. Se distinguió como poeta ensayista, periodista y crítico literario venezolano. Doctor en Letras con mención de “Excelencia”. Bibliógrafo, folklorólogo, antólogo, profesor titular del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar en Caracas. Profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y en dicha casa de estudios, director del Centro de Investigaciones Literarias, fundador de la Cátedra de Cultura Contemporánea de América Latina de la Escuela de Comunicación Social. Catedrático de la Literatura Venezolana y de Literatura Hispanoamericana y director de la Escuela de Letras. Dictó cursos de pregrado y postgrado en casi todas las universidades y colegios universitarios de Venezuela. Profesor invitado de varias universidades latinoamericanas, norteamericanas y europeas. Individuo de Número de la Academia de la Lengua, Miembro Correspondiente Hispanoamericano de la Real Academia Española.
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