El tenis fue inventado en 1873 por el comandante británico Walter Clopton Wingfield. Los primeros campeonatos de aficionados se celebraron en el Croquet Club, en Wimbledon, Gran Bretaña (masculino en 1877, femenino desde 1884). El tenis comenzó en Australia en 1880, en Melbourne, y en la última década del siglo XIX se introdujo en las colonias británicas. Hoy el tenis es uno de los deportes más populares, en parte, porque se puede jugar desde la infancia hasta una edad avanzada.
A Ciudad Bolívar llegó desde las colonias británicas, pero muy tarde, en 1923. Lo introdujeron jóvenes mujeres que habían estudiado en esas colonias. En octubre de ese año se inauguró un Centro Deportivo con el nombre de “Unión Tenis de Ciudad Bolívar” constituido por distinguidas damas. El primer encuentro se escenificó en terrenos pertenecientes a la The Orinoco States, cedidos por Paúl Aquatella y Pedro Palazzi.
Fundaron este club: Carmen Monserratte, Sarita Monserratte, Narcisa Grillet, María Carranza, Luisa Carranza, Malvina Rosales, Pepita Rosales, Teresa Echeverría, Graciela Ortiz, Pepita Ortiz, Rosa Elena Jara, Clara Luisa Carvajal, Clemencia Echeverría, Mercedes Grillet, Anita Ramírez, María Rendón, Amalia Villegas, Luisa Rendón y las señoras de Antonosi y de Herrera
La afición por el tenis se mantuvo hasta muy avanzado el siglo veinte y la Unión llegó a tener instalaciones propias en la Avenida Táchira, instalaciones que ahora se conocen como el Club La Cancha, donde además de la cancha de tenis existe una piscina.
1923 fue para los bolivarenses el año de los nuevos deportes, pues, además del tenis, reapareció el béisbol que los bolivarenses conocieron como una novedad a principios del siglo veinte dentro del programa centenario de la independencia.
El 29 de septiembre fue su reaparición con el Girardot Basse Ball Club, agrupando las novenas Azul y Rojos. El primer juego se pactó entre las dos novenas para el domingo 30 en el campo de la Plaza Centurión alineados así por la Novena Azul: pitcher, Joaquín Echeverría; catcher y capitán, Santiago Pérez; primera base, José Zabala; segunda base, José Manuel Sucre; tercera base, César Jara; SS, José Manuel Barceló: CF, Elías Guerra; RF, Benito Manuel Figuera LF, J. M. Aristeguieta y Umpire, oficial, J. M. Cartilla.
Por la novena Roja, pitcher y capitán, Eliseo García Delepiani; catcher, Octavio Oquendo; primera base, José Ángel Guevara; segunda base, A. Rausseo; RF, Juan Conde; LF, Manuel Delepiani; LF, J. M. Guedez CF, Cheché Salas. Un segundo juego se da el 12 de octubre, Día de la Raza, ocasión en que se realizaron por primea vez en el Teatro Bolívar los Juegos Florales y donde nació la idea de invitar al poeta Andrés Eloy Blanco, quien en el mes de septiembre de ese año había obtenido el premio por su “Canto a España”
El poeta venezolano recibió el premio de 25 mil pesetas el 25 de septiembre en el Teatro Pereda de manos de la reina doña Victoria Eugenia. Según el ensayista Jesús Torres Romero, el canto a España, debe tenérsele substancialmente y por encima de todo, como La epopeya americana del idioma español, un canto a esta lengua sembrada de tantos países, entendida como signo y símbolo de nuestra unidad cultural, y de solidaridad con esa España cidiana y secular que inevitablemente la impuso.
Gran animador de estos eventos deportivo fue el tocuyano general Vicencio Pérez Soto, quien ese mismo año de la inauguración del tenis fue sustituido por el general cumanés Silverio González, animador también y nunca indiferente al fomento de los novedosos deportes que comenzaron hasta hoy a tomar fuerza en la ciudad del Orinoco (AF).
A Ciudad Bolívar llegó desde las colonias británicas, pero muy tarde, en 1923. Lo introdujeron jóvenes mujeres que habían estudiado en esas colonias. En octubre de ese año se inauguró un Centro Deportivo con el nombre de “Unión Tenis de Ciudad Bolívar” constituido por distinguidas damas. El primer encuentro se escenificó en terrenos pertenecientes a la The Orinoco States, cedidos por Paúl Aquatella y Pedro Palazzi.
Fundaron este club: Carmen Monserratte, Sarita Monserratte, Narcisa Grillet, María Carranza, Luisa Carranza, Malvina Rosales, Pepita Rosales, Teresa Echeverría, Graciela Ortiz, Pepita Ortiz, Rosa Elena Jara, Clara Luisa Carvajal, Clemencia Echeverría, Mercedes Grillet, Anita Ramírez, María Rendón, Amalia Villegas, Luisa Rendón y las señoras de Antonosi y de Herrera
La afición por el tenis se mantuvo hasta muy avanzado el siglo veinte y la Unión llegó a tener instalaciones propias en la Avenida Táchira, instalaciones que ahora se conocen como el Club La Cancha, donde además de la cancha de tenis existe una piscina.
1923 fue para los bolivarenses el año de los nuevos deportes, pues, además del tenis, reapareció el béisbol que los bolivarenses conocieron como una novedad a principios del siglo veinte dentro del programa centenario de la independencia.
El 29 de septiembre fue su reaparición con el Girardot Basse Ball Club, agrupando las novenas Azul y Rojos. El primer juego se pactó entre las dos novenas para el domingo 30 en el campo de la Plaza Centurión alineados así por la Novena Azul: pitcher, Joaquín Echeverría; catcher y capitán, Santiago Pérez; primera base, José Zabala; segunda base, José Manuel Sucre; tercera base, César Jara; SS, José Manuel Barceló: CF, Elías Guerra; RF, Benito Manuel Figuera LF, J. M. Aristeguieta y Umpire, oficial, J. M. Cartilla.
Por la novena Roja, pitcher y capitán, Eliseo García Delepiani; catcher, Octavio Oquendo; primera base, José Ángel Guevara; segunda base, A. Rausseo; RF, Juan Conde; LF, Manuel Delepiani; LF, J. M. Guedez CF, Cheché Salas. Un segundo juego se da el 12 de octubre, Día de la Raza, ocasión en que se realizaron por primea vez en el Teatro Bolívar los Juegos Florales y donde nació la idea de invitar al poeta Andrés Eloy Blanco, quien en el mes de septiembre de ese año había obtenido el premio por su “Canto a España”
El poeta venezolano recibió el premio de 25 mil pesetas el 25 de septiembre en el Teatro Pereda de manos de la reina doña Victoria Eugenia. Según el ensayista Jesús Torres Romero, el canto a España, debe tenérsele substancialmente y por encima de todo, como La epopeya americana del idioma español, un canto a esta lengua sembrada de tantos países, entendida como signo y símbolo de nuestra unidad cultural, y de solidaridad con esa España cidiana y secular que inevitablemente la impuso.
Gran animador de estos eventos deportivo fue el tocuyano general Vicencio Pérez Soto, quien ese mismo año de la inauguración del tenis fue sustituido por el general cumanés Silverio González, animador también y nunca indiferente al fomento de los novedosos deportes que comenzaron hasta hoy a tomar fuerza en la ciudad del Orinoco (AF).
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