miércoles, 20 de marzo de 2013

El chiquichique del Guainía


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Uno de los productos forestales de Guayana exportado por el puerto fluvial de Ciudad Bolívar era el chiquichique del Guainía, Amazonas, de gran demanda en Venezuela y el exterior hasta muy avanzado el siglo veinte.
El chiquichique llegaba en barcazas y en Ciudad Bolívar se despachaba en los vapores de la Real Holandesa y de la Venezolana de Navegación. Las playas del Orinoco y de la Aduana frecuentemente se veían cubiertas con la valiosa fibra de color marrón que explotaban las comunidades indígenas del Territorio Federal Amazonas.
Los habitantes de la Guainía viven o vivían de los recursos extractivos del bosque y de los ríos, toda vez que los suelos no son aptos para la agricultura y la ganadería. Explotaban copiosamente la fibra de palma, que denominan chiquichique, para la fabricación de artesanías y escobas además de la caza y la pesca que también son actividades desarrolladas para la subsistencia de la población. La minería del oro tiene alguna importancia, lo mismo que los servicios, actividad que se realiza en Puerto Inírida.
Pero no todo el chiquichique que se producía en Amazonas se exportaba legalmente. Buena parte salía de contrabando hacia el exterior a través de un puente con Colombia. Francisco Álvarez Medina, siendo secretario general de Gobierno del Territorio en 1970, denunció la situación señalando que apenas la décima parte del chiquichique exportable salía por vía legal de Venezuela.
Suecia, España y Alemania estaban entre los países que acusaban mayor demanda del chiquichique de la Guayana destinado a la industria de la escoba, cepillos y similares.
Pero al chiquichique le ocurrió lo mismo que al caucho, el balatá, el pendare y otros productos silvestres, que mermaron considerablemente a causa de la explotación irracional.
Esta palma, científicamente conocida como Leopoldiniapiassaba abunda también en la parte media y alta de la cuenca del río Negro y en la cuenca alta del río Orinoco en Brasil. En Colombia crece en grandes poblaciones llamadas “fibrales”. La vaina de las hojas es fibrosa, rígida y de color chocolate, y con la edad se rasga en numerosas fibras delgadas y fuertes (de hasta 2 m de largo) que cuelgan sobre el tronco como una vestidura; éstas precisamente son el material utilizado para elaborar productos artesanales como: canastos, bandejas, sombreros, carpetas, portavasos, fruteros y otra infinidad de adornos en combinaciones con cerámica y madera. A las tinajas y tinajones los indígenas del Amazonas, les adornan el cuello y la boca con un tejido luminoso y coloreado de esa fibra.
Desde tiempos ancestrales los indígenas Cubeos, Curripacos y Puinaves han utilizado las hojas de esta palma para el techado de sus viviendas y además han utilizado los frutos para su alimentación. Sin embargo la extracción de las hojas de chiquichique como materia prima para exportar (para fabricar escobas y cepillos), se inició desde poco antes de los años 30, pero tuvo mayor auge en las décadas de los años 60 y 70 cuando exportaba esa fibra Venezuela y Brasil, comercialización que se convirtió en esa época en el primer renglón de la economía de Guainía.
Por otra parte los frutos del chiquichique son apreciados por las comunidades indígenas como muy alimenticios y de agradable sabor, mientras que las hojas son usadas para el techado de viviendas y otros usos muy particulares.
 Con las fibras de las vainas foliares se trenzan cables para amarrar embarcaciones, y que para darles mayor resistencia se deben tratar con soda caustica. Los frutos de esta especie son comestibles por la fauna silvestre y la madera se puede utilizar para tornear y también para piso.

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