El 23 de noviembre de 1940, la prensa local publica el anuncio sobre un novedoso club de fluxes “Paris City”, invento del diplomado José Rosario Pérez (en la foto) para insuflarle movimiento a su sastrería de la calle Venezuela 21 conectada por el teléfono 515, frente a la competencia que era fuerte con los Ortiz y la Sastrería La Guayanesa de Víctor Inojosa. La novedad del Club multiplicó la clientela porque los socios o clientes fijos quedaban privilegiados con facilidades de pago. José Rosario Pérez se hizo popular gracias a su invención que nunca pudo entender la lógica idiomática de algunos políglotas del patio que decía que en vez de “Paris City” tenía que ser “Ville Paris” o “Cité Paris”, a lo que el Negro Ortiz respondía que tal expresión obedecía a que José Rosario Pérez procedía de un pueblito petrolero de El Tigre donde había muchos norteamericanos. Pero lo de Paris era porque José Rosario Pérez a quien todos los bolivarenses terminaron apodando “Paris City”, era muy aficionado a la moda parisina y también porque en Ciudad Bolívar la colonia corsa-francesa era muy fuerte y adinerada.
Lo cierto es que “Paris City” terminó cortando los trajes de Horacio Cabrera Sifontes, que hablaba inglés y francés y de Carlos Palazzi que llevaba el idioma en sus genes y cuando ambos en 1958 llegaron al Poder, a Paris City lo hicieron Prefecto de Ciudad Piar y en ese campo obrero duró cinco años como tal y allá se casó su nieta Thamar con el pianista Carlos Rojas y su hijo homónimo José Rosario Pérez encontró el camino de las artes plásticas.
Cuando falleció su hijo José Rosario Pérez heredó la casa de la Calle Venezuela. Allá lo encontré un día desaforado pintando no en un caballete como solía hacerlo su pana José Martínez Barrios, sino sobre el piso con música clásica a todo volumen. Entonces me regaló esa foto de su padre a quien conocí siguiendo los pasos de Jóvito. Era un cuadro expresionista y en esa misma onda estaba su otro pana Luis Carlos Obregón a quien su madre salía todas las mañanas por las calles de la ciudad preguntando por su paradero.
José Rosario Pérez en los años 70 dejó atrás el expresionismo atraído por la obra de Soto que durante ese tiempo visitaba con frecuencia la ciudad empeñado en crear un Museo de Arte Moderno con la pinacoteca que tenía en Paris, producto del canje de su obra con la de otros artistas de la misma tendencia. Asimismo se sentía imantado por la obra de Alejandro Otero, con quien trabajó en su taller de Caracas.
Lo atrajo la abstracción geométrica, pero en el plano estructural. Así empezó por incursionar en la madera trabajando las posibilidades del cuadrado sólido repetido en serie habiendo estudiado previamente el cuadrado cromático de Albers y el cuadrado blanco sobre cuadrado blanco de Malevich El cuadrado de Pérez se presenta sólido, puramente blanco en serie y en forma estructural sobre el plano dando sensación de tranquilidad e interferencia a la vez. Luego dejó atrás la madera para probar con algo más recio y duro como su voluntad: el hierro, el fuego. Con razón alguna vez el poeta Rafael Pineda lo llamó “el Vulcano de Ciudad Bolívar”, en alusión al dios de la mitología romana. Cuando lo visité últimamente para llevarle un calendario que le enviaba Régulo Pérez, recordó la música de sus primeros tiempos y me recalcó que por su vena artística pasaba la sangre de su padre quien también era un artista de la costura.(AF)
Lo cierto es que “Paris City” terminó cortando los trajes de Horacio Cabrera Sifontes, que hablaba inglés y francés y de Carlos Palazzi que llevaba el idioma en sus genes y cuando ambos en 1958 llegaron al Poder, a Paris City lo hicieron Prefecto de Ciudad Piar y en ese campo obrero duró cinco años como tal y allá se casó su nieta Thamar con el pianista Carlos Rojas y su hijo homónimo José Rosario Pérez encontró el camino de las artes plásticas.
Cuando falleció su hijo José Rosario Pérez heredó la casa de la Calle Venezuela. Allá lo encontré un día desaforado pintando no en un caballete como solía hacerlo su pana José Martínez Barrios, sino sobre el piso con música clásica a todo volumen. Entonces me regaló esa foto de su padre a quien conocí siguiendo los pasos de Jóvito. Era un cuadro expresionista y en esa misma onda estaba su otro pana Luis Carlos Obregón a quien su madre salía todas las mañanas por las calles de la ciudad preguntando por su paradero.
José Rosario Pérez en los años 70 dejó atrás el expresionismo atraído por la obra de Soto que durante ese tiempo visitaba con frecuencia la ciudad empeñado en crear un Museo de Arte Moderno con la pinacoteca que tenía en Paris, producto del canje de su obra con la de otros artistas de la misma tendencia. Asimismo se sentía imantado por la obra de Alejandro Otero, con quien trabajó en su taller de Caracas.
Lo atrajo la abstracción geométrica, pero en el plano estructural. Así empezó por incursionar en la madera trabajando las posibilidades del cuadrado sólido repetido en serie habiendo estudiado previamente el cuadrado cromático de Albers y el cuadrado blanco sobre cuadrado blanco de Malevich El cuadrado de Pérez se presenta sólido, puramente blanco en serie y en forma estructural sobre el plano dando sensación de tranquilidad e interferencia a la vez. Luego dejó atrás la madera para probar con algo más recio y duro como su voluntad: el hierro, el fuego. Con razón alguna vez el poeta Rafael Pineda lo llamó “el Vulcano de Ciudad Bolívar”, en alusión al dios de la mitología romana. Cuando lo visité últimamente para llevarle un calendario que le enviaba Régulo Pérez, recordó la música de sus primeros tiempos y me recalcó que por su vena artística pasaba la sangre de su padre quien también era un artista de la costura.(AF)
Jose Rosario Perez, EL unico hijo de Magedalena de Perez, mi querida y recordada abuela mamanena, la abuela de todos los niños que a ella se acercaban, con un inmenso corazon que no entiendo como cabia en su pecho. Me contaba mamamena, llan...era que acompaño a su esposo ejn las montoneras del General Gomez, ayudando a las enfermeras que formaban parte de esos ejercitos. recuerdo que en una visita de su compadre el mismisimo general Gomez, a Ciudad Bolivar, ella converso con el y este le otortgo una beca a mi tio Jose Rosario para que estudiara sastreria. lo que no recuerdo si fue en Paris o Martinica. En ciudad Bolivar la abuela era propietaria de unos inmensos terenos conocidos como el Eden, y segun cuentan los perdio Jose Rosario en una partida de gallos a la cual era un arficionado. Mi tio, Jose Rosario, mi abuela amamnena, fueron seres muy especiales y les recuerdo con especial cariño..
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