El 18 de julio de 1925 el vespertino diario “El Luchador” de los hermanos Suegart publicó por primera vez en Guayana una caricatura periodística. La presenta en su portada como gran novedad y con el título de “Previsión cinegética”. La suscribe un caricaturista de nombre “Lag” inspirado en la caza del venado, abundante para entonces y hoy en situación de extinción, en los bosques de la región del Orinoco. La caricatura presenta la cornamenta de un venado, una joven de pie y sentado el señor de la casa ordenando: - Mire, Nena, quita inmediatamente ese colgador de allí porque hoy vienen varios amigos a visitarme. / - Y eso por qué, mi Negro? / -Porque son “Rápidos” y “Estáticos” y pueden caerle a tiros.
Un total de diez caricaturas aparecieron durante los meses de julio y agosto de 1925, unas firmadas por LAG y otras sin autor. El vespertino no fue muy adicto a esta experiencia. Es en su etapa final, ya bastante avanzado el siglo veinte, cuando el diario de los Suegart vuelve a la Caricatura. Esta vez a cargo de Luis Ortega (Wicho).
Pero la caricatura periodística sostenida y de mucha actualidad es la que inicia Ismael Morales Pérez el primero de diciembre de 1957 en el diario “El Bolivarense” y sostiene posteriormente en El Expreso, donde también por un tiempo Rosendo Magallanes se escapa del diseño creativo, del dibujo y la pintura, para incursionar en este género del periodismo.
Otros de los primeros caricaturistas de la prensa local han sido Marcos Carrasco, hijo de quien fue profesor y decano de la UDO, ingeniero Genaro Carrasco; el arquitecto Salgado, José Pulido y Víctor Medina, médico, poeta, cantante y pintor, quien firmaba sus caricaturas con el seudónimo de Medito.
En Ciudad Guayana, el periodismo estuvo ausente de este género expresivamente humorístico, hasta la aparición del “El Correo del Caroní” y su prohijado “El Pueblo”, en los que Víctor Reinales, crítico de excelentes trazos, publicaba “Poblachón”, “El Morrocoy” y ocasionalmente en la Página Deportiva del Correo caricaturizaba algunos temas firmados por “Puñal”. Después publicaba caricaturas diarias a todo color firmadas por Darwin que compitían en ingenio y humor con los notables de los grandes rotativos.
De los primeros caricaturistas, vale decir, los pioneros, el que se mantuvo hasta hace poco fue Ismael Morales Pérez, quien además de caricaturista es periodista licenciado en Comunicación Social en la UCV. Actualmente trabaja simultáneamente la caricatura y el periodismo radial. En junio 2011, obtuvo al mismo tiempo el Premio de Periodismo Regional Andrés Roderick y el Premio Municipal J. M. Gómez Rengel.
Morales entró con sus caricaturas “Cartones de Morales” en el periodismo cuando Brígido Natera Ricci fundó el diario “El Bolivarense” en diciembre de 1957. Los clisés había que hacerlos en el diario “Antorcha” de El Tigre (1969).
Caricaturas de Morales han sido reproducidas por revistas como “Voz y Camino” dirigida por el ex presidente de la República, Luis Herrera Campins, y ha tenido coincidencias temáticas y de leyendas el mismo día con caricaturas de los grandes como Zapata. Morales en sus conversaciones suele recordar esta referente a la muerte de Ramiro Finol, el inventor de la tinta indeleble utilizada por primera vez en unas elecciones: “Murió Ramiro, pero nos dejó su huella indeleble”.
Un total de diez caricaturas aparecieron durante los meses de julio y agosto de 1925, unas firmadas por LAG y otras sin autor. El vespertino no fue muy adicto a esta experiencia. Es en su etapa final, ya bastante avanzado el siglo veinte, cuando el diario de los Suegart vuelve a la Caricatura. Esta vez a cargo de Luis Ortega (Wicho).
Pero la caricatura periodística sostenida y de mucha actualidad es la que inicia Ismael Morales Pérez el primero de diciembre de 1957 en el diario “El Bolivarense” y sostiene posteriormente en El Expreso, donde también por un tiempo Rosendo Magallanes se escapa del diseño creativo, del dibujo y la pintura, para incursionar en este género del periodismo.
Otros de los primeros caricaturistas de la prensa local han sido Marcos Carrasco, hijo de quien fue profesor y decano de la UDO, ingeniero Genaro Carrasco; el arquitecto Salgado, José Pulido y Víctor Medina, médico, poeta, cantante y pintor, quien firmaba sus caricaturas con el seudónimo de Medito.
En Ciudad Guayana, el periodismo estuvo ausente de este género expresivamente humorístico, hasta la aparición del “El Correo del Caroní” y su prohijado “El Pueblo”, en los que Víctor Reinales, crítico de excelentes trazos, publicaba “Poblachón”, “El Morrocoy” y ocasionalmente en la Página Deportiva del Correo caricaturizaba algunos temas firmados por “Puñal”. Después publicaba caricaturas diarias a todo color firmadas por Darwin que compitían en ingenio y humor con los notables de los grandes rotativos.
De los primeros caricaturistas, vale decir, los pioneros, el que se mantuvo hasta hace poco fue Ismael Morales Pérez, quien además de caricaturista es periodista licenciado en Comunicación Social en la UCV. Actualmente trabaja simultáneamente la caricatura y el periodismo radial. En junio 2011, obtuvo al mismo tiempo el Premio de Periodismo Regional Andrés Roderick y el Premio Municipal J. M. Gómez Rengel.
Morales entró con sus caricaturas “Cartones de Morales” en el periodismo cuando Brígido Natera Ricci fundó el diario “El Bolivarense” en diciembre de 1957. Los clisés había que hacerlos en el diario “Antorcha” de El Tigre (1969).
Caricaturas de Morales han sido reproducidas por revistas como “Voz y Camino” dirigida por el ex presidente de la República, Luis Herrera Campins, y ha tenido coincidencias temáticas y de leyendas el mismo día con caricaturas de los grandes como Zapata. Morales en sus conversaciones suele recordar esta referente a la muerte de Ramiro Finol, el inventor de la tinta indeleble utilizada por primera vez en unas elecciones: “Murió Ramiro, pero nos dejó su huella indeleble”.
Últimamente se ha destacado
en el quehacer caricaturesco de la prensa Luis Vásquez con “Los trazos de Luis” en El
Diario de Guayana y con sus “Ostosidades”, Edgar José Osto,
quien dibuja y hace caricaturas desde que era estudiante de primaria. Es
licenciado en educación y ha trabajado para El Bolivarense y El Progreso
y no ha tenido más escuela que la voluntad y el ejercicio diario del trazo.
Parejo con la caricatura llegó a los periódicos de Ciudad Bolívar la fotografía y paulatinamente el reportero gráfico. En el principio de la gráfica periodística en Guayana, los medios impresos sólo utilizaban adornos como rayas, bigotes, viñetas y letras mayúsculas con creaciones como árboles o flores, al igual que en el resto de Venezuela. (AF)
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