El 30 de septiembre de 1967, criadores bolivarenses, agremiados en la Asociación de Ganaderos del Estado Bolívar, presidida por Antonio José Grimaldi, resolvieron fundar tienda aparte a la cabeza del hacendado Raúl Villegas (ambos en la gráfica). La división la produjo una honda diferencia en torno a la permanencia o no del Cordón Antiaftoso impuesto por el Ministerio de Agricultura y Cría para conservar como limpia la provincia de Guayana amenazada por la epizootia que diezmaba el ganado en varias regiones de Venezuela. En suma, fueron 170 afiliados y 10 no afiliados que decidieron separarse y fundar lo que registraron luego con el nombre de Asociación de Criadores y Productores Rurales del Estado Bolívar. La diferencia hizo crisis cuando la mayoría de la Junta Directiva de la Asociación inició una campaña ante los organismos oficiales a favor de suspender el Cordón Sanitario sin haber consultado a la Asamblea ni acatado el acuerdo del Colegio de Médicos Veterinarios de Venezuela que recomendaba el mantenimiento de la línea cuarentena del Orinoco. Antes de que se produjera la escisión, se habían agotado los recursos de avenimiento, uno de ellos, la renuncia de la directiva presidida por Grimaldi a fin de que se encargara una Comisión hasta las elecciones estatutarias. La nueva agrupación se constituyó en la terraza del Gran Hotel Avenida y designó presidente al hacendado Raúl Villegas Ruiz; primer y segundo vicepresidentes, Luis Vicente Guzmán y Amadeo Mussio. Vocales: Wenceslao Casado hijo, Pedro Jesús Betancourt y Carlos Palazzi. Tesorero, Kart Wuilff y secretario ejecutivo y de Relaciones, José Gonzalo Salas. Horacio Cabreras Sifontes fue designado delegado ante la Federación Nacional de Ganaderos; doctor Ramón Castro, delegado ante Fedecámaras y el doctor León Guevara Enet, consultor jurídico. El Colegio de Médicos Veterinarios de Venezuela había entregado al Gobierno nacional y al de Bolívar, un documento por el cual se oponía a que se levantara el cordón anti-aftoso del estado Bolívar. El documento fue el producto de un análisis del problema planteado acerca de la línea cuarentena del Orinoco establecida desde hacía muchos años para mantener libre de aftosa a buena parte del territorio nacional que junto con la llamada zona limpia de protección incluía cerca la sexta parte de la población bobina del país. La fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa. Hasta ahora están libres Norte América, América Central y los países escandinavos. Es producida por un picornavirus que afecta ampliamente a todas las especies de pezuña hendida como: bovinos, ovinos, bufalinos, caprinos, porcinos, y venados. Esta enfermedad es responsable de la disminución de productividad en la ganadería, impactando en la seguridad alimentaria por la reducción de la oferta de proteínas de origen animal; además limita el desarrollo económico de la industria ganadera y perjudica el comercio nacional e internacional de animales y productos ganaderos. En la década de los años 50, el impacto de la fiebre aftosa en países como Brasil, Colombia, México y Venezuela, impulsó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a reconocer la importancia de la creación de un centro internacional de apoyo técnico-científico para el control de esta enfermedad en América Latina y de esta forma surgió el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa en 1951, como un proyecto técnico, y luego incorporado en 1968 como programa regular de la Cooperación Técnica del Programa de Salud Pública Veterinaria de la Organización Panamericana de la Salud. A la larga de nada valió la división porque la fiebre aftosa apareció en Guayana sin necesidad de suprimir el cordón sanitario que impuso la fumigación en puertos fluviales y pasos fronterizos del estado. |
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