Desde el 13 de diciembre de 1930 se instaló en el Teatro Cine América la Compañía de Pepe Otero. Mucha gente se confundió porque suponía era la misma compañía donde actuaba la “Bella Otero” que aparecía en las cajetillas de la empresa tabacalera “Fama de Cuba”.
Los tabacos y cigarrillos “Fama de Cuba” tenían notable demanda en Ciudad Bolívar y los fumadores coleccionaban las figuras que a manera de gancho traían, entre ellas, la “Bella Otero” conocida internacionalmente como una bailarina hermosa que cautivaba el corazón en Europa de los políticos, banqueros, príncipes y literatos distinguidos. Su presentación en el Teatro Kursaal de Madrid en la primavera de 1906 con las hermanas Anita y María Delgado constituyó un clamoroso éxito que repercutió en América
La Bella Otero después, en enero de 1966 moriría a la edad de 83 años en su retiro de Costa Azul, abandonada y pobre después de tanta fama.
El semanario “El Pueblo” que dirigía Víctor Monedero, fundado el 15 de junio de 1930 para promocionar las corridas taurinas, también se ocupaba del arte y la cultura y llegó a comentar cómo la fortuna de la bella danzarina se esfumaba en los casinos de Montecarlo. La Bella Otero que vemos en la foto tan circunspecta, experimentaba una gran pasión por el juego. El periódico que tuvo una vida efímera como otros tantos de la capital bolivarense del siglo veinte promovía entonces el debut del torero de prestigio Juan Luis de la Rosa.
Asimismo daba a conocer la novedad de los bloques que comenzaron a experimentar los bolivarenses con una máquina importada de los Estados Unidos. Los bloques de piedra, arena y cemento que el lenguaje común aceptaba entonces como “adobe moderno” era vendido en la ciudad por L. Granado & Cía. y los promocionaba poniendo a la orden la opinión autorizada de Antonio Valera Villalobos, José y Remigio Fernández, quienes habían adquirido sonada reputación como alarifes; sin embargo había parroquianos renuentes a construir con los llamados adobes modernos, alegando las bondades del barro y la paja y en todo caso del ladrillo de arcilla como refractarios naturales de una temperatura que en Ciudad Bolívar pasaba de los treinta grados. De todas maneras el bloque se fue imponiendo con el tiempo y fuera del casco urbano, todas las casas de la ciudad han sido construidas con bloque, sólo que ahora la mezcla es sólo de cemento y arena con exclusión de la piedra.
Los pocos camiones que había en la ciudad se pusieron a valer con la nueva carga, no del bloque en sí, sino de los elementos que requería su fabricación. Uno de esos pocos camiones utilizados en días de asueto para llevar pasajeros a los ríos, chocó contra un Mandingo cuando cargado de excursionistas se dirigía al río Candelaria. El choque causó la muerte casi instantánea del conductor Carlos Gener, hijo de Félix Gener Manzano. El vehículo estalló en llamas al impactar contra el árbol, pero los excursionistas saltaron a tiempo y resultaron ilesos.
El Presidente del Estado, General Silverio González, se hizo presente en el sitio de la tragedia junto con su posible sustituto José Jesús Gabaldón, quien estaba auspiciando una carrera de caballos en el Paseo San Antonio, debido a que el Hipódromo de Santa Lucía, fundado por Santos Palazzi, se hallaba en malas condiciones, descuidado y enmontado desde que su fundador lo mataron en la Guerra del 14 cuando él junto con su hermano Pedro abandonaron todos sus bienes en la ciudad para luchar por Francia en cuya Costa Azul murió la Bella Otero.(AF)
Los tabacos y cigarrillos “Fama de Cuba” tenían notable demanda en Ciudad Bolívar y los fumadores coleccionaban las figuras que a manera de gancho traían, entre ellas, la “Bella Otero” conocida internacionalmente como una bailarina hermosa que cautivaba el corazón en Europa de los políticos, banqueros, príncipes y literatos distinguidos. Su presentación en el Teatro Kursaal de Madrid en la primavera de 1906 con las hermanas Anita y María Delgado constituyó un clamoroso éxito que repercutió en América
La Bella Otero después, en enero de 1966 moriría a la edad de 83 años en su retiro de Costa Azul, abandonada y pobre después de tanta fama.
El semanario “El Pueblo” que dirigía Víctor Monedero, fundado el 15 de junio de 1930 para promocionar las corridas taurinas, también se ocupaba del arte y la cultura y llegó a comentar cómo la fortuna de la bella danzarina se esfumaba en los casinos de Montecarlo. La Bella Otero que vemos en la foto tan circunspecta, experimentaba una gran pasión por el juego. El periódico que tuvo una vida efímera como otros tantos de la capital bolivarense del siglo veinte promovía entonces el debut del torero de prestigio Juan Luis de la Rosa.
Asimismo daba a conocer la novedad de los bloques que comenzaron a experimentar los bolivarenses con una máquina importada de los Estados Unidos. Los bloques de piedra, arena y cemento que el lenguaje común aceptaba entonces como “adobe moderno” era vendido en la ciudad por L. Granado & Cía. y los promocionaba poniendo a la orden la opinión autorizada de Antonio Valera Villalobos, José y Remigio Fernández, quienes habían adquirido sonada reputación como alarifes; sin embargo había parroquianos renuentes a construir con los llamados adobes modernos, alegando las bondades del barro y la paja y en todo caso del ladrillo de arcilla como refractarios naturales de una temperatura que en Ciudad Bolívar pasaba de los treinta grados. De todas maneras el bloque se fue imponiendo con el tiempo y fuera del casco urbano, todas las casas de la ciudad han sido construidas con bloque, sólo que ahora la mezcla es sólo de cemento y arena con exclusión de la piedra.
Los pocos camiones que había en la ciudad se pusieron a valer con la nueva carga, no del bloque en sí, sino de los elementos que requería su fabricación. Uno de esos pocos camiones utilizados en días de asueto para llevar pasajeros a los ríos, chocó contra un Mandingo cuando cargado de excursionistas se dirigía al río Candelaria. El choque causó la muerte casi instantánea del conductor Carlos Gener, hijo de Félix Gener Manzano. El vehículo estalló en llamas al impactar contra el árbol, pero los excursionistas saltaron a tiempo y resultaron ilesos.
El Presidente del Estado, General Silverio González, se hizo presente en el sitio de la tragedia junto con su posible sustituto José Jesús Gabaldón, quien estaba auspiciando una carrera de caballos en el Paseo San Antonio, debido a que el Hipódromo de Santa Lucía, fundado por Santos Palazzi, se hallaba en malas condiciones, descuidado y enmontado desde que su fundador lo mataron en la Guerra del 14 cuando él junto con su hermano Pedro abandonaron todos sus bienes en la ciudad para luchar por Francia en cuya Costa Azul murió la Bella Otero.(AF)
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